Nada es lo que parece

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Palabras: candelabro, colchón, espamos, dedos, maleta.

⚠ Advertencia este capítulo contiene contenido homosexual y lenguaje vulgar. Se recomienda discreción. ⚠
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Historia dedicada a Dasukah 

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—Ah-h ya no puedo más —gimió mientras se retorcía en la cama—. ¿Podrías acabar ya?

A Lukas le gustaba verlo así, a su merced, rogando por más y dejándose caer en la tentación.

—No cariño —dijo encendiendo con una cerilla las velas que estaban en el candelabro—. Esto apenas comienza, te recomiendo que aguantes un poco más.

Se fue acercando lentamente hacia su "víctima" la cual gemía sin pudor alguno sobre el sucio colchón donde estaba recostado. Lukas no podía dejar de admirar las marcas que le había dejado en su pálida piel, le parecía una obra de arte.

—Espero que para la próxima no me hagas enojar, cariño —se podía apreciar un poco de sarcasmo en la última palabra que expresó.

Sin perder más tiempo metió su gran miembro dentro de la entrada del joven sin haberlo preparado con antelación.

—L-lukas...m-me duele ¡Ah!

—Pues para que te duela no paras de gemir como una puta. Deberías mentir mejor ¿No crees? —su mano choca contra el trasero del chico provocando que este vuelva a gemir—. Ahora muévete como me gusta.

El joven de cabellos cenizos comenzó un pequeño vaivén mientras su entrada se acostumbraba al grosor del miembro de su dueño.

La temperatura en la habitación fue aumentando. Al entrar se podía percibir el ligero olor a sexo que abundaba en la misma y el sonido de las pieles chocando.

—No sabes como me encantas cariño, me vuelves loco ¡Ugh! Ven siéntate sobre aquí —palmea sus muslos y sonríe socarronamente.

—¡Ah-h! Lukas —gime mientras comienza a dar saltos sobre el pene del mismo.

—Chupa —pone dos dedos entre los labios del pequeño que se encontraban entreabiertos dejando escapar algunos gemidos—. Piensa que es mi pene lo que tienes en la boca.

Inmediatamente empieza a lamer y chupar los dedos sin dejar de saltar sobre Lukas.

—L-lukas...n-no pued-do más me vengo —continúa montándolo hasta que su cuerpo comienza a sufrir pequeños espasmos por el orgasmo.

—¿Quién te dio la orden de que te corrieras? Acaso no te dije hace un rato que no me hicieras enojar —se levanta abruptamente del colchón donde se encontraba ubicado, dejando caer al pequeño rubio—. Siéntate y prepárate para tu castigo cariño, esta vez no voy a tener piedad contigo.

Caminó lentamente hasta una maleta ubicada sobre una mesa cubierta de polvo en la diminuta habitación, si donde se encontraban se le podía denominar así.

Era un minúsculo cuarto donde la única luz provenía del candelabro junto a la maleta, sin ventanas, llena de suciedad, con el papel tapiz rasgado y mugriento.

—¿Estás listo? —abre la maleta sacando lo que se estaba en su interior.

—L-lukas, por favor eso no —sus ojos reflejan el espanto hacia dicho objeto el cual era...

El pequeño cerro sus ojos del terror, se abrazó a si mismo para calmar los temblores sintiendo el sonido de los pasos acercándose y esperando la llegada del primer corte.

—¡Nooo esto no puede acabarse así! —grita Susan mientras zarandea a su amiga Nicole.

—Susan suelta mi brazo que me lo vas a romper.

—¿¡Es que viste como término la historia!? ¡Ahora tengo que esperar un mes hasta la próxima actualización! —jadea tirando su celular hacia la cama.

—Siento pena por tu pobre celular —dice acostándose en la cama y toma el teléfono entre sus manos.

—Tú no me entiendes, ya no tenemos esa química desde que me abandonaste, vete con la otra —le hace compañía en la cama a Nicole y le quita el celular de las manos —. ¡Oh! ¡Susan mira Mi_casa_en_tanga_y_la_tuya_también acaba de actualizar! ¿Qué esperas para comenzar a leer?

—Por favor sáquenme de aquí.

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⏰ Última actualización: Aug 11, 2020 ⏰

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