Nothing is better than You and I

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Maldita Eva, maldita Nayeli, maldito Lucho... ¡Malditos todos!

Pensaba Valentina mientras se dejaba caer en la cama de su habitación. Había sido un día horrible, desde en la mañana que despertó con los gritos de Eva, por una supuesta inversión que no salió bien el día anterior, y que tenía que dejar un par de días la ciudad para resolverlo, supo que las cosas no irían bien.

Todo empeoró en la universidad, Nayeli le dijo que alguien tenía una sorpresa para ella, y sin siquiera pasarle nadie en específico por la cabeza, se dejó arrastrar a eso... Fue un caos.

Lo que pasa la luz a la siguiente persona que hizo su día un asco, Lucho... Al chico se le había hecho buena idea llevarle rosas y un peluche. No, eso no fue lo peor, lo peor fue que se le ocurrió dárselos a medio almuerzo, con toda la cafetería observándolos, sí... Incluida Juliana.

Juliana...

Había visto su mirada y sonrisa burlesca ante el deplorable espectáculo al que la arrastró Lucho. Fue vergonzoso. Ah, sin olvidar, que no había parado de recibir notificaciones en sus redes sociales... Ya sabrán por qué.

Y la cereza en el pastel para su horrible día, fue que vio a Juliana hablando animadamente con Emily, una chica porrista que al parecer había tenido repentino interés por su "amiga". Definitivamente las cosas no podían ir mejor (nótese el sarcasmo).

Sin pensarlo mucho, le había mandado un mensaje a Juliana, hace ya algunos minutos, donde le pedía que fuera a su casa. Pensó que la morena se negaría, pero la contestación que recibió fue:

"Dame 30 y estoy ahí"

Valentina no sabía cuánto tiempo exactamente pasó, pero justo en ese momento, escuchaba ruidos cerca de su balcón... Era ella. Juliana es la única persona que trepa el árbol que se encuentra en su patio trasero, hacia donde da su habitación, para aparecerse ahí y estar con ella.

No supo exactamente que la motivó para escribirle y pedir que se vieran, o bueno sí... En el fondo lo sabía. Estaba enamorándose de la morena. De esa maldita sonrisa tan brillante y sexy que tenía, de los besos tan calientes y a la vez dulces que le regalaba. De toda ella.

Pero tenía miedo. Miedo de no saber cómo manejar las cosas, y de todo lo que viniera después. Aunque si era sincera, imaginarse con Juliana no era tan difícil, cuando estaban juntas el tiempo pasaba muy rápido, incluso en sus encuentros donde compartían besos y caricias. Estaba tan jodida... 

-Hey tú- dijo en voz baja la chica de ojos cafés en el oído de Valentina, y rió al ver cómo brincó del susto- Sólo soy yo, morrita.

-Ya sé que eres tú- se levantó rápidamente después de recomponerse, aunque su corazón seguía latiendo como loco, y trató de culpar al susto por eso- No esperaba a nadie más...

Fue lo último que susurró, antes de atacar los labios de Juliana en un beso para nada tierno.

La morena no se imaginó que pasaría los brazos tras su cuello y golpearía sus bocas en un arrebato. Pero no se negó ni la separó. En cambio, deslizó sus manos y la sujetó por la espalda, mientras abría la boca y todo el calor aumentaba en su cuerpo. Sus lenguas estaban húmedas, acaloradas y peleando. Pero se abrazaban, se acariciaban y su sonido al chocarlas las estaba volviendo locas. Y Juliana sabía que necesitaban más. El sabor fresco de la rubia mezclándose con el suyo, las manos en su nuca sujetándola con sus uñas clavadas y acercándola cada vez más.

La menor le mordió el labio inferior y Valentina ahogó un gemido, mientras sonreía contra sus labios. Dios, estaba siendo el mejor beso que se habían dado nunca. Incluso en sus mejores encuentros juntas.

Pronto la rubia cayó en la cama, sin perder tiempo Juliana se colocó encima de ella, y comenzó a tocar sus pequeños y hermosos pechos. Valentina soltó un gemido y cortaron el beso. De inmediato la más joven atacó su cuello, chupando y mordiendo aunque sin dejar marcas. Los gemidos que ambas dejaban salir elevaron la temperatura, y lentamente, Juliana llevó su mano derecha hasta el centro de la ojiazul, por encima de la ropa interior.

Valentina al sentir cómo los dedos de Juliana masajeaba su centro, le mordió el labio para no gritar ante el placer que estaba sintiendo. A la menor le encantaban esas situaciones, le encantaba sentir a la rubia tan mojada, tan a su merced, tan excitada. Pero iba más allá de eso... Le encantaba estar con ella. Sintiéndola, mirándola, compartiendo esos momentos íntimos.

Había llegado a la conclusión de que no dejaría que Val se escapara, lucharía por lo que sentía, no podía no ser correspondida, la manera de tocarse, de besarse, no era fingida. Y una vez más, lo estaba comprobando.

-Vi tu espectáculo de hoy en la cafetería- dijo Juliana con voz ronca, y quitando su mano de la zona de placer de la chica debajo suyo.

Valentina gimió frustrada. Y la miró, sus ojos estaban casi negros, debido a lo dilatado de sus pupilas.

-No hay nada que decir sobre ese vergonzoso suceso- negó y atacó de nuevo la boca de su... ¿De su qué?

¿Cómo debía llamar a Juliana? No eran novias, pero tampoco eran sólo amigas... Sentía demasiado con una simple sonrisa de su parte para reducirlo a eso.

Se besaron nuevamente, juntando sus lenguas de manera descuidada. La rubia le tomó la mano y trató de regresarla a donde estaba, pero la menor no iba a dejar el tema tan fácil.

-¿No? Yo creo que sí, tu noviecito se lució- susurró en su oído, mordiéndole el lóbulo suavemente.

-No es... Él no es mi... Novio- suspiró al sentir cómo los besos de Juliana bajaban hacia su pecho.

-¿Ah no?- regresó a su cuello, y la miró- Deberías dejárselo en claro, porque... No me gusta compartir.

Valentina abrió los ojos como pudo, y se mordió el labio mientras la veía. Se le hizo tan sexy ver a Juliana de esa manera, estaba celosa, lo sabía perfectamente. Y ese fue el momento ideal para sacarse la espinita sobre lo que vio entre su chica y aquella porrista.

-Es curioso que lo digas- acarició su nariz con la de ella- Porque espero que también a esa tal Emily le quede claro que eres mía... Solamente mía- susurró sobre sus labios entreabiertos.

-¿Ah sí?- ronroneó la morena sonriendo- Con esas miradas que le das, estoy segura de que le ha quedado claro. Pero tranquila, ella no es una amenaza.

-Lucho tampoco lo es- se mordió el labio- Puedes estar segura de eso. Además- tomando desprevenida a la menor, le dio la vuelta, quedando ahora ella encima- Lo que sea que tenemos, quiero que siga siendo contigo...- rozó sus labios.

Los corazones de ambas latían furiosamente, y sus miradas brillaban, ahí estaba de nuevo... Aquel sentimiento que las mantenía juntas, que les daba esas sonrisas tan genuinas, y esas sensaciones tan intensas.

Amor.

-Me parece perfecto...-  la abrazó por la cintura, mientras la rubia dejaba caer todo su peso ahora sí encima de ella- Llamaremos esto como tú quieras, bonita- se besaron suave y dulcemente.

Y pasara lo que pasara en el futuro, se aferrarían a eso que tenían, ambas sabían que sería más que suficiente.

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¡Lamento la tardanza! Por distintas situaciones no había podido subir el capítulo que faltaba, pero aquí está. Espero sea de su agrado, fue una historia súper cortita. Pero ahí traía la idea, so... Aquí está!

Nos estamos leyendo pronto.

Temporary Fix |Juliantina| |AU|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora