Envidia

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Cuando alguien no te recrimina todo lo malo que le has hecho, tienes un peor enemigo que esa persona; alguien que te hace pagar por las cosas terribles que has hecho, y ese alguien no te da tregua, te atormenta sin descanso... correcto, estamos hablando de la conciencia, el peor enemigo de los villanos.

Furuya llevaba días sin dormir siquiera, desde que Sawamura le había dicho que lo perdonaba, y es que en esos momentos recordaba muchas cosas que deseaba olvidar, porque le estaban haciendo mucho mal.

Aquel día de práctica... le daba miedo admitir que le pisaban los talones

-Eres un jugador de repuesto, únicamente eso

Se burló de Sawamura con la mirada más estoica que pudo, haciéndole señas con las manos, sin dejar que sus labios le sonrieran, pero se burlaba por dentro de aquellas palabras, porque conociendo lo sensible que llegaba a ser Eijun, sabía que estas le dolerían mucho, sobre todo, porque nadie le apoyaba como quizá... deberían.

-¿Qué has dicho imbécil?

-He dicho que no sirves para nada, eres un pitcher inútil, corrección, tú no eres un pitcher

Hable demasiado; sobre todo, para lo poco que suelo hablar; me di cuenta de ello minutos después; él se acercó a mí y me dijo.

-¡Eso no es cierto!

-Te lo repito para que lo entiendas, estorbas en el equipo

-¡Furuya!

-Ni siquiera puedes lanzar una recta como se debe, tus lanzamientos dan asco

Miyuki-sempai iba caminando hacia nosotros y alcanzó a oír esa última frase, no preguntó más sobre el tema, pero me dio la razón.

-Hahahaha, Sawamura, no te enfades por lo que es verdad

-¿Qué has dicho Miyuki Kazuya?

-Ya vamos Furuya, dejemos al tonto, y volvamos al campo

Me quedé callado cuando volteé a verlo y lo vi furioso, pero con la mirada gacha, evitando a los demás, me sorprendió que no le diera importancia y volviera a ser el mismo de siempre a mitad de camino, aunque... cometió un error, por las burlas que le hice.

Poco después cometió un error y todos se lo recriminaron, la verdad, me causaba gracia, lo estaba consiguiendo, tirar a la basura ese concepto tan absurdo que todo el mundo tenía de él, todos le gritaron, incluso si el dolor en mi brazo estaba causándome algunos estragos, la actitud de todos fue un apoyo para mí, estaba algo molesto porque no podría jugar un tiempo... pero el castigo para él, bien valía la pena... supongo que normalmente no hubiese permitido que eso me causara gracia, pero necesitaba una forma de deshacerme de él.

-Furu...ya... no lo hice a propósito, lo siento

Sus palabras eran honestas, yo lo supe en cuanto miré sus orbes doradas, pero... no podía darle la razón, traté de hacer un drama para verlo caer frente a todos, me llevaron de emergencia, no era nada grave, me golpeó un poco, pero no habría consecuencias seberas después, pude ver en sus ojos, un poco de tranquilidad con el diagnostico.

Para mi buena suerte, mis compañeros le ignoraron, comenzaron a cambiar con él, me causaba más emoción eso, tanta como cuando me paraba en el montículo a lanzar, y veía a mi rival destrozado por la derrota, ni en un entrenamiento, lo apoyaron, mantuvieron por mi bien, hasta el último momento esa fría actitud.

-Miyuki... Kazuya... ¿puedes atrapar mis lanzamientos?

-Piérdete

Eso todavía me causó más alegría, era felicidad inexplicable que relajaba mis músculos, porque mi rival, estaba siendo destrozado.

Estábamos en pleno juego, cuando le pidió a Sawamura que saliera, por supuesto los del equipo se aguantaron las ganas de negarse a jugar con él para finalmente jugar sin perjudicar el marcador, aunque nuestro capitán seguía evadiéndolo y siendo tan frio con él, que me daba por disfrutar como si fuera una película en cine del mejor juego de béisbol del siglo.

Hizo un gesto extraño... yo lo noté... recuperó la cordura, se alistó y continuó jugando hasta volver a cometer el mismo error, lastimando a otra persona... de inmediato me lo imaginé, él estaba lesionado de la muñeca, más regalos para mí, seguro que por no lesionarme se lastimó él, como siempre, es un idiota, que seguro no se dio cuenta de eso, otra vez le dieron la espalda...

-Si no vas a dejar tus actitudes infantiles baja del montículo

Cuando el capitán dice cosas como esas, es seguro que está hablando en serio y muy enfadado.

Él quería explicar algo... su cara lo decía todo; guardó silencio ante el terror que provocaban nuestros superiores, para después volver al juego, hasta su último turno de bateo...

-Jefe... sus órdenes

-No espero nada, has lo que siempre haces

Otra vez, abandonado, hasta por el entrenador, aquel de quien más confianza había obtenido con su duro trabajo...

Se esforzó nuevamente, lo sé... empecé a admitirlo abiertamente con mi corazón, pero el dolor en sus ojos, me hizo titubear un poco, no me concentré en verlo, hasta que finalmente vi aquella escena en el campo, donde él estaba sangrando y tirado junto al plato, me quedé en shock por algunos segundos y abrí la boca un poco por la sorpresa, cuando las ambulancias llegaron y se lo llevaron al hospital.

-Su condición es delicada, se fracturó una costilla y recibió un golpe en la cabeza, ahora está durmiendo, pero... necesitamos esperar a que despierte para ver qué consecuencias ha dejado el golpe en la cabeza

Cuando el capitán dijo que tenía amnesia... me relajé más, no tendría que hacer que sufriera más, me había librado de él, además... la vocecita en mi cabeza había desaparecido por un tiempo.

Poco después, pasaron muchas cosas, una de ellas era que él era nuestro enemigo, no evité molestarlo en esos momentos, le dije una que otra cosa dolorosa...

-Sigues siendo el peor

... en otro día

-Eres un estorbo

... más tarde

-Seguro que se avergüenzan de ser tus compañeros

Tantas más que le dije, para nuevamente verlo sufrir, hasta que la vocecita en mi cabeza me lo dijo

-Perdiste, él es quien ganó la guerra

Para entonces entendí, lo que yo realmente sentía... era envidia.

Vi que alguien caminaba por el campo y me acerqué.

-Furu...ya... ¿Qué haces aquí?

-Nada

-¿Quieres una bebida?

-¿Por qué?

-¿Qué?

Me tomaron de la playera y me gritó fuertemente

-¡¿Por qué lo hiciste?! ¡¿Por qué me perdonaste?! ¡Por tu culpa me siento peor! ¡Quisiera que me recriminaras!

"Así que es eso... por eso estás corriendo, no puedes dormir..."

Le sujeté las manos con tranquilidad y le dije

-Porque somos compañeros, amigos, jugadores, pitchers y rivales ¿no es así?

Las lágrimas fluyeron en mis ojos, el tormento se fue, la vocecita que me decía que había perdido, la que me dijo que había hecho mal todo el tiempo... fue la que se esfumó

-Si

Su sonrisa, y sus manos se mostraron ante mí, para después decirle...

-Lo siento

Ojos brillantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora