Capítulo 7

291 20 6
                                    

(Narra Katy)

Estoy tumbada en mi cama descansando de la noche de ayer. Después de terminar de trabajar y comunicarle al jefe que definitivamente nos despedíamos, fuimos al descampado de al lado y como Mad dijo, quemamos la ropa de ese asqueroso bar. No llevamos ropa de recambio, así que tuvimos que volver en bragas hasta casa. Menos mal que íbamos en coche y no nos vio nadie.

Ahora tan sólo me dedico a escuchar canciones algo anticuadas mientras estoy tumbada en la cama. Comienza sonar "Another World" de One Direction. Me acuerdo perfectamente de esa noche en el baile de fin de curso. James me cantó toda la canción al oído mientras bailábamos.

Dios, putos recuerdos. Lo echo de menos. Lo echo mucho de menos. Y él a mí, Brad lo dijo. Entonces, ¿por qué el mundo es tan cruel y no nos deja estar juntos?

"Quizá porque te fuiste antes de tiempo. Quizá porque le dejaste. No sé, cosas mías."

Conciencia, cállate. No estoy para escucharte.

"Pero en el fondo sabes que fue culpa tuya"

¡Que si! ¡Que fue culpa mía! ¡Entendido!

Giro en la cama y entierro mi cabeza en la almohada para después soltar un grito que es ahogado por esta.

-¿Una mala noche, pequeñaja?-dice Nicky entrando por la puerta. Yo gruño en respuesta.-¡Hey, tranquila, fierecilla! Encima de que te traigo el desayuno...

-¿Qué me has traído?-pregunto sin levantar la cabeza.

-Frapuccino de caramelo y chocolate y crepes con chocolate. Chocolate, no nocilla.

-Dámelo.-digo estirando la mano.

-Levanta la cabeza, vaga.-me responde riendo.

-Mmhh.-me quejo mientras me siento bien en la cama.- Ya está. Ahora dame.

Estiro la mano y él me da la bolsa con el Frapuccino y las crepes. Comienzo a zampar mientras él solo me mira riendo. Me hago a un lado y le hago una seña para que se tumbe a mi lado. Él se quita la camiseta y se tumba a mi lado.

Joder. Está buenísimo. Y yo soy tonta. Tendría que tirármelo ya. Ahora mismo. Y terminar ya. Además Madison ha salido y tenemos toda la casa para nosotros... Sería el momento perfecto para... ¡No! ¡¿En qué estás pensando, Katy?! Las largas charlas con Mad y la falta de sexo me nublan el pensamiento. ¡Es Nicky! No puedo tirarmelo. Por mucho que ahora me esté provocando... Que lo está haciendo.

-¿En qué estás pensando, enana?-pregunta de repente sacándome de mi trance.

-En nada...

-¿Seguro?

-Seguro. ¿Puedes ponerte la camiseta otra vez?

-¿Te pongo nerviosa?-pregunta enarcando una ceja.

-No. Es que...

-Entonces voy a quedarme así. Hace demasiado calor.

-Está bien...

Me termino el frappé y dejo el vaso en la mesilla. Nicky se ríe a mi lado y yo le miro preguntándole con la mirada.

-¿Por qué no reconoces que te pongo nerviosa cuando estoy sin camiseta?

-Porque no lo haces. Simple.

-Ya. Y por eso te tiembla la mano, ¿verdad?-dice acercándose a mi.

-Es el café...-digo con torpeza.-Ya sabes... la cafeína.

-Ya. La cafeína.-se acerca más y roza sus labios con los míos.

Instintivamente cierro los ojos cuando siento su aliento contra mis labios entreabiertos. Su mano se dirige a mi cintura mientras la otra descansa sobre el colchón para sujetarse mejor. Mis manos se aferran a las sábanas, enterrándolas en mis puños.

-¡Katy! ¡Ya he...! ¡Joder! Podías haberme avisado de que estabas con Nick, lista.-dice Mad entrando en la habitación.

Enseguida Nicky y yo nos separamos. Él bufa.

-Mira que eres oportuna, Mady.-le dice.

