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¿Era normal ver a alguien por más de 10 minutos?

Matsukawa se hacia esa pregunta luego que el amigo de Kageyama se presentara con ellos en la fiesta de bienvenida, quizás fuera su cabello pelirrojo tirando a naranja y revuelto o su estatura que no pasaba de los 168 cm. Algo en el chico llamo su atención de una manera rara.

Aquel año sus antiguos kohais entrarían a la universidad, siendo Kageyama Tobio uno de estos, entrando a la misma universidad a la que iba Tooru gracias a una beca deportiva. Tobio era su antiguo compañero del equipo de voleibol y novio actual de Oikawa desde hace unos meses, su historia era larga y se remontaba desde secundaria, pero para hacerla corta, luego de mucha insistencia por parte de Tooru, consiguió que el apático chico aceptara los sentimientos que hace años se tenían mutuamente. A sí que, a petición de su ex capitán salieron a tomar como fiesta de bienvenida.

Y ahí estaba el, mirando al enano, que buscaba de un lado a otro a su amigo dándose por vencido cuando lo vio contra una de las paredes de aquel antro junto Oikawa, el solo se rio ante esto, Tooru podía a llegar a ser muy molesto con sus muestras de afecto físico cuando se trataba de Tobio, con calma se acercó al enano y tomo asiento alado suyo junto a la barra.

—¿todo bien?

—¿ah? Si claro, eh...— el chico se mostrada indeciso, seguro no recordaba su nombre, aunque hace unos minutos se presentaran

—Issei Matsukawa.

—perdón, no soy bueno con los nombre.

—me doy cuenta... así que ¿tú también estudiaras en Tokio? ¿qué carrera? — comenzar las conversaciones no era algo que le desagradaba, pero por algún motivo el hablar con el chico que tenía en frente se le hacía difícil al no saber que decir

—sí, estudiare para profesor de primaria—su respuesta fue corta, pero sincera

—¿te gustan los niños? —hasta el momento no conocía muchos chicos que eligieran esa carrera, mayoritariamente eran mujeres las estudiaban aquello

—sí, ¡me encanta! Donde vivo suelo cuidar a los niños del vecindario y pensé tomar una carrera que más se acercara a lo que hago—sonrió al decir esto ultimo

—Oh.

No hablaron luego de eso, la música cada vez subía más su volumen e instaba a bailarla, si Hanamaki estuviera con él, ambos bailarían hasta el cansancio, pero el muy desgraciado se había escapado con Kunimi a los baños.

—¿hace mucho que conoces a Tobio? —lentamente se acercó a su oído susurrando esto, ante esto el pellirrojo se tambaleo del taburete de la barra, mis reflejos fueron más rápido y logré tomarlo del brazo evitando la caída— ¿estás bien? — el asintió con nerviosismo, lo solté despacio y pude ver como tomaba bocanadas de aire tratando de tranquilizarse

—perdón...me asustaste—...— sí, hace 2 años que nos conocemos, fuimos compañeros de curso.

—Vaya, no sabía que el gruñonsito podía tener más amigos además de Kunimi Y Kindaichi.

—al principio no nos llevábamos bien, pero, cuando ambos tuvimos que tomar clases extra nos fuimos conociendo.

Otro silencio volvió a instalarse entre nosotros, busqué rápido con la miraba a alguno de mis amigos, pero solo pude ver a Iwazumi tomando algo con Terushima no muy alejados.

Eran cerca de las 2 de la madrugada cuando la gente poco a poco se movía al centro buscando el tan apreciado contacto físico que el lugar podía proporcionar, sin darse cuenta el sitio comenzó a llenarse de gente, más de la que deseaba. El olor a tabaco y marihuana comenzó a llenar sus fosas nasales. Desearía tener un poco de hierba en esos momentos para poder calmar los nervios y ansiedad. Sentía que estaba otra vez en aquellos años cuando tuvo su primer flechazo por una compañera, pero esto era distinto, era un chico y solo se había conocido hace unas horas, eran situaciones muy diferente, pero los nervios de ambas se sentían iguales, lo cual lo confundía bastante.

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