❧ 16.

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Las cosas siguieron como antes. Roger y Lizbeth se casaron; tuvieron 3 hijos y un perro, y vivieron felices para siempre. Bueno, eso quisieramos todos, ¿No?

La aparición de Paul Prenter en la vida de Lizbeth solo trajo odio, odio y más odio. Más bien, en las vidas de toda la banda, menos en el pobre ciego Freddie.
Parecía cuando Roger y ella se odiaban. Era una bola de mala energía, insultos.
Su nuevo manager lo asigno como asistente, sin preguntar, ni siquiera preocuparse por Liz.
Esa fue la primera gran batalla.

- ¿Qué? - Dijeron todos al unísono.

- Si chicos, Paul será el nuevo asistente de la banda. - Lo señaló mientras entraba con una bandeja de café.

- No no no, vos no estás entendiendo me parece. -Se cruzó de piernas Liz, se rasco la nariz con una risita y empezó con los movimientos de manos. Estaba furiosa, Roger lo sabía y solo la miraba.
- Yo, yo. -Se señaló a si misma.- Lizbeth mucho gusto. Ya me conoces corazón, ¿Eh? -Lo miró como si tratara con un nene de jardín, haciendo a Brian soltar una risita.

- Si nena, casi un año trabajando de manager con ustedes.

- Bueno,no se si sabías que yo, yo solita. - Se volvió a señalar. - Fui hasta la puta manager, desde que ellos empezaron. YO soy la asistente, y lo voy a ser siempre. No un perro de cuarta que ya tengas asignado. Ellos son mis chicos, mi familia. ¿Sabes lo que es una familia verdad?

Tomó aire. - Si nena, tengo una.

- Bueno, nene. - Remarcó molesta ante el apodo que le vivía diciendo. - Imaginate... que soy el gobierno, y te traigo a un chico superdotado y lo vas a tener que cambiar a la fuerza por tu hijo verdadero. Solo por que a mi me da. ¿Eh?

- Yas queen. - Se rió Freddie y ella le devolvió la sonrisa.

- Bueno pero esto no se trata de familias y superdotados, linda, se trata de profesional--

- Te reto a terminar de decir eso. - Levantó su cabeza a mirarlo a este Prenter, una mirada de odio terrible.
Simplemente se calló.

- Me encanta cuando te enojas así. - Le susurró disimulado Roger en el oído, dandose una sonrisa de lado ambos.

- Chicos por favor, esto no se trata de familias. Esto es negocio. Ya estamos muy mayores para favoritismo... Miren, Lizbeth se quedará como asistente, pero Paul tambien. Tendrán dos, ¿Eh?

- Mientras que no le saquen el puesto a mi niña. - Dijo Brian abrazandola y tratandola de hija, riendo los dos juntos a carcajadas.

- Yo también. - Murmuró Roger. John se limitó a asentir y tomar café.

- ¿Fred? - Lo miró el manager.

- Opino lo mismo que Brian y Lizbeth. Se puede quedar, pero esta familia no se toca por nada en el mundo. - Apretó su cigarro hasta apagarlo contra el cenicero.

- Bien, por fin. - Rodó sus ojos - Caso Paul, ya esta. Ahora con el tema del album. Tenía pensado; si lo de irse una vez de vacaciones a la nada misma, en un campo, les sentó bien a su inspiración. ¿Por que no irse de nuevo, y con un estudio de grabación?

- Me encanta. -Sonrió Fred.

- Será como volver a los viejos tiempos... - Murmuró la rizada tomando la mano de Roger, imaginando lo lindo que será cuando lleguen, cenen juntos, repitan todo lo que hicieron en Brimingham y...

- La cosa es que hay 5 cuartos, y Paul ira con ellos.

Liz lo miró, se rió, y soltó a Roger por que si no le quebraría la mano. - ¿Es una broma cierto?

- No.

- Aquí vamos... - Murmuró Paul.

- ¡Pero que acabamos de hablar, nada de puto favoritismo! ¡Yo quiero ir con mis chicos, es mucho para mi no verlos un mes!

- No hay lugar para ti, nena, lo lamento. - Murmuró ya harto. Busco la mirada de Jim Beach, el cual se volvió el abogado de la banda, y para Lizbeth el padre que nunca tuvo.