-Es que estas cosas se avisan. No sé, un mensaje o algo. ¿Y si os llego a pillar...? Oh dios, no quiero ni imaginármelo.

-¡Oye! Que yo te he pillado con tíos mil veces. Y no te he dicho nada.

-Ya, joder, pero sois tú y Nick... Bueno, yo me voy. Os dejo solos por si... ya sabéis.

Sale de casa corriendo sin darme tiempo a decirle nada. Nicky a mi lado sonríe.

-¿Por dónde íbamos?-pregunta acercándose a mi otra vez.

-Por ninguna parte.-respondo yo alejándome.-Nicky, no puedo hacer esto y lo sabes.

-Pero te gustaría.

Me levanto y comienzo a caminar de un lado a otro nerviosa. Esto no tenía que haber pasado. Ha sido un error. Un error que no tiene que volver a repetirse. Joder, tengo que aprender a controlar los impulsos que tengo al estar cerca de Nicky.

-No, no me gustaría. Es decir, si. ¡NO! ¡No! ¡Quería decir que no!

Él ríe haciendo que su pecho tiemble. Hasta su risa es perfecta. Mierda, ¿por qué tiene que ser tan perfecto? ¿No puede ponérmelo un poco más fácil?

-¡Y no te rías!-me quejo señalándole con el dedo.

-Es gracioso verte caminando de un lado a otro intentando negar lo obvio.

-¿Y qué se supone que es "lo obvio"?-pregunto cruzándome de brazos.

-Que te gusto.

Se levanta y camina hasta pararse a unos pocos, muy pocos, demasiados pocos, centímetros de mí. Esto no me ayuda, Nicky.

-N-no me gu-gustas. -titubeo.

-Deja de negarlo, pequeña.-me abraza.-Ahora tengo que irme, nos vemos esta tarde en el bar ¿está bien?

Sin esperar ninguna respuesta, se separa de mi y recoje su camiseta para ponérsela. Se vuelve a acercar y me va a dar un beso en la mejilla, cuando...

¡BUM! Gira la cara y me besa. Un pequeño beso, pero lo hace. Se separa lentamente y sonríe.

-Nos vemos, pequeña.

Él sale corriendo y yo sigo en shock. ¡Me ha besado! ¡Lo ha hecho! Salgo de mi trance y corro detrás de él.

-¡Nick Sebastian Lafeu!-grito llegando al recibidor.

Él, ríendo, sale y cierra la puerta. No me da tiempo a frenar y me doy de bruces contra la puerta. Juro que en cuanto lo vuelva a ver lo mato. Y eso de que me gusta... ¿de dónde se lo ha sacado? No me gusta. Claro que no me gusta. Es Nicky, solo Nicky, mi mejor amigo. Eso es todo. Nada más. Tan solo mi mejor amigo. Yo estoy enamorada de James. Sigo enamorada de James. El ha sido el único en mi vida y así seguirá. Ya está.

Bufando, me doy la vuelta y vuelvo a mi cuarto. Me tumbo en la cama boca arriba y tapo mi cara con la almohada para después soltar un grito.

(Narra James)

Brad salió del hospital pocas horas después de despertar. Habló con un psicólogo poco más de una hora, pero el psicólogo dictaminó que todo había sido un accidente. Aún así nos dijo que nos mantuviéramos atentos a cualquier cambio de ánimo brusco, a lo que todos asentimos. Dean le echó la gran bronca diciendo que él era responsable de nuestro bienestar mientras estuviéramos fuera del país y que tendría que cuidarse un poco y mantenerse con ánimos por el bien de la banda.

Ahora todos, incluyendo a Dean, nos encontramos alrededor de la mesa para desayunar, aunque Brad tan sólo mira su plato y da vueltas a la comida sin intención de meter nada a su boca. Me mira y vuelve a mirar su plato, así varias veces hasta que me harto.

-¿Qué es lo que me miras tanto?-él se encoge de hombros.

-Tengo algo que decirte...-susurra.

Somewhere, Somehow (The Vamps || James McVey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora