II

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Cuando me dijo que fue culpa de los extremistas, pensé que era alguien que vivía muy lejos. El problema es que palabra era incapaz de explicar la verdad de los movimientos: defensores cegados.
Feminazis fue una de la más sonadas, luego machinazi, animanazi, ortonazi, incluinazi, vacunazi, antivacunazi, negronazi, blanconazi, derechanazi, izquierdanazi, etc., etc. El término nazi logró lo que hitler no: conquistar el mundo.
En cada parte del mundo surgieron estos grupos, incapaces de estar de acuerdo con alguien ni entre ellos. Invadieron las calles, escuelas, familias, sociedades y gobiernos. No era estar solo a favor de algo o en contra de unos aspectos, era: eres o no mi enemigo.
Habían grupos pequeños que se forzaban por una conciencia. Fueron los primeros en ser eliminados. Aislados de los que surgían, poco a poco los verdaderos y conocedores del tema fueron exterminados. Al final, quedó el ejército del odio.
Masacres en las marchas. Asesinatos ya no de grupos criminales ni conspiraciones gubernamentales, eran los cuerpos de una cabecilla feminazi o de un machinazi, de un antivacunazi o un vacunazi. Al ver esto, grupos religiosos y políticos dijeron: sí matar alguien por algo tan absurdo es permitido, ¿por qué no hacerlo yo? Y la inquisición resurgió acompañada del poder bélico moderno.
Sectores de todas las razas fueron arrasados. El gobierno apenas podía hacer algo. La CDNH, una institución ya de por sí ineficiente, se vio superada, hoy defendían a un grupo y al día siguiente, debían proteger a los que ayer demandaban. Las votaciones se convirtieron en la superioridad de una ideología, al punto que los mártires surgían cada año, al igual que elecciones extraordinarias.
El cinismo extremo se hizo presente. Marchas de "Ni una más", se efectuaban al mismo tiempo que las de "Ellas lo provocan". A favor del aborto, en contra del aborto. Por un mundo de izquierda, por un mundo de derecha, por la gloria de Dios, por la gloria de Alá. Cada marcha terminaba en la muerte de una gran parte de los manifestantes.
El diálogo quedó extinto, y durante varios años solo hubo matanzas étnicas y políticas. La última marcha por el orgullo homosexual, organizado por una fuerte conglomerado de gente LGBTMKLOPYTFHJTFSRYBV (y creo que me faltan más letras) se convirtió en una carnicería. La fundación A favor de la familia, tomó rifles y sacó a sus perros de caza. Todo se grabó y salió en televisión pública.
Meses después, los sobrevivientes, después de que la CDNH y el gobierno fue incapaz de hacerles justicia, se cobraron el atentado. Los militantes de A favor de la familia, tuvieron que buscar los pedazos de sus familiares. Algunos nunca encontraron los cuerpos, el fuego y las explosiones fueron demasiadas.
Así sucedió hasta que pasaron mayores desastres. Los pocos sensatos, sobrevivientes a las purgas de sus grupos, evitaron que los arsenales más potentes se accionaran, pero no hubo mucha diferencia. Por otros lados se conseguía lo peor del hombre.

Ciudades enteras fueron consumidas y miles de personas se refugiaron en países en donde las cosas no estaban tan mal. Los problemas del mundo moderno quedaron atrás. Volvimos a la época en donde ser pagano era igual a ser un homicida. Todos los motivos por la que esos grupos marcharon en un principio quedaron atrás. Solo quedaba el enemigo y tu. Mata al macho opresor, a la mujer que trabaja, al homosexual, al de la familia tradicional, al que no vacunaba a sus hijo, al que sí; al que protegía a los animales, al que los mataba con placer. Asesinar al provida, al proaborto, proizquierda, proderecha, proigualdad, proptorivilegios. La moderación, las leyes y el estado fueron sepultados. Lo único bueno es que la población disminuyó.
Los recursos alcanzaban para una clase media alta, indiferentes a todo, y a la clase trabajadora. Pero también había bajas en esos sectores. ¿Sabes lo que es la neutralidad? Bueno... los nazis tampoco lo sabían. Cualquiera que no estaba con ellos, era enemigo. No importa que fuera lo que buscaban, que nunca hiciera algo malo o que dejara vivir. Si tú no tenías ningún escudo, eras enemigo.
Miles de familias ejecutadas por decir: no quiero meterme en eso. Otras miles solo por no prestar atención a la marcha, al discurso o al que se paraba sobre la tarima y avivaba a los nazis. Un lavado de cerebro tras otro, hasta que una vertiente te convencía y te convertías en uno de ellos. No hay virus más mortífero que el fanatismo. Te vuelve una marioneta de un hombre con poder, te da una fuerza que no conoces y te deja a merced de la muerte. Hasta tus hijos, niños inocentes, tenían que estar de acuerdo. Aquel que me hablo de esto, recordó algo entre risas:

-Hubo una campaña contra los niños guerrilleros. Personas querían alejar a los inocentes de las guerras. Después, durante esos años, las nuevos cabecillas de esas organizaciones reclutaban niños, les daban un arma y los mandaban a la lucha. Creo que en ese punto debimos saber que habíamos caído en el más profundo de los absurdos.

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