- Eh... ¿Enserio no hay forma de que vaya? - Se rascó la nuca sabiendo que no se podía hacer mucho.

- No. Ya esta dicho chicos, y el viaje armado. Esto es dinero, no jueguitos de familia. - Se levantó y salió con el perrito faldero atrás. Los ojos de Lizzie se llenaron de lagrimas.

- Ay no, bebé. -Roger fue el primero en darse cuenta y la abrazó con fuerza. Atras vino Freddie haciendola un sandwich entre ellos.

- N-No quiero llorar, parezco estúpida... Pero enserio no quiero que me cambien... -Se separó para secarse a la cara y vio a sus príncipes, como ella les decia, alrededor de ella.

-Nunca digas eso... - Murmuró Deacon poniendo una mano en su pierna. - Que ese bueno para nada venga con nosotros no significa que te vamos a sacar.

- Nunca lo permitiría. - Sonrió Fred.

- Ademas, no seríamos nada sin ti. -Murmuró Roger mirandola. Ella rió sonrojandose y tapandose la cara.

- ¡Chicos me sonrojan! - Ellos tambien rieron y el rubio la volvió a acurrucar en su pecho.

- Enserio linda, no vamos a dejar que pase. Eres nuestra quinto miembro. - Acarició su pelo. - Es solo un viaje.

- Ay chicos, son mi mundo. - Los tomo a los cuatro como pudo con sus brazos e hizo un abrazo en ronda grupal.

El día de irse llegó, estaba con Mary, Christine y Veronica despidiendolos.
Bueno, con Roger se acababan de despedir en el baño del aeropuerto. Pero esos son detalles.

Todas encima de sus novios, besandolos, lagrimeando y la pareja Taylor... Tenian que fingir distancia, y les estaba matando, se querían abrazar tan fuerte.
A

Liz se le caían las lagrimas, los que estaban enterados de su relación sabían por quien especialmente, pero Freddie creyó que era por lo de Paul.

- Ay mi amor, no llores que lloro yo. - Beso su frente y ella sonrió con pena.

- Perdonen, es mucho para mi no tenerlos jodiendome. - Rió correspondiendo al abrazó de Bri.

- Va a terminar rapido, vas a ver. - Murmuró el alto. Se dió cuenta de que quería verse con Roger por ultima vez. Le codeó a Deaky, tomó sus valijas y se encamino. - Nos vemos pronto... -Hizo que Freddie fuera con ellos.

- ¡P-Paso al baño, ahi voy! - Les pego el grito y se quedó ahí con su chica. Las amigas la miraron, le sonrieron.

- Te esperamos afuera, ¿Va? - Saludaron a Roger y salieron como dijeron.
Se miraron a los ojos, estaban tristes y dolidos. El rubio la envolvió en sus brazos con fuerza.

- Prom-meteme que harás lo posible para volver antes a casa... -  Susurro ella, mientras las lagrimas le volvían a caer.

- Lo juro, mi ángel. Es solo unas semanas. - Besó su sien yle levanto la vista tomandola del mentón. La miro fijo, recordando cada pequeño detalle para no olvidarse de nada.
- Te llamaré todas la noches, ¿Va? Luego te llamo desde mi telefono y por cualquier cosa que necesites, marcas ahi.

- ¿Cualquier cosa? - Sonrió de lado.

- Incluso la más tonta. -Le dio un besito suave en su curva nariz. Ella se rió suave.

- Cuidate mucho, por favor. - Le dio varios besos cortos en los labios. - Mu-cho. - Se interrumpia con los besitos.

- Te a-mo rei-na. - Se rió muerto de amor sin querer soltarla. - Debo irme... - Tomó su maleta y lentamente fue soltando su mano. - ¡Te amo!

-¡Y yo a ti, amor! ¡Llamame, los cuatro, llamenme cuando llegan!

- ¡Si mi amor! - Se rió de una forma adorable y la mestiza veía como su novio partía por el pasillo del aeropuerto.
Ella no sabía, ninguno de ellos lo supondría, que ese viaje a esa granja sería el principio del fin.

the rock-a-van ❧ roger taylor | WATTYS 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora