"Debes conocerlos"

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-Narra Joel:

Conozco a Carolina desde que tengo memoria, siempre fuimos vecinos y mejores amigos, a los cinco años Lina se mudó a California, fue tanta mi pena que mis padres tuvieron que llevarme tras ella; desde ese entonces, siempre hemos estado juntos.

Pero debo ser sincero, estos años a cambiado bastante, y yo también; me volví un hombre y ella toda una mujer, pero aún así no puedo verla con otros ojos, aun que quisiera.

Sé que se preguntan como es Lina y se los voy a contar, mide 1,67 aproximadamente, cabello largo y oscuro, tan liso que cualquier accesorio que ponga en su cabeza, se cae de ahí. Tez tostada y ojos grises tan profundos, que te hacen sentir frío cuando los ves. Bonita cintura y un trasero que tiene a toda la Universidad mirandola al caminar, si me permiten opinar, el culo de Lina es digno de una buena paja. Sus pechos son... meh, ni tan pequeños ni tan grandes, como si fueran moldeados a mano, lo sé por qué la he visto en ropa interior, ser su mejor amigo tiene que tener sus ventajas.

Sé que está soltera por que me cuenta absolutamente todo, está en esa etapa de su vida en la que quiere probar, lo cual es maravilloso por que yo estoy en la misma situación; pero basta de Lina, les voy a hablar sobre mi.

Me llamo Joel Pimentel, tengo 20 años, entré el año pasado a la universidad de California y desde ese entonces vivo con mis 4 mejores amigos, Christopher Vélez, con quien en verdad no me llevo tanto, El cubano Erick Colón, Richard Camacho, que es como vivir con un camaleón; hay que adivinar que dia esta o no esta de humor, y Zabdiel de Jesús.

Cuando nos mudamos juntos todo era normal, las chicas iban y venían por nuestra casa, el primero en traer una fue Christopher, nos dijo que podíamos compartirla, pero yo no acepté, eso no era lo mío, en cambio Richard y Erick accedieron al instante; Zabdiel lo dudó un poco pero a fin de cuentas aceptó. Fue transcurriendo el tiempo y esto de compartir e intercambiar chicas se volvió algo de lo más común, incluso para mi, que luego de dejarme llevar por la lujuria una vez, accedí.

Se volvió nuestro sello personal, todas las chicas de la universidad sabían lo que significaba salir con nosotros, tenían claro que, si salen con uno, salen con los cinco. Hasta ahora no hemos tenido ningún problema, el rumor solo anda en boca de mujeres, ya que les damos lo que ellas quieren siempre y cuando ellas no digan nada, no queremos que nos expulsen por calientes. Y claro, mientras nosotros saciamos nuestras ganas.

Ninguno de los chicos conoce a Lina, solo han escuchado hablar de ella pero nada más, sé que si se las presento querrán meterla al juego, pero es mi mejor amiga, y si alguno de nosotros va a estar entre sus piernas, seré yo.

Estaba terminando de ordenar unos libros en mi habitación, cuando Erick golpea mi puerta

-Joel- dijo el cubano desde la puerta -te llaman al teléfono de casa, dice que es Lina-.

-Un segundo, dile que voy enseguida- dije algo confundido, Lina jamás llama al teléfono de la casa, tomé mi celular para ver si tenía alguna llamada perdida de ella y así fue, marcaba siete llamadas perdidas de "Lina Carolina", como le decía a la castaña desde hace mucho tiempo. Con razón había llamado a la casa, debe ser muy urgente.

Corrí hacia el living para responder al teléfono, al llegar me encontré con los cuatro mirándome de manera extraña.

-¿A ustedes que les pasa?- dije con el teléfono ya en mis manos. Tras no recibir respuesta alguna, puse el teléfono en mi oreja.

-Al fin te encuentro Pimentel, te he llamado todo el día- dijo una Lina bastante preocupada.

-Lo siento nena, estuve ordenando mi habitación- respondí atento a la reacción de los chicos.

-Baby, necesito tu ayuda urgente- dijo la castaña desde el otro lado -sabes que fui aceptada en la universidad de California, las clases comienzan en dos semanas y no he encontrado ningún lugar donde vivir, ¿crees que pueda quedarme contigo?-.

Sentí que comenzaba a sudar frío, no podía decirle que no a Lina, no me lo perdonaría, pero tampoco podía traerla aquí y exponerla a los chicos, sería como traer un pequeño gatito a una jauría de lobos.

-¿Joel estás ahí? -insistió desde el otro lado.

-Estoy aquí nena, solo estaba pensando- lo que en parte era cierto, pero también buscaba una forma de rechazar la pregunta.

-¿Entonces que dices?, ¿crees que pueda vivir contigo?, te prometo que no será por mucho tiempo Jowy- dijo dulcemente mi amiga.

Mire a los chicos, los cuales estaban atentos a cada uno de mis movimiento, una parte de mi quería decirle que no, por que temía por ella, pero la otra quería decir que si solo por que es mi mejor amiga. Pensé durante un momento y luego volví a hablarle.

-Tendría que hablarlo con los chicos Lina, sabes que no vivo solo aquí - dicho esto, los cuatro me miraron expectantes, como si supieran de que se trataba todo esto.

-¡Gracias, gracias, gracias!, te esperaré todo el tiempo necesario, me salvas la vida siempre, baby- dijo la chica al otro lado de la linea, con un ligero tono de felicidad.

-Te llamo al rato nena, hablaré con los chicos, te quiero mucho- dije antes de colgar.

En el preciso momento en que colgué, comencé a recibir preguntas, ¿Quien era?, ¿de que se trata?, ¿esa es tu novia?, estos chicos estaban ansiosos, y la verdad es que no les quería hablar al respecto, pero se lo había dicho a Lina y no podía fallarle.

-¿Quien era, Joelito?- Preguntó el ecuatoriano alzando una ceja.

-Lina, mi mejor amiga- dije seco.

-¿Y que quería?, ¿por qué nos mencionaste?- dijo curioso Zabdiel.

-Ni siquiera sé por qué los metí en esto, olviden que los mencioné- dije poniéndome de pie, aun que sabía que eso de "olvidarlo", no iba a pasar.

-Anda Joel, cuéntanos, por algo salimos nosotros en tú conversación- añadió Richard.

-Lina necesita donde quedarse, irá a la misma universidad que nosotros, y me pidió permiso para quedarse aquí. Le dije que lo hablaría con ustedes, pero no es necesario ni siquiera que lo piensen, le diré que no, no hay más habitaciones- dije alzándome de hombros.

-Hey, eso no es cierto, aún nos queda una habitación, además, nos vendría bien vivir con una chica- dijo Erick mientras se mordía el labio inferior.

-Ni lo sueñes Colón, es mi mejor amiga, no figura en la lista- dije molesto.

-¿Que tal coge?, solo así sabremos si puede quedarse con nosotros- agregó Christopher sonriendo, sabía que ese comentario solo lograría molestarme.

-No me la he cogido y no planeo hacerlo - mentí - es mi mejor amiga, nunca he pensado acostarme con ella- mentí otra vez.

-Vamos Joel, nosotros no tenemos ningún problema en que ella viva aquí, pero tienes que tener claro lo que podría pasar- dijo Zabdiel -es una chica, nosotros cinco chicos, si no quieres coger con ella no lo hagas, pero no puedes pedirnos lo mismo a nosotros-.

El simple hecho de pensar que Lina podría estar en la cama con uno de ellos, o con los cuatro, me produjo un escalofrío, pero no me malinterpreten, no se sintió mal, creo que podría intentarlo, pensar en ver a mi mejor amiga gemir sobre alguno de ellos, o incluso sobre mi, me excitaba bastante.

-Hagámoslo, le hablaré a Carolina para que venga a conocerlos, pero la última palabra la tiene ella- dije tomando mi celular, a lo cual, como acto seguido, los cuatro me miraron con una sonrisa.

Abrí los mensajes y le envié uno a Lina.

"Ven, debes conocerlos. xx"

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