Un silencio incómodo volvió a apoderarse del lugar, ella no se atrevía mirar al que sería su compañero para toda la eternidad. ¿Cómo es que habían llegado a este punto? Reunió coraje para mirarlo, y por un momento, se perdió en sus pequeños y afilados ojos grises. Le recordaban a una fiera tormenta. Empezaba a tomar consciencia del peso de sus palabras, ¡había cometido una locura! ¿vivir a mitad de la eternidad con él? ¿es que acaso se le habían aflojado un par de tornillos? Apenas lo conocía, apenas había estado días aquí, y ahí estaba, dando una solución disparatada. Se había metido en la boca del lobo sola. Había escuchado tantas cosas malas de los dioses por parte de su madre que les tenía algo de miedo. Lujuria, avaricia, envidia, individualidad. Según Carla, Grisha, Zeke y Hannes eran los peores, incluso se aterraba con las historias de Grisha tomando diferentes formas para llegarse a sus amantes. Y luego estaba Levi, su madre le había hablado poco de él, y todo lo que le había comentado de él era acerca de su soledad y su personalidad. Todos, tanto en el olimpo como los seres humanos, le tenían cierto respeto, al punto de no nombrarlo para involucrarse con él. Pensar en Levi y la vida solitaria que había estado llevando hizo que su corazón doliera un poco. El dios intentó captar su atención.
—Nanaba te llevará al ala del palacio que te pertenecerá de ahora en adelante— Levi intentaