Detonantes

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Como siempre, me fui a correr por las canchas esperando relajarme para el interescuadras del día siguiente, estaba realmente emocionado porque podría volver a lanzar para mis compañeros del segundo equipo y quería ayudarles a mejorar su entusiasmo. No sabía lo que me esperaba, no en esa situación.

-Eres un jugador de repuesto, únicamente eso-

Furuya me había dicho esas cosas y yo estaba bastante irritado, no me esperaba que me atacara directamente con esa frase, al menos, no esperaba que me dijera tan cruelmente lo que yo ya sabía, era un idiota por creer que en el fondo era buena persona.

Miyuki Kazuya nos vio discutir y le dio la razón, me dijo que me concentrara en el juego del día siguiente y dejara de distraerme pensando en ser la estrella del equipo, con su mirada me decía que nunca lo conseguiría, a pesar de que su sonrisa no lo demostraba.

El partido dio inicio y me concentré en lanzar como siempre, sin embargo, Furuya volvió a hacerme señas de burla mientras estábamos jugando y me desesperé un poco, estaba realmente molesto porque no era justo que me mirara por debajo del hombro.

Aguanté más o menos dos turnos de él en esas condiciones y en la tercera me desconcentré, una punzada recorrió mi brazo, me lastimé un poco la muñeca, pero traté de aparentarlo, entonces cuando se pasó enfrente de mí, traté de ignorarlo, pero... al lanzar la pelota se me fue incorrectamente debido al dolor de la muñeca.

Mis compañeros gritaron con fuerza y corrieron a verlo, estaba tirado en el suelo, no lo hice a propósito, no quería lastimarlo y corrí con todas las fuerzas que mi cuerpo me permitió juntar, me acerqué y vi que su mano derecha estaba en mal estado, al verlo mis manos temblaron con fuerza y casi me caigo del terror de haber lastimado a un compañero.

Los ojos penetrantes de nuestro capitán me paralizaron cuando traté de preguntar algo, lo cargaba con fuerza, recobré la cordura y me arrodillé para verlo mientras los demás llamaban una ambulancia para llevárselo, entonces sentí un fuerte empujón hacia atrás, caí en mi mano y me dolió más pero no presté atención debido a la condición de mi rival.

-Furu...ya... no lo hice a propósito, lo siento-

Se lo llevaron de emergencia, no era nada grave, sólo golpeó en medio del antebrazo, y tenía un moretón, le dolía pero no había fractura, así que en una semana estaría de vuelta, mi corazón se tranquilizó.

Cuando salimos de recibir la noticia, los demás me ignoraron, me estaban aplicando la ley del hielo... era realmente doloroso, sobre todo porque en dos días tendríamos un partido, de verdad me sentía culpable, nunca fue mi intención lastimarlo, yo no soy así, ni Haruichi me creyó.

-Miyuki... Kazuya... ¿puedes atrapar mis lanzamientos?-

-Piérdete-

Aquella mirada aterradora y feroz que me mostró por primera vez cuando hablé mal de Chris-senpai en primer año, fue la que me marcó el alto, ya no traté de insistir.

Estábamos en pleno juego, cuando el entrenador me dijo que saliera, por supuesto los del equipo tragaron en seco y evitaron desconcentrarme, aunque nuestro capitán me evadía la mirada, seguía dándome buenas indicaciones.

Por un momento me relajé al ver que el dolor de mi muñeca no estaba y me forcé a seguir lanzando bien, fue entonces que la punzada regresó a mi mano y solté la bola mal, le di un golpe al bateador en la espalda, los chicos pidieron tiempo y se acercaron a mirarme.

-Si no vas a dejar tus actitudes infantiles baja del montículo-

Quería explicar que no lo había hecho a propósito, pero sus miradas me dejaron en silencio, no me atreví a contradecirlos, seguí lanzando aun cuando la mano se me adormecía y estaba agotado, la baja de la novena entrada estaba en juego, teníamos que anotar para detener el juego, estábamos empatados, una carrera quitaría presión, dos outs, el equipo no esperaba nada de mí, antes de mi había un buen bateador, Kanemaru, a quien habían eliminado por un error.

Ojos brillantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora