A Strom Blowing Up Your Horizon [NamKook]

( 5 ) -Saborear el hierro

Ahora que estaba en medio del horario del mayor, Jungkook comenzó a notar que sus ojos permanecían en Namjoon durante sus entrenamientos matutinos. Al inicio no le dió mucha importancia y lo sintió como la curiosidad de un estudiante que observa a su maestro, hasta que "eso" le causó molestia. Había sentido una agitación en sus entrañas y, antes de darse cuenta, su erección había estado sobresaliendo contra la tela de sus pantalones. Se había girado antes de que Namjoon pudiera verlo y, después de que el mayor se iba a trabajar, corría a la ducha, con la esperanza de librarse del hambre que había crecido dentro de su estómago, pero luego se sentía vacío e insatisfecho.

Fue extraño. Jodidamente extraño. Nunca antes había tenido realmente deseos sexuales como este. Claro que había sentido la respuesta física de sus hormonas antes, pero siempre lo resolvía dándose un golpe mental y pensando rápidamente en nada en específico. Era fácil para él, en aquel entonces. Pero ahora realmente sentía una necesidad y a veces quería cosas muy específicas, comenzaron como pensamientos fugaces que lo dejaban inquieto y frustrado.

Namjoon y The Monster estaban bastante en forma, en realidad. No tenian músculos abultados y exagerados, estaban tonificados y sólidos, casi sin grasa, y se veían tentativamente poderosos. Jungkook comenzó a encontrarse viendo cómo Namjoon hacía ejercicio en la mañana más y más. A menudo, lo hacía sentirse frustrado y tratar de ordenar sus pensamientos era solo más frustrante.

Fue difícil lidiar con el repentino cambio de su apetito sexual, especialmente cuando Namjoon y The Monster andaban cerca de él tan a menudo. Desde las 8 de la mañana hasta las 4 de la tarde, se salvó, pero fuera de ese horario, casi siempre estuvieron allí, a excepción del jueves, cuando Namjoon llegó a casa del trabajo a las 6 de la tarde. Para un Jungkook en celo (todavía adolescente), era suficiente tortura y, ya que nunca había pasado por algo como esto antes, haca que fuera aún peor. Se mostró fuerte y lo retuvo lo mas que pudo para no parecer débil ante si mismo, pero el sentimiento creció en intensidad cada día.

Mientras mas tiempo intentaba ocultarlo, él se sentía mas incorrecto y mas crecía su equivoco deseo.

El día anterior a su decimo octavo cumpleaños, el sentimiento se había vuelto tan fuerte que prefirió fingir estar dormido para contener sus ganas de saltar sobre Namjoon antes de que se fuera al trabajo.

Por más que trató de ignorar sus instintos todo el día, no pudo. Estaba inquieto, se paseó nerviosamente por el apartamento durante horas. Intentó leer y tocar el piano e incluso limpiar aunque Namjoon lo hubiese hecho ya lo suficientemente bien, pero no pudo quedarse quieto el tiempo suficiente para hacer nada. Sus nervios eran tan fuertes que cuando Namjoon abrió la puerta principal lo asustó, haciéndolo derribar la pila de libros que había tratado de leer y que no prestó la suficiente atención para darse cuenta que seguían ahí.

-¡Carajo! - Maldijo mientras intentaba agarrarlos antes de que cayeran. Los colocó rápidamente en la mesita de la biblioteca.

-¿Estás bien?- Namjoon preguntó desde la puerta donde se estaba quitando los zapatos. Los ojos de Jungkook estaban fijos en la pendiente de su trasero debajo de los pantalones ajustados cuando se inclinó, por lo que no respondió hasta que Namjoon se aclaró la garganta.

-¿Qué? Ah, sí.- Tragó nerviosamente y apartó los ojos de la forma en que el suéter de color crema de Namjoon se ajustaba perfectamente contra su torso.
-Solo... Necesito el baño.- Salió corriendo de la habitación hacia el baño antes de que Namjoon pudiera responder.

Cerró torpemente la puerta detrás de él y se sentó en el suelo con la cabeza entre las rodillas, como había aprendido en la clase de salud emocional. Estaba medio duro y le temblaban las manos mientras agarraba sus piernas.