Capítulo 2

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-Joven Méndez me podría decir quién le pinto una raya en la cara

María se alarmo cuando la maestra de matemáticas le habló a James. Rápidamente ella se cubrió con su cabello ya que momentos antes por andar de distraída su querido compañero le volvió a rayar la cara.

-Este...Nadie maestra, fui yo solo. Este... Estaba un tanto distraído y no me di cuenta

-Mmm no me convence del todo, pero tenga más cuidado para la próxima y mejor ponga atencion a la  clase.-suspiro la maestra- Abran su libro en la página 15...

La castaña un tanto preocupada suspiro aliviada, por un momento pensó que la delataria, pero no fue así.

La clase transcurrió normal.

-Oye María, te salvaste. Me asuste cuando la maestra le preguntó a James sobre lo del rayón. Creí que luego te vería a ti y pues no.

-Lo se Alissa, me asuste pero no creí que me delataría, yo no lo hubiera hecho. Y también me cubrí con mi cabello

-¿En serio? No lo creo, eres malvada, tu si me hubieras delatado - dijo el pelinegro mirando a la chica a los ojos. Ella inmediatamente desvío la mirada

-ja ¿yo mala? Hasta crees. Yo soy una niña angelical

-No, mejor dicho yo soy un niño angelical...

-¡No!-gritó la chica interrumpiendolo, el chico la vio sorprendido-Este... Es que no... Solo hay un niño angelical y es Lucas jeje

-Oh vaya... - sintió un pequeño dolor en el pecho- Aún así soy mejor que tú-fingió una pequeña sonrisa

Él sabía que nunca podría capturar la atención como quería de la chica. Siempre la vio como un amor platónico cuando se encontraban en primaria, la única forma por la que se le ocurrió hablarle fue molestandola. Él quería estar en el lugar que se encontraba Lucas, quería una relación con la chica. Era la única que le había  llamado la atención, de estatura pequeña, castaña y con unos ojos cafés demasiado lindos.

Él era un simple chico, cabello negro, y unos ojos cafés, alto. No se sentía a la altura de aquella castaña, pero aún así la quería demasiado.

-Eee ¿James? ¿En qué piensas?

- Este en nada...

-Bueno... ¿La paz? Y ya me dejas de molestar ¿va?

-Si claro, la paz por este fin de semana que viene

-¿Qué? ¡Oye no! Eso no se vale. Para siempre ¿si?

-Mmm no- el chico rio, cuando la chica se enoja a inflaba las mejillas se veía muy tierna

-Ah  ya que. Algún día te convencerme lo se

Nunca dejaría de molestar a María, necesitaba hablar con ella de la forma que sea.










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Bye :3

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