Capítulo 4

339 20 3
                                    

Estoy sentada en el bordillo de la calle con los cascos puestos. Mantengo la cabeza gacha mientras las lágrimas silenciosas siguen callendo por mi rostro. Unos zapatos muy conocidos se paran delante de mí y yo me levanto aferranome a ella.

-Tranquila, cariño. Shhh... Todo estará bien, ya lo veras.

-Me odia.-susurro con mi cabeza enterrada en su cuello

-No lo hace.

-Me lo ha dicho él, Madison.-digo apartándome de ella.

-Seguro que no iba en serio.

Miro hacia el suelo y ella pone su mano en m espalda para guiarme hasta el coche. Al llegar me siento en el asiento del copiloto y apoyo mi cabeza contra la ventanilla. Cierro los ojos intentando que mis ojos se sequen. Pero no lo consigo.

-Katy, me has contado mil historias de Brad. No puede odiarte, es imposible.

-Me encantaría pensar así. Pero él mismo me lo dijo.

-No puede sentirlo, Katy.

-Si lo hace. Madison, ya está, esta historia se ha terminado.

-No tiene porqué. Busca a James, seguro que él sí que quiere hablar contigo.

-¿Y cómo? Estarán llenos de seguridad por todas partes. Bastante suerte he tenido con encontrarme con Brad.

-Pero podéis coincidir en otra parte, y en cuanto te vean, dirán a los de seguridad que te dejen verlos.

-Que no, Madison. Ya está, se ha terminado. Brad tiene razón, ya le hize demasiado daño a James cuando me fui. No es justo que vuelva ahora.

-¿Y eso quién lo decide? ¿Él? Katy, deja de pensa en los demás y piensa en tí por una vez.

-Que no, Mad. Ya está.

Nos quedamos en silencio durante un rato. Miro la carretera mientras pienso en lo que haré esta tarde. Necesito despejarme, olvidarme un rato de todo. Y está claro que quedándome en casa viendo la tele no lo conseguiré.

-Llamaré esta tarde a Nicky para ver si puedo ir al estudio a ensayar.-digo por fin.

-Está bien. Recuerda que a la noche hay trabajo.

-¿Te crees que se me olvida?

-Yo lo digo por si acaso.

-Tranquila, que no se me olvida el tugurio.

Llegamos a casa y me voy directa a mi habitacón. Miro la hora, las cinco y veinte.  Cojo el móvil y busco el contacto de Nicky. Cuando lo encuentro llamo y espero tres tonos a que conteste.

-Hola, preciosa. ¿Qué pasa?-contesta él al otro lado con la voz entrecortada.

-Hola Nicky. ¿Que estabas haciendo?

-Nada. ¿Por?

-No sé. Tienes la voz entrecortada. Parece que te estás ahogando.

-Ah, eso. Tan solo estaba bailando. ¿Que pasa, preciosa?

-¿Como tienes la tarde?

-Para tí siempre libre. Pero tendremos que ir a tu casa, porque Owen esta tarde está en el piso.-dice con picardía.

-¡No para eso, cerdo!-me quejo riendome.

-Ya decía yo que no podía ser tan bueno...-se rie.- ¿Para qué?

-Nada, me apetecía ensayar.

-Ah, claro. Vente a la academia como en una media hora.

-Gracias, Nicky, eres el mejor.

Somewhere, Somehow (The Vamps || James McVey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora