3 DE MARZO.
Es Lunes. Y como todos los lunes, mi humor está por debajo del suelo. Camino cabizbaja por la calle y por desgracia voy sola. Carlos está enfermo y no viene a clase. Me he acostumbrado a ir siempre con él, llevamos poco menos de un mes conociendonos y la verdad es que este chico es un mundo. No es como los demás chicos de 16 años, o eso creo.
Esta semana no tengo exámenes por lo que esta tarde vamos a quedar las chicas para salir un rato. No está mal cambiar la rutina de siempre por un día.
Saludo a algunos alumnos que están en la puerta. Normalmente se suelen quedar ahí liandose con sus respectivas parejas o fumando.
Entro a clase y me pongo a hablar con Sara hasta que suena el timbre.
Las clases del lunes son aún más aburridas que todas las demás.
Si estuviera en Mairena, ya me habría escapado con Jesús a la azotea. - Pienso.
Estoy tan despistada mirando por la ventana que apenas me entero de la explicación del profesor.
Mis notas han decaído muchísimo desde que estoy en Madrid.
Lo que antes era un 9 en matemáticas, ahora es un 6 raspado.
Últimamente no estoy centrada. Tengo demasiados pájaros en la cabeza.
- ¡Laura! - me grita el profesor pasando su mano por mi cara.
- Dime. - digo, parpadeando un par de veces y mirando al resto de la clase, que empieza a reirse.
- Te he hecho una pregunta, no estás atenta. - dice, regañándome.
- ¿Me la puede repetir?
- No, haga el favor de traerme su agenda. Me temo que la tendré que poner una nota para que la traiga firmada mañana.
Hago una mueca y con mala gana le acerco la agenda al profesor. Me escribe y me vuelvo a sentar en mi sitio.
En las siguientes clases presto más atención, no quiero llevarme más notas a casa.
Suena el timbre que finaliza las clases y vuelvo sola a casa.
Realizo mi rutina diaria de todos los lunes y a las 5 me preparo para salir.
Hemos quedado en una papalería que está por el centro. Raquel ha quedado en pasar a buscarme y luego ir las dos juntas en el metro.
Quince minutos más tarde ya estoy preparada.
Me siento y espero, pero no mucho ya que Raquel es muy puntual.
- Hola bonita. - me saluda dándome un abrazo de los suyos.
Cojo mi móvil, las llaves y el monedero y salimos para la calle.
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- En veinte minutos quedamos aquí. - grito corriendo la calle arriba.
Cada una queremos ir a un sitio distinto y como no nos hemos puesto de acuerdo, nos hemos partido.
Sara y yo vamos a Stradivarius mientras las demás van a H&M, Pull&Bear, Bershka...
- Ese vestido es tan follable. - grita mi amiga, en medio de la tienda, provocando que toda la gente de alrededor nos mire.
Ahogo una carcajada y lo miro. La verdad es que no está mal. Con unos tacones negros quedaría ideal.
- Tía compratele que seguro que no tienes nada para la fiesta del sábado.
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Un te quiero sincero (Jesús y Daniel)
FanfictionTercera temporada de UNA SEÑAL DEL DESTINO (Jesús y Daniel)