Día 5

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Me cepillo el cabello y me veo en el espejo por quinta vez. Dejo que mi pelo corto y castaño caiga hasta los hombros... Necesito un corte de puntas por cierto.

Un poco de rimel y ya está. Tal vez no soy la chica más linda, y tampoco mi intención es que Armad piense que lo sea... ¿O tal vez sí? Total, solo estoy para ayudarlo, o espero que lo pueda lograr.

No me he conectado a SuicideChat en todo el día, pero la única razón por la que estoy ahí es para ayudar a Armad, y ahora, nos podremos ver cara a cara... O pantalla a pantalla... ¡Yo me entiendo!

Levanto la parte superior de la computadora portátil, espero que cargue y veo la hora.

-2:00 am, creo que es algo tarde.- Pienso en voz alta.

Entro a Skype y agrego a Armad.
Un rato después me acepta la solicitud.

No sé porque, pero me siento nerviosa, como cuando niña llevaba un plato sucio a la cocina y mi madre justamente terminaba de lavarlos.

Con un click, presiono el botón de videollamada, y unos segundos después la imagen se cambia a un chico.

Tiene un largo cabello negro que combina con su tez blanca.
Sus ojos... Te puedes perder en su mirada, y hay algo que no te permite ver más allá de esa oscuridad, bueno, sí, tal vez la tristeza con la que carga.

Luce más joven de lo que imaginé, pero incluso sin haber dicho nada se nota con una actitud seria y madura.

-¿Entonces?- Rompe el silencio.

- Ya te dije ayer. Dime que te pasa. Qué te molesta. Qué te come por dentro--¿Desde cuando me convertí en psicóloga?

-Quisiera... Em... Como te digo...

-¿Agradecerme? No hay de qué, siempre estaré aquí para cualquier persona que lo necesite, incluso para las personas que conozco en un chat de pensamientos suicidas luego de que me defiendan en una discusión.- Sonríe, y eso instintivamente hace que lo haga también.

-Hace mucho que no tenía una persona para hablar.

-No eres de muchas palabras, ¿Eh? Digo, te digo la Wikipedia y me respondes con dos palabras.

-¿Qué? ¿De qué hablas? Decido abrirme con, ojo, una total desconocida y... Ah, lo sabía, sabía que era una mala idea.- Estira la mano para cerrar la llamada.

-¡Espera! Sí, aveces puedo ser idiota, - lo detengo- si me quieres decir muchas cosas hazlo, y si no me quieres decir nada, no lo hagas.

Me mira fijamente y lanza un suspiro- Hace mucho que no tengo a nadie con quien hablar de mis problemas, nadie con quien distraerme de lo que pasa en mi vida, de lo que le pasa a mi hermano, y el hecho de que yo soy lo único que tiene... - Habla mirando hacia abajo.- Desde hace un año, esa maldita enfermedad está acabando con él, y lo peor es que no puedo hacer nada para ayudarlo más que ver como se le va la vida con cada día que pasa. Él es la única razón por la que vivo.

Le doy una mirada, de esas que hablan solas. Aunque no pueda hacer nada para ayudar a su hermano, al menos puedo ayudarlo a él, ayudándole a sacar todo eso que tiene guardado, que solo hace que se marchite por dentro.

-¡Ah! Se siente tan bien desahogarse. - Y se pone a llorar.

-Quiero que me escuches: Tú eres fuerte, no cualquier persona podría aguantar todo lo que tu haz aguantado, y eso te hace fuerte. No está mal llorar, limpias el alma y calmas tu mente. Lo que está mal es dejarse pisotear por los malos sentimientos. Tu puedes más que ellos. Tú puedes superarlo. ¿Me oyes?

Y mira a la cámara, dejando ver una mirada rota.

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¡Hola! Para las tres o cuatro increíbles personas que siguen mi historia :'v Lo siento si no había actualizado pero estaba algo ocupada.

Ya por fin estos dos se conocieron por cámara. 7u7

Y por si quieren una ayudita para imaginarse a Armad, aquí le dejo una imagen.

Y si se ve mejor en su mente quédense con el de sus mentes.

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Flor. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora