Capítulo 3

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Clase de educación física. María estaba platicando con sus amigas mientras llegaba el profesor a poner los ejercicios que se realizarían.

James hacía lo mismo con sus amigos, pero solo en su mente estaba ideando formas de molestar a la pequeña castaña. Vio como algunos de sus compañeros se aventaban caucho ya que estaban en la cancha de fútbol , así que agarrando un poco de caucho fue a donde se encontraba su víctima.

-Espero no hagamos muchas cosas hoy, la verdad no tengo ganas de hacer nada ya que... - la chica sintió como le aventaron algo a lo que volteo - hijo de... ¡James! ¡Ven para acá!

James rió y corrió, una pequeña chica lo perseguía.

-Ja, ni que me fueras a alcanzar con esas piernas pequeñas que tienes podrás - no evito reír, la chica se enojó más.

-¡oye!-corrió más rápido, estiró su mano y atrapó a la persona que la molestaba, le dio un leve pellizco -¿No puedes dejarme de molestar por un momento?

-Auch

El chico la  miró, en sus ojos se podía notar tristeza, parecía que quería llorar. El chico empezó a reír, y ella solo abrió más los ojos sorprendida de su actitud, aunque no era la primera vez que lo hacía.

-Tú empezaste, ya ni modo

-¿Qué? No es cierto... Tú empezaste-dijo y se marchó con sus amigas.

Era uno de esos días en los que no podía aguantar ni una simple broma. Tenía problemas en casa. Se sentía débil, ella solo quería estar tranquila en la escuela, despejarse de los problemas. No quería que nadie la molestara.

El pelinegro la vio marcharse. No entendía el porqué lo hizo. Era normal que se molestaran ¿por qué se marchó así sin más? Sabía que no era la primera vez, pero siempre quedaba la duda de porqué pasaba eso. Corrió tras ella antes de que llegara con sus amigas.

-Godzilla-le había puesto de apodo por su estatura-¿Qué pasó? ¿Ya no me vas  hablar de nuevo?

-¡Callate! No estoy de humor para soportar tus tonterías-se volteó, las lágrimas querían salir - Y me llamo María, no godzilla

El profesor llegó en esos momentos. María aprovechó para huir de ahí, y controlarse un poco, despejarse con las actividades.

Pasaron las clases y María no le dirigía la palabra a James. Ya se encontraba mejor, pero necesitaba estar tranquila por un rato, era la única forma en la que él no la molestaba.

Llegó la hora de salida.

-Oye María ¿ya no me vas a hablar?

-Perdón por haberte gritado en educación física-dijo sin más y se marchó rápidamente

María caminó hasta la entrada,  a su novio. Lo encontró. Irían caminando como de costumbre a su casa. Una que otra vez los acompañaba el hermano mayor de la chica. Pero hoy no fue la ocasión.

-¿Cómo estás? ¿Ya mejor?

-Ya mejor, solo era mucha presión. Odio ser tan sensible-la abrazó

-Tranquila, todo va a estar bien. Se que te molestaste  por James, y sentiste más presión, tranquila.

-Si lo se. Lucas...

-¿si?

-Te amo

-Y yo a ti pitufa

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