Parte 3 - Era una mañana normal

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La mañana del jueves me levanté antes de lo normal, me duché, desayuné y me fui hacia clase. Por el camino me encontré con Pedro y Silvia, iban cogidos de la mano, "que monos", pensé.

Era una mañana normal, Lucía llegaba con su hermano, Sofía y Marta venían juntas, todo era como siempre. Pero yo me sentía distinto, era como si esa mañana me hubiera despertado de manera distinta a la anterior, ¿sería por lo que pasó con Lorena?

No le di muchas vueltas, decidí que el viernes le diría lo que sentía.

Entré a clase, la profesora de literatura, como siempre había llegado diez minutos antes de empezar la clase y había escrito en la pizarra las cosas que daríamos ese día. Puff, odiaba la literatura, y ella parecía odiarme a mí, pues llevaba dos años sin aprobarla, dos años sin ver un solo resultado que valiera la pena.

Me senté, y la profesora se acercó a mi sitio, "ya me va a echar la bronca otra vez por no traerme el libro", pensé. - Ya tengo las notas de las redacciones - dijo en voz alta, - ya era hora porque se la entregamos hace un mes - susurré. - ¿Has dicho algo Marco? - dijo mirándome seriamente, - No profesora - respondí. 

Las empezó a repartir por orden de lista, me tocaba después de Fernando, el niño del diez. Me preparé para que se diera la vuelta y me restregase que había sacado mejor nota que yo.

- Marco, ¿te gusta escribir? - me preguntó la profesora con tono amable
- No sé, no suelo escribir -contesté

- Pues deberías, me ha apasionado tu redacción, tienes un diez - respondió la profesora. Fernando no se giró para decirme su nota, por lo que di por hecho que había sacado mejor nota que él, toma, ¡había conseguido superarle en algo!

En el recreo estuve preguntando por Pedro, llevaba sin verle desde que salimos de la biblioteca, ha ido al baño con Silvia, me contestó Sofía. 

- Hola, ¿donde estuviste todo el recreo? - le pregunté en clase de, matemáticas, miró a Silvia, esta le respondió guiñándole el ojo. No quise preguntar más, no necesitaba más información. 

Al acabar de comer me senté frente a los libros de biología, odiaba la biología aún más que la literatura, pero tenía que estudiar para el examen. Cuando acabé, me fui a entrenar, tenía partido de baloncesto ese sábado.

No entrené excesivamente bien, pero me sentía preparado para el partido.

Llegué a casa, me duché y me senté en mi cama a seguir estudiando, o eso pretendía. Pero justo cuando abrí el libro sonó mi teléfono, era Lorena.

- Hola, ¿mañana a que hora nos vemos? -

- No sé, sobre las cinco - le contesté

- Perfecto, pues mañana nos vemos - contestó junto a un emoticono sonriente.

Estuvimos hablando un buen rato, hasta la hora de cenar, le dije que el sábado tendría partido y me dijo que iría a verme.

Cuando estaba a punto de dormirme sonó mi teléfono, no pude evitar mirarlo, era Lucía que me  mandaba un meme sobre la gente alta.

- ¿Esto es una manera indirecta de meterte conmigo? - le dije entre risas.

Estuvimos hablando durante un rato hasta que finalmente me quedé dormido.

A la mañana siguiente llegué tarde al examen, me quedé dormido por culpa de estar hablando hasta tarde con Lucía.

Sofía me contó que Carlos, su crush desde hacía dos años, le había pedido salir y que no sabía que hacer porque creía que él solo quería liarse con ella. No sabía muy bien que decirle, aunque daba igual, conociéndole haría lo que quisiese.

Finalmente le dijo que sí y empezaron a salir.

Se me pasó rápido el día, llegué a casa y cuando me fui a dar cuenta ya casi eran las cinco. Salí hacia la de Lorena, la que como ya sabéis siempre llegaba tarde.

Cuando la vi no sabía muy bien que decir, ella era alta, de pelo rizado y oscuro y ojos verdes. Me parecía tan guapa, ese día llevaba una sudadera mostaza y unos vaqueros. 

- ¿Algún día llegarás puntual? - le pregunté con tono burlón.

- ¿Algún día te callarás? - contestó ella riéndose.

No podía parar de mirarle, estaba enamorado de ella, siempre lo había estado, desde la primera vez que la vi. 

Empezamos a andar, de manera disimulada intentó cogerme la mano a lo cuál yo respondí sonrojándome. 

Estuvimos hablando durante toda la tarde hasta que su madre le llamó para decirle que tenía que ir ya a casa.

Llegamos hasta su calle, - bueno, lo he pasado genial - dijo ella mientras se mordía delicadamente el labio inferior
- Yo también, tenemos que repetir - respondí mientras me rascaba la cabeza incómodo
- Bueno me voy - dijo ella. 

- Espera - le dije agarrándole del brazo, se giró y me miró deseando que le besara, - ¿si te digo que quiero ser tu novio? - le pregunté nervioso - obviamente te digo que yo no la tuya - respondió riéndose. 

A lo que respondí besándole, me acarició el pelo delicadamente y me dijo - ¿como te atreves a besarme sin mi permiso? - mientras se reía delicadamente  - perdón, esque no pude contenerme - le dije con tono enamorado.



La paz del silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora