Acérrimo a toda subjetividad de pensamiento, me encierro en mi propio laberinto de recuerdos. Desánimo de un intransigente deseando un final digno y adecuado para este escrito con un buen desparpajo.
Traigo a mi vida recuerdos joviales y melancólicos, gracias a acciones imposibles de evitar en este presente continúo e indefinible ¿Qué se le va a hacer?, rehabilitarse ante la fatídica vista de una sociedad imperante y entrar en proceso de adaptación, o simplemente...dejar que una abrupta corriente irrumpa en mi mente.
Llega de la nada para transformarse en una hermosa obra estrellada, dejando reliquias a su paso que no pueden ser desechadas.
Amor mío...dejas de ser mío; aunque es obvio que nunca lo has sido.
Renueva la obsesión que pone en trance tu vida ficticia y drogate, drogate a más no poder. Dosis tras dosis se va viendo que el infierno no surte más su efecto.
Como cualquier alucinógeno que sea capaz de producir síntomas intrascendentes acorde a una realidad inquebrantable, este, por supuesto, trae sus efectos secundarios a la marcha.
Efectos secundarios tan fuertes como una jaqueca en madrugada después de haber ingerido una cantidad desmedida de etanol; incluso diría que es aún peor.
Las reacciones adversas son tan inevitables; ya a sabiendas que es imposible evitar contrapartes.
Cuando las dosis se terminen sufrirás el peso de tu adicción; eso se reflejará, y por ende, crearás tu propio tormento con ayuda ~ quizá involuntaria ~ de tu expendedor.
Pero el vacío no terminará...a no ser que el renacer llegue con otro expendedor, junto a más de la misma sustancia.
El reemplazo ante la ausencia será la solución.
Nuestra solución.
Tú solución.
Mi solución.
Mi salvación.
Me Disculpo.
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Me Disculpo
Short StoryPensares angustiosos de un joven revoltoso. En este escrito de 5 partes intento resumir algo de lo que son mis supuestas ideas; después de todo, sólo somos una retroalimentación. Quiero que reflexiones, ese es mi objetivo. Gracias.