Primer sentimiento.

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Venía hacia mí y me empujó hacia la pared de la entrada de la cafetería, dejándome atrapada entre la pared y sus brazos. Me quedé mirando sus brazos, sus músculos, sus increíbles músculos y de pronto el me agarró de la mandíbula.

-          Ya no eres tan intrépida como antes ¿no?- Dijo mientras me movía la cabeza para que le mirara a él, a sus ojos. – Si en verdad no eres nadie, sino una mosquita muerta, que no eres capaz ni de quitarme de aquí, ¿Porqué no lo has hecho?- Dijo mientras se reía irónicamente y se acercaba a mí, primero acercó la cabeza, después el pecho y por último la cintura.

-          ¡Quítate!- dije mientras me revolvía, no iba a caer en su estúpido juego.

-          Uhhh, pero si la gatita lucha, mira qué bonita ella.- Empezó a reírse en mi cara.

-          Eres estúpido, deja…- Y me besó cortándome en la mitad de la conversación.

Rápidamente lo aparté y me conseguí escapar de su atrape. Le miré con cada de odio.

-          Pero... ¿Qué coño has hecho imbécil?- El empezó a reírse, y abrió la boca para contentar pero en ese mismo instante mis amigas llegaron y él se dio la vuelta y se largó.

-          ¿Qué ha pasado?- preguntaron.

-          Nada, vino a demostrar que es un imbécil y un creído.- No les iba a contar lo que había ocurrido, todavía no porque ni yo creía lo que acababa de ocurrir, era mi primer beso y me lo había robado de esa manera tan rastrera… SERÁ GILIPOLLAS, pensé para mí.

Fuimos a tomar algo mientras llegaba la siguiente clase, Fuentes del derecho, esa si era una clase aburrida. Iris y Abie contaron la historia del chico nuevo mientras yo pensaba en lo ocurrido, me había besado, me había atrapado… ¿Me había llamado g-a-t-i-t-a? Era más tonto de lo normal.

Cuando ya pasó el descanso fuimos a la siguiente aula para la clase, entramos y lo vi hablando con las chicas que nos caían mal, pues eran de estas pijas tontas, que siguen la moda y son muy fáciles de “abrir”. Se estaban riendo el sentado en medio de todas. Lo miré y le rodé los ojos.

-          ¿Noa?  Lo has buscado con la mirada, LO HAS BUSCADO CON LA MIRADA- dijo mientras daba saltitos a mi lado- Te interesa, Noa sé que te interesa- Su cara de felicidad era increíble.

-          ¡no! Olvida eso ya.- Me senté y saqué las cosas.

-          ¿Pues sabes que te está mirando?- Me susurró

-          Me da igual- En ese momento entró el profesor y empezó a dar la clase.

No estuve atenta a la clase y nunca me había pasado eso, solo pensaba en por qué antes me había besado y después ya buscaba a las otras.

Todas las clases pasaron más que lento, y en el almuerzo ni medié palabra, llegó la hora de irnos, eran las 21:30 e íbamos de camino al aparcamiento. Fuimos al coche y lo vi de nuevo al lado del coche besándose con una de las estúpidas pijas, pero joder vaya beso, la agarraba en el límite de la cintura y la empujaba contra él y ella tenía las manos entre sus cabellos. Y en un momento las manos del “chico nuevo” estaban dentro de la falda de Sally.

-          Ehh iros a un motel, asquerosos- Dijo Leyla y todas nos reímos todas y yo me ponía roja.

-          Como si tú no lo hubieras hecho nunca en un aparcamiento- Soltó Sally.

-          Sí pero dentro del coche, no en medio para que os vean todos- Dijo con sorna Leyla

-          Buenos si prefieres unirte dentro del coche a nosotros no te diría que no- Dijo el “chico nuevo”

-          No voy a caer tan bajo- dijo Leyla entrando en el coche.

-          O apúntate tú gatita- dijo él. No puede ser, era gilipollas o qué le pasaba. Me puse roja y me metí en el coche no sin antes soltarle un “Capullo”.

Abie arrancó el coche y mientras pasaba por su lado me quedé mirándolo y el igual, hasta que salimos del aparcamiento.

Durante todo el camino nos metimos con él y con Sally y estuvieron preguntando por qué me había llamado gatita. Tampoco se lo conté esta vez.

Después del largo camino llegamos a mi casa y me bajé, gracias Abie, le dije y entré en mi casa.

Mis padres pasaron de cómo estaba y solo me dijeron que pusiera la mesa.

-          Si madre ahora la pongo- Dije mientras soltaba la mochila y caminaba hacia la cocina.

Puse la mesa cenamos hablando del trabajo de mi padre y de lo que había hecho mi madre, al terminar recogí la mesa y fui a mi habitación.

Me cambié, poniéndome el pijama sin sujetador y me senté en la cama y cogí el ordenador y me puse a escuchar música, pensando en el chico nuevo que aún ni conocía su nombre, y concluí en una cosa, lo odiaba, lo odiaba con todas mis fuerzas.

Un minuto sonó el teléfono con un número desconocido. Lo tuve en mis manos unos segundos y lo cogí.

Chic@s por favor comentar algo sobre los capitulos y me decís que os parece, que no sé que pensais... POR FAVOR. mUCHAS GRACIAS POR LEERLA y si quereis votad. Besoooos

Maldita DulzuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora