Capitulo 11

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Regreso a mi departamento mañana y estoy dispuesta a presentar mi renuncia en las aerolíneas Estambul, no puedo seguir cerca de Edward, por más que me duela el decidió lo que mejor le convendría y no era estar junto a mi. El destino se empeña en tenernos separados.

Me dejo caer en los brazos de morfeo para mañana arreglar todos los asuntos pendientes que tengo.

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Me despierto y me dirijo a la ducha a tomar un baño relajante, cuando estoy lista, me visto y me dirijo al aeropuerto, bajo y agarro un taxi.

Solo ruego no encontrarme a Edward ahí, hablaré con el gerente pero espero que él no sea el que me atienda.

Al llegar me dirijo a la oficina de las aerolineas Estambul para hablar sobre mi situación.

- buenos días señorita Murillo

- hola Adam, buenos días

- está perdida ?

- no, voy a las oficinas de la aerolínea

- ah está bien, prosiga.

Sigo mi camino y al llegar veo al gerente parado en una esquina.

-buenos días señor Carlos

- buenos días señorita Alba, en qué la puedo ayudar hoy ?

- vine a presentar mi renuncia.

- oh ya veo, tendrá que pasar para reunirse con el señor Collins, el es el único encargado en firmar las renuncias- ah no pues claro, es que mi suerte no podía estar más a mi favor- señorita Murillo me entendió ?

- si perfectamente

- pues muy bien pase

Entro y su impecable figura está dando hacia el gran ventanal.

- señor Collins, disculpe la interrupción pero la señorita Murillo está aquí para presentar su renuncia.

- muy bien Carlos, ya me encargo yo, puedes retirarte.

- sientate Alba- dice el con voz fría y yo le hago caso- explícame por qué quieres renunciar ?

- tengo planes de vida en Madrid.

- eso es todo ?

- si

- pues muy bien, espero no se arrepienta.

- jamás.

Firma mi renuncia y me levanto para dirigirme a la puerta

- Alba- dice mientras agarra mi mano y una corriente me recorre el cuerpo entero- espero que esto no sea por nuestra discusión, no quiero que arruines tu futuro por mi.

- no todo gira entorno a ti.

- espero que algún día me puedas perdonar la decisión que estoy tomando.

- adios Edward- digo mientras salgo y mis lagrimas ruedan sin parar, me dirijo a las aerolíneas de Madrid para comprar un boleto para esa misma tarde. Una vez comprado me monto en el taxi y arreglo mi maleta para viajar a Madrid en la noche, menos mal que mi amiga me dejo la llave del apartamento así podré seguir entrando aunque debería llamarla para avisarle.

Marco su número y al tercer tono contesta

- Alba ?

- hola Raquel amiga

- como estás amiga ?

- bien, esta tarde viajo a Madrid amiga y es definitivo

- que excelente noticia Alba, por fin de nuevo juntas.

- a que hora sale tu vuelo?

- a las 6, son las 4, ya debería irme, te escribo cuando aterrice

- perfecto amiga, te estaré esperando, te quiero.

- yo más

Me encargo de que todo lo necesario esté empacado y me monto en el taxi para dirigirme al aeropuerto, al llegar busco mi puerta de embarque y espero a que mi vuelo sea llamado.

-vuelo número 315, con destino a Madrid, pasajeros por favor acercarse a la puerta de embarque.

Ese es mi llamado, me paro y me dirijo a la puerta, busco mi asiento correspondiente y me dispongo a dormir hasta que el vuelo termine.

Fue tranquilo y bastante rápido, creo que estaba muy cansada como para haber dormido en todo el camino.

- pasajeros hemos llegado a su destino, Madrid, por favor bajar con calma.

Agarro mi maleta y me dirijo a la puerta para salir a mi ciudad favorita. Puedo visualizar un cartel grandísimo con mi nombre escrito, mi mejor amiga me está esperando.

- Raquel

- Alba- dice mi amiga mientras me abraza como si el mundo se fuera acabar mañana.

- cuanto te extrañe amiga

- ah yo también guapa, pareciera que te hubieses desaparecido mil años joder.

- me han pasado un buen de cosas linda

- ya me contarás ahora andando, que Madrid te ha extrañó tía

- y yo a él- digo mientras me rio y nos dirigimos a su coche. La verdad es que el aeropuerto no queda muy lejos del apartamento nuestro, llegamos más rápido de lo que pensé, subimos mi equipaje y mi amiga se dispone a servirnos una copa de vino para yo contarle todo lo que me ha sucedido.

- a ver alba pues cuéntame.

- bien- digo mientras me pongo cómoda y la miro detalladamente- te recuerdas que te conté el que Edward había recibido una carta ?

- si pues claro

- bueno pues esa carta explicaba que si él no se casa con la señorita Sofia su madre se llevaría toda la herencia de su padre y no es que la madre haya tratado muy bien a su hijo, así que lo último que Edward quiere es que ella se lleve la fortuna, así que tomó la decisión de casarse con ella. El problema está en que cuando yo me enteré me sentí mal amiga, no quería comer y toda la cosa, me tuve que quedar una noche en casa de Edward y tuvimos relaciones, yo le dejé muy claro que no iba a estar con el si estaba comprometido pero el no se va a separar de Sofia, el me dio vacaciones para que yo pensara mejor la situación y me empecé a sentir mal, dormía más de lo normal, vomitaba, y comía demasiado.

- no me digas que... o por dios

- si, estuve embarazada, no decidí contarle nada a Edward. Mientras yo estuve de vacaciones el tuvo que irse a Malta y luego a Estados Unidos, pero nunca lo llamé por más veces que el me llamaba, mi embarazo fue demasiado arriesgado, el doctor decía que mi cuerpo no estaba preparado y-digo mientras empiezo a llorar

- amiga- dice Raquel mientras me abraza

- una mañana, me desperté justo cuando mi teléfono estaba sonando, Edward me estaba llamando para decirme que había llegado y que quería verme pero yo tuve un sangrado y el se alarmó, cuando el me llevó al hospital era muy tarde, yo había perdido al bebé, Edward no me perdonó el no habérselo contado antes pero el estaba comprometido con Raquel entiendes ? Y lo que yo sentí fue que el nunca iba a querer ser padre de un hijo mío, pero me equivoqué. El estaba tan devastado como yo, empezó a beber y una tarde lo fui a ver para pedirle perdón y tomamos la decisión de separarnos porque era lo mejor. Así que yo renuncie a las aerolíneas para no estar cerca de él.

-ay amiga no te lo puedo creer, no me imagino por el sufrimiento que pasaste

- yo quería tanto a ese bebé Raquel, era un pedazo de Edward y mío pero tampoco supe cuidar de él, ya ahora no tengo ni a Edward ni a mi hijo.

- tranquila amiga todo se solucionará, ve a recostarte, debes estar cansada, yo ahora te llevo un té para que te relajes.

- si está bien- me dirijo a mi cuarto y me recuesto en mi cama, al rato viene mi amiga y me deja el té encima de la mesita de noche, tomo un poco y luego el sueño me vence. Necesitaba tanto descansar, mañana iré a buscar trabajo.

pasión en las alturasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora