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Martina

Entre al apartamento que compartía con mi hermano Mat, todo estaba en extremo silencio y a oscuras. Deje mi mochila y unos cuantos libros sobre la mesa, camine hasta la habitación de Mat, desde la pequeña conversación de ayer, no hemos hablado más sobre el tema, seguro debe estar durmiendo.

Abrí la puerta sin tocar y encendí la luz, me asusté cuando vi a Mat en el suelo y con varias botellas de licor a su alrededor. Corrí hasta donde él estaba, le empecé a dar leves golpes en la cara para que despertara.

— Mat... Mateo despierta — lo llame mientras trate de despertarlo

— Déjame dormir — susurro soñoliento, aún sin abrir los ojos, estaba borracho, lo conocía y sabía que no se iba a levantar hasta que le pasara la borrachera.

Me levante de su lado y fue por un balde lleno de agua, regrese a donde él estaba y se lo tire encima. Mat se levantó de un brinco y miro mal.

— ¿Estas demente mujer? — dijo serio y temblando

— Sí, sabes que odio que tomes — lo regaño

— Sí, lo sé, pero la única manera que puedo olvidar que mi vida es una mierda — dijo con la vista puesta en una de las botellas

— ¿Ahora que sucedió? Pensé que estabas feliz por ser novio de Candela

— Ella no es mi novia — suspiro

— Ve a darte una ducha mientras yo arreglo este desorden, y te hago un café, para que me cuentes que paso — le ordeno

Mat asintió sin decir nada y entro a su baño, escuche que abrió la regadera, solté un leve bufido mirando todas las botellas y ropa botada en el suelo, guarde la ropa en su lugar y bote las botellas vacías. Fui a la cocina y prendí la cafetera.

Después de unos veinte minutos Mat entro a la cocina ya cambiado.

— Cuando te bañas cambias — me reí

Serví el café en dos pocillos, caminé hacia el balcón y Mat venia detrás de mí, nos sentamos en las sillas que había ahí. Le di su café.

— Y bien... ¿Qué fue lo que paso? — bebí de mi café

— Me engañaron —dijo en un susurro casi inaudible

Yo no entendía a que se refería él, fijo su vista en el edificio de en frente y volvió a hablar — Isa y Candela estuvieron juntas

— ¿Que? — dije mirándolo, no podía creer lo que me acababa de decir

— Fue cuando tuve problemas con Papá por lo de la empresa, yo me fui, porque necesitaba escapar de papá, pero nunca pensé que harían eso

— Oh Mat, lo siento tanto — deje mi café en el suelo, me levante de la silla y me senté en sus piernas abrazándolo — Todo va a estar bien

El me abrazo fuerte y no dijo nada, supe que estaba llorando porque sentí mi camisa mojada. Me dolía ver a mi hermano así, no lo veía llorar desde el funeral de Mamá.

Trate de tranquilizarlo, acariciando su cabello y limpiando las pequeñas gotas de agua salada que salían de sus ojos.

— Eran las dos mujeres que más amaba después de ti, se supone que ellas me amaban ¿Como fueron capaces de hacer algo tan malo?

— No lo sé chiquito, pero seguro hay una explicación lógica para esto — lo mire a los ojos — ¿Dejaste que te explicaran? — el negó — Por ahora desahógate, después veremos cómo hacemos

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Gris   ( COMPLETA )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora