La Competencia

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Pero tú si lo tienes Manuela (dijo su madre), no lo dejes, tú eres capaz de superar la audición y mucho más. Al día siguiente la profesora hizo un aviso muy inesperado; la niña que iba a hacer el solo en la competencia, se iba a ir de la escuela de ballet por asuntos personales, y las audiciones se iban a repetir en una semana. Manuela tenía una segunda oportunidad, y esta vez no la iba a desperdiciar, pasaban los días y ella no paraba de estudiar todo lo que antes había aprendido, no era nada comparado con lo que ahora sabía.

Llego el día de las audiciones, ella esta vez sí estaba preparada, logro bailar como toda una profesional y supero la audición, con la mayor puntuación; ella estaba cumpliendo su sueño, y el de su madre.

Al llegar a su casa se lo dijo a su mamá, y su madre la felicito con lágrimas en los ojos (de la felicidad), muy orgullosa porque le dieron una segunda oportunidad y ella no la desperdicio. Pasaban los días y cada vez estaba más cerca de ser toda una bailarina profesional.

Finalmente llego el día de la competencia, Manuela estaba nerviosa al igual que sus compañeras; primero sería el baile grupal, y luego el gran solo de Manuela.

Ella tenía mucho miedo de que sucediera lo mismo que en la audición, pero al recordar las palabras de su madre el miedo se fue, y salió muy emocionada a bailar; al terminar su gran solo, los jueces llamaron a todos los equipos para entregar los resultados: en el baile grupal, gano la escuela de ballet de Manuela, y en el solo dijeron que había ganado una niña muy especial y talentosa, la cual había impactado a todos los jueces, y su nombre era: Manuela.

Ella estaba muy feliz, pero sobre todo sorprendida, porque los jueces le habían ofrecido una gran oportunidad de ser bailarina profesional en muy poco tiempo. Pero para ello, debía dejar a su escuela de ballet; lo cual ella no quería y le dijo a los jueces: yo no voy a dejar mi escuela de ballet, sé que es una gran oportunidad y ellas pasan una sola vez en la vida, pero esta escuela me enseño todo lo que sé y no la voy a abandonar.

Los jueces no querían a otra niña, la querían ella, porque nadie tenía su talento; y si ella no iba a dejar su escuela de ballet ellos no tenían elección, más que dejar que ella siguiera en su escuela de ballet y también fuera con ellos: a la escuela profesional de ballet (E.P.B.); Manuela si acepto la propuesta, y en una semana empezaría su nueva vida: como bailarina profesional. 

Sueño en PuntasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora