-3-

56 13 14
                                    

Eilish, regresaba a la mansión después de haber pasado un tiempo a solas debía reflexionar por todo lo que había pasado ese mismo día pero ella no era consciente de una cosa: "Lo mismo te podría pasar a tí" solo que fue algo distinto. Unos hombres en una camioneta negra se pararon frente a ella y uno bajo con un arma en su mano, estaba encapuchado, la chica no tuvo más remedio qué subir ya que una bala en su cabeza planetaria su vida por siempre. Estaba asustada, confundida y indefensa luego de eso vio todo oscuro, la habían noquetado.

Horas después la chica despertó con sus brazos y pies atados a una silla, no podía ver nada ya que tenía una bolsa en su cabeza que impedía su vista. No sé escuchaba nada, era una habitación vacía con una luz solamente alumbradola a ella. Después escucho una puerta abrirse y unos pasos, aquella persona se acercaba a ella lentamente y con una voz ronca dijo.

-Vaya...al parecer mi regalo de cumpleaños llegó antes de lo esperado y de quién sera...?

Luego de eso destapó mi rostro permitiéndome ver nuevamente, el miró sorprendido a la pelinegro.

-En persona no te ves NADA, nada mal...Daniela Eilish.

Dijo él pelirrojo entre pequeñas risas, le entusiasmaba tenerla por fin podría manipular ahora a su gran rival...y sacar información necesaria.

-¡Perdóname! Había olvidado que no sabes quién soy, ¿dónde quedaron mis modales? Jajaja, soy Jerome Valeska.

La chica parecía desinterada, sólo deseaba saber dónde estaba. Y obvio salir de aquí.

-¿Puedo saber dónde demonios estoy y qué es lo qué quieres de mí, payaso?

-Deberías cuidar un poco tu vocabulario pequeña Daniela...dónde estás no te diré, pero tal vez lo haga si jugamos un juego de preguntas y respuestas, ¿qué te parece?

Sacó una navaja y se la acercó levemente al cuello de la chica...la demonio intentaba alejarse de él o más bien alejar la navaja de su cuello.

-Está bien...con tal qué me dejes ir.

Rodó los ojos la pelinegro, miró a un lado esperando que el "juego" iniciará.

-¿Qué eres de Robert?-dijo interesado.

La pelinegra regresó su vista al chico de ojos verdes, este se notaba interesado en saber y en realidad no era nada del otro mundo.

-Soy una simple asistente, es todo. ¿Serías tan amable de desatarme y dejarme ir?

-Y qué más?-preguntó nuevamente.

-Esas son dos preguntas.

-Pfff, bien...dime.

-¿Qué quieres de mí?

-¿No es obvio? A tí y a tu preciada información sobre Robert.

Se acercó a su rostro con una sonrisa de ambos lados, una sonrisa siniestra...colocó sus manos en sus hombros y de hay fue bajando como si acariciara su piel.

-Y sí no me la das, me veré obligado a hacerlo de otra forma...así que espero que para salvar tu vida, pequeña.

-Alejaté, estás loco. Jamás te dire nada de mi jefe. ¡Déjame ir ahora!-exclamó.

-Síp-respondió contento ante lo que dijo, sobre que estaba loco.-pero no te dejaré ir...no hasta qué me des lo que quiero preciosa.-

-Pierdes tú tiempo, jamás te diré nada de mi jefe...-

-¿Porqué eres tan complicada? Pensé que ibas a ser amable y no tendría que ensuciarme las manos.-dijo flojo.

-Matame, pero de está boca no saldrá nada.-negó diciendo su última palabra.

"Se qué no quieres dejarme"-Jerniela. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora