Introducción

5 0 0
                                    

Los Ángeles, California, 8 de Julio de 2012
El tiempo parece haberse detenido, parece haberse congelado junto con la gente alrededor, mis oídos no escuchan los autos, ni las voces que deberían rodear el lugar, todo se encuentra en absoluto silencio, tal vez sea solo sensación mía, pero también Víctor parece haberse convertido en una especie de estatua, se encuentra inmóvil esperando una respuesta, respuesta que no quiero articular, todo sucede en cámara lenta hasta que mi cerebro procesa lo que ha sucedido.
Jamás me ha gustado ser el centro de atención, esta no es la excepción, me desagrada sentir todas esas miradas sobre mi persona que lo único que consiguen es mi incomodidad, al parecer Víctor lo ha olvidado o podría decir que lo ha hecho a propósito, a veces solo piensa en él.
Intento controlar mis latidos, tengo la sensación de que todos los escuchan, no quiero hablar, tampoco moverme, quiero volverme tan pequeñita para que nadie pueda verme. No puedo reaccionar hasta que mi madre toca suavemente mi antebrazo, solo entonces pronunció mecánicamente un si, que hace que Víctor sonría un poco nervioso y que la multitud aplauda, debería sentirme aliviada o eufórica pero ahora lo único que quiero hacer es vomitar.
Annabeth me observa y me sonríe, esa mujer nunca lo hace, se me revuelve aún más el estómago, siento que de a poco me voy sumergiendo en un pozo, luego de un par de felicitaciones de unos amigos, mi padre me observa comprensivo, sabe que no me siento bien, me regala un abrazo y disimuladamente me lleva al baño.
¿Éstas bien?- pregunta luego de unos minutos
Había vomitado toda la cena, me había lavado las manos y ahora intentaba quitar ese sabor amargo de mi boca, pero al verme al espejo me desconocía, estaba tan pálida como si lo que acababa de suceder fuera una tragedia, suspiro y mojo mi rostro, luego de un segundo contestó - Estoy bien- miento - algo debió hacerme daño- añado para tranquilizarlo
Escuchó una risa ahogada, característica de mi padre - Lo que te sentó mal fue la propuesta de ese niño bonito- a mi padre nunca le ha caído bien Víctor, nunca desde que nos conocimos - Aún no entiendo cómo es que has dicho que si-
Créeme papá, ni yo misma lo sé, pienso
Vuelvo a tomar una bocanada de aire y seco mi rostro, tomo mi labial me pinto los labios e intentó darle color a mis mejillas, mientras me acerco a la puerta mi padre vuelve a hablar -Aún puedes escapar--añade risueño
Abro la puerta y lo fulmino con la mirada, lo que quiero hacer ahora es hablar con Victor.
La idea de que esta noche era cenar, simplemente cenar con  la familia de ambos, para que se conocieran mejor, nunca imagine que algo como esto llegaría a pasar, hay algo que no he logrado entender y es lo que me impide hablar sinceramente con mi padre, mientras regresamos busco a Victor con la mirada, se encuentra conversando con su madre, Annabeth, es una manipuladora, casi al igual que él, Víctor es un ángel si los comparamos, claro que el trabajo de él lo requiere.
Me acercó hasta ellos y sonrió -Cariño- casi me atraganto al decir eso, no soy muy cariñosa y no me gusta decirle apodos a nadie, al menos no si realmente no me nace, pero si esa mujer no me escucha “como una novia debería de ser” no dejará que hable con él en ese momento -¿podemos hablar?
Víctor se disculpa con su madre y ella solo me observa con superioridad -¿Qué sucede?- pregunta una vez nos acercamos a la puerta del restaurante
¿Casarnos?- pregunto -¿Estas seguro? Apenas nos conocemos desde hace 4 meses y…
Sí, estoy seguro- me interrumpe -Además tenemos casi 30 años, ¿Cuánto tiempo más vas a esperar?
Inhalo profundo, llevo escuchando lo mismo desde hace meses, mi madre, mi familia me han estado recordando sutilmente que el tiempo vuela, que de a poco me hago más vieja y que si no llego a formar una familia antes de los 30 será demasiado tarde.
Observó fijamente a mi novio e intento recordar cómo era cuando nos conocimos, él no dice nada, también me observa y toma mis manos entre las suyas guió mi mirada hasta donde nuestros dedos se unen y sonrió.
Sabes que eres muy importante para mí- dice y vuelvo a mirarlo a los ojos, esos ojos azules que escanean  mis gestos, acerca mis nudillos a sus labios y antes de besarlos menciona -Esto es lo que tengo para ti, se que no soy el mejor hombre del mundo pero ¿quieres intentarlo?- besa mis nudillos sin apartar la mirada de la mía
Mi corazón duda por un segundo, me abofeteo mentalmente, lo quiero, se que me quiere, aunque una parte de mi anhela que el sentimiento fuera diferente, no puedo explicarlo, sin embargo se que existe una conexión mucho más fuerte.

A cada latidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora