Mirarte desde abajo, con un telescopio o a simple vista, desde mi ventana, en cualquier momento, siempre te veía, admiraba cada detalle de tu hermosa figura, tu luz me maravillaba, como una perla en el medio del mar. Me obsesioné por los dibujos que realizaban cada uno de tus hijos, luces resplandecientes que con tan sólo líneas se transforman en una belleza, desearía saber más de ti, desearía ver tu otra cara, oscura como la misma noche que provocas, conocerte y ser el único protector de tus más profundos secretos.
Decidí por fin estudiarte, ver los dibujos de tus hijos como constelaciones, ver cada una de esas luces como estrellas y tú, luna deslumbrante. Fuí en busca de mi deseo, cada materia costaba un poco de mi energía.
Los años pasaban y ese costo aumentaba aún más, el olor a café se impregnó en mi ropa, las ojeras como bolsas de residuos y las hojas parecían infinitas en la mesa.
Cada semestre en la facultad realizaban un proyecto en el cual se explicaban algunos hechos astronómicos, traté con mucha voluntad demostrar mi amor a la materia, los descansos disminuían.
Le entregaba con ansias a mis profesores los informes con aprecio y ellos me lo devolvían con negatividad, anualmente trataba de mejorar más los proyectos a presentar, pero no había manera de convencerlos, hasta trataron de prohibirme la oportunidad.Mis notas fueron bajando en las otras asignaturas, el cansancio aumentaba, de los pocos momentos en los que me asomaba por la ventana para verte, no te encontraba, pero las esperanzas eran mi mejor arma, dormía a oscuras en la noche, con las cortinas abiertas por si acaso deseabas entregarme una de tus luces.
Una tarde me concentré en estudiar, pero mi cabeza ya no obtenía información, me sentía desesperado así que preparé -por tercera vez- mi taza de café, pero ésta se volvió la cuarta, quinta, sexta, mis ojos ardían por el esfuerzo. Llegó la oscuridad y mis lágrimas se disperzaban por toda mi cara, mis manos temblando por la cantidad de cafeína consumida, lloraba en sollozos pero dentro de mí, gritaba, chillaba, mi cabeza parecía ir al mismo compás que mi corazón, hasta que una luz se asomó por la ventana, corrí hacia ella y la ví, más grande que nunca, con su típico vestido blanco, sólo por ella pude dormir en paz después de mucho tiempo.
Me desperté con dolores de cabeza, ordené mis papeles y me dirigí hacia la facultad, en el camino pasé por una confitería, en la cual me sorprendió una chica muy peculiar. Su pelo albino como la nieve, sus ojos claros brillantes, su vestimenta era muy sencilla pero bastaba para enamorar a una multitud de gente, incluyéndome.
El tiempo siguió su ritmo pero mi cabeza permanecía repitiendo ese instante, anhelaba poder verla y conversar con ella. Al salir del instituto, disimulé no conocer la confitería y entré, pedí mi merienda mientras miraba a todos lados haber si la llegaba a reconocer y ahí estaba, con sus elementos de pintura, su sonrisa con labios finos, delicada con los trazos de acrílico, me sentí raramente tranquilo al apreciarla, era la misma sensación que cuando dormí a la luz de la luna.
Las visitas en aquel lugar eran frecuentes, me reconciliaba el sentimiento de paz, con el tiempo me sentaba en mesas vecinas a la de ella. Hasta que por un descuido deje caer los papeles debajo de su mesa, se paró rápidamente y comenzó a levantarlos, ella recogió un papel y comenzó a leerlo, no podría explicar con palabras su cara maravillada, alzó su mirada y con ojos brillantes me dijo:
Tu proyecto es muy bueno, esta vez sé que podrás demostrarle al mundo tu amor a la astronomía.
Me entregó los últimos papeles y volvió a su posición inicial, después de un momento, pagó la cuenta y se retiró, noté que había un papel en su mesa.
Un dibujo de constelaciones muy bien hecha y una luna que parecía haberla sacado de un recorte. Desde ese momento obtuve muchas más ideas que antes, empecé a escribir, a memorizar la información y me prometí a mí mismo no presentarme a la confitería hasta tener en mis manos la aceptación de los profesores.
Y así fue, al entregar la carpeta con la información me felicitaron por mi esfuerzo, ese día demostré ante todos mi mayor pasión, cada vez más gente se acercaba para saber sobre el tema, me realizaban preguntas y yo con mi mejor traje, las respondía. La hora mágica llegó, corría para encontrarme con aquella albina, pero al asomarme por la confitería no la encontré.
A partir de ese instante supe que no la volvería a ver, que ya no se me caerían las hojas para que ella las lea, que no veré su brillante mirada en mí, pero a pesar de no poder encontrármela, ella me observa desde lo alto, con su típico vestido blanco y yo para darle algo especial, le sople a la luna con un deseo hecho realidad y un gracias.
Hola de nuevo querido lector, espero que te haya gustado esta historia junto con las otras, tengo pensado invitarte una vez más a mi rincón especial y hablar de cosas magníficas junto a ti, solo si tú quieres, nos vemos el lunes que viene, hasta luego... U,,w,,U
ESTÁS LEYENDO
La Chica Lunática
Short StoryQuerido lector, ven pasa, te muestro mi lugar más preciado, una parte de mi alma y corazón estarán escritos en este libro, mis ojos serán las ventanas de mi sufrir y mis labios la sonrisa de mi bienestar, en este libro estarán reflejados un montón d...