2. Odio a las vecinas mitad serpiente.

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 No mucho después de que mi madre me haya dedicado esas conmovedoras palabras, que, por cierto, no me convencieron nada. El timbre de la casa empezó a sonar. Mi madre me dijo que me quedé donde estoy. Como si fuera fácil después de lo que estaba pasando. Al poco tiempo mi madre llego a donde yo estaba, muy nerviosa a mi parecer.

–Tenemos que irnos. ¡Pero ya!

Realmente no entendía el apuro, pero verla toda nerviosa me puso nerviosa a mí también, así que me levanté lo más rápido que pude y la seguí. Estaba subiendo al auto de mamá cuando la vecina que anteriormente era mitad serpiente se acercó a nosotras, ahora ya no era mitad serpiente, obviamente yo estaba enloqueciendo. Ahora estaba totalmente de acuerdo con ir a un manicomio.

–¿A dónde van con tanto apuro, queridas? – Dijo la señora Robinson con su extraño acento. Siempre supuse que era extranjera o que tenía lisp o algo así. Ella se había mudado hace unos meses a la casa al lado de nosotros, era una señora de mediana edad, y muy, MUY, rara.

Mi madre le respondió tratando de ocultar su nerviosismo, obviamente fallo porque cualquiera con sus cinco sentidos notaba como le comenzaron a temblar las piernas.

–¡Oh! Ms. Robinson, Vamos a... Un... Evento de la escuela de Ann. – Claramente eso era una completa y nefasta mentira, ella me iba a dejar botando en un manicomio. Pero no dije nada y la dejé continuar.

–Bueno, tengan cuidado en el camino, no vayan a tener un... Accidente– Al momento de decir eso me miró directamente a los ojos con una sonrisa macabra en el rostro, me subí completamente al carro para alejarme de esa señora. –Si, gracias por preocuparse, pero ya vamos tarde. –Mi madre subió al auto y arrancó rápidamente. –¿Cariño, es esa la señora mitad serpiente que viste?

Sentí que me estaba tomando el pelo así que la miré de forma irónica. Pero ella me lanzó una de sus miradas que me decían "responde rápido o no hay galletas para ti" y rápidamente respondí un 'si' muy bajo, ella ya me había dejado sin galletas antes, y para colmo se las comía frente a mí. No era un sentimiento muy lindo.

Segundos después la vecina se paró al frente del auto, ahora si mitad serpiente, ¿es que esa señora no tiene consideración de mi estado mental? Mi madre iba a pasarle encima, pero la vecina mitad serpiente se nos adelantó y se tiró al carro. Mire a mi madre con pánico, ella también estaba muy nerviosa. Pero hizo algo que jamás de los jamases me hubiera imaginado que iba a hacer. Me dio un medallón. No es que me queje, pero no se veía como el momento de darme uno. La vecina serpiente estaba destruyendo el parabrisas, empezaba a entrar en pánico. En este punto no sabía si estaba loca o si la señora Robinson realmente era una cosa mitad serpiente.

–Sal del carro, ahora mismo– me la quedé viendo, ¿porque quiere que salga del carro con nuestra vecina mitad serpiente ahí afuera? – ¡Hazlo! ¡Cuando estés afuera solo sigue tus instintos!

Salí porque me empezó a dar de sus miradas, la verdad no quería que vuelva a comer galletas al frente mío. ¿Mi instinto? ¿Acaso soy un gato? La verdad temía que mi madre me deje ahí y se vaya sola. Aunque lo dudaba mucho. La señora serpiente rompió el parabrisas. Mi madre salió del carro antes de que ella le ataque. Yo salí segundos después, lo cual provocó una gran herida en mi hombro hecha por la señora serpiente. Al estar afuera la vecina se dirigió a mí.

–Huelo sssssangre del Olimpo en ti, ya era hora de tener un buen banquete de sssssemidiossss.

Definitivamente no sabía que estaba pasando a mi alrededor. La señora serpiente diciendo algo de algún Olimpo, ¡yo no sé quién es ese! La señora se iba a lanzar a mí, pero fui más rápida y salí corriendo. Mi madre me lanzó el medallón, repito, ¿de qué me sirve un medallón en este momento? Igual me lo lanzó. Al momento de tomar el medallón, la adrenalina comenzó a recorrer mi cuerpo, y el medallón se convirtió en una espada.

Corrí directamente hacía mi vecina mitad serpiente y comencé a dar estocadas con la espada, ella también me comenzó a atacar con una lanza, ve tu a saber de dónde la sacó, seguro también tenía un medallón-arma. Tenía algo de ventaja puesto que las lanzas no son para ataques lejanos. Seguí dando estocada, y la vecina seguía defendiéndose, me estaba agotando y ya no podía más. Mientras ella me decía "no te resssissstasss massss, la carne sssse pone dura" estaba a punto de darme por vencida, cuando me dio un subidón de energía.

Di una última estocada y la señora-vecina-mitad-serpiente desapareció, dejando un polvo dorado alrededor.

Lo último que vi antes de caer desmayada, fue a mi madre corriendo hacia mí.

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esta vaina tiene mas leidas de las que pense *llora* 

:// segun yo iba a tener 0, let me be. 


Universe || Nico di Angelo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora