El Dios Dragón De La Guerra

Cap 4: Visitando a mis padres

Después de que Issei se quedará viendo su animé favorito, pasaron las horas hasta que se hizo de noche.

El albino ve la hora en el reloj que había, el cual le decía que eran las 8:00 pm, entonces el ex-castaño se levanta y se estira, luego apaga el televisor.

Después de apagar el televisor el peli blanco sale de su cuarto, al salir camina por el pasillo y llega a la sala, donde estaba Hefesto y Zeus hablando, ellos se de cuenta de la presencia de Issei y voltean a verlo.

—Hola muchacho —saludo Zeus.

—Hola —saludo el albino secamente.

El Dios Zeus sonrió al ver la expresión de frialdad de Issei.

Hefesto al sentir la tensión, tose para llamar la atención y luego dice.

—Bueno, Zeus vino a hablar conmigo, recuerda que él dijo que iba a venir, así que hemos estado hablando un montón de cosas y sobretodo de mí maldición —explico Hefesto tranquilamente.

—Uhnm, ok, ¿dónde está Elisabeth? —pregunta Issei seriamente.

—Se quedó durmiendo en el cuarto que ella eligió, cuando estábamos viendo una película, ella dijo que ella iba a elegir su propio cuarto, eso fue a las 4:30 pm, no hace nada fui a ver que tal estaba, y pues estaba durmiendo —respondió Hefesto tranquilamente.

—Bien, iré con ella —dijo Issei volteandose.

—Nosotros nos vamos horita, así que nos vemos en unos días —aviso Hefesto.

—Esta bien, no te preocupes puedes venir cuando quieras, suerte —dijo Issei y se retiró.

En el cuarto de Elisabeth.

Ella estaba durmiendo tranquilamente, pero la puerta del cuarto se abre, era el peli blanco, él entra y cierra la puerta, prende la luz, y ve a Elisabeth durmiendo tranquilamente. El peli blanco muestra una pequeña sonrisa y se acerca.

Issei al estar cerca, se sienta y le toca el cabello con delicadeza, así despertando a la rubia.

—¡Aaaah! ¿qué pasa papá? —pregunta la rubia con sueño.

—Solo quería decirte que mañana saldré y te quedarás sola aquí —dijo Issei tranquilamente.

—¿Uh?... ¿a dónde vas papá? —le pregunta la rubia mientras bosteza.

—Tengo que arreglar unos asuntos familiares, es algo muy personal —le respondió con tranquilidad.

—Pero... ¿por qué no te puedo acompañar? —le pregunta Elisabeth con tristeza.

—Ya te lo dije, es personal, tengo que arreglarlo yo mismo, así que te quedarás aquí —contestó Issei con seriedad.

—¡Mouuuu! Esta bien, lástima que el viejo ermitaño se va, me voy aburrir —se quejo Elisabeth haciendo un puchero adorable.

Issei suspira con cansancio, pero la mira seriamente y dice.

—Escucha, va hacer por poco tiempo, te prometo que cuando regrese estaré contigo y te llevaré a lugares divertidos... ¿Qué dices? —le pregunta con seriedad.

—¿Hablas en serio? ¿Me llevarás a lugares divertidos? —responde Elisabeth con otras preguntas mientras sus ojos brillaban.

—Si, te lo prometo —dijo Issei seriamente.

—¡¡Siiii!! —exclama feliz Elisabeth mientras se levantaba y saltaba en la cama.

Issei negaba con la cabeza, Elisabeth era muy alegre. Elisabeth de alegría abrazo a Issei, él solo suspiro y la abrazó mientras la acariciaba la cabeza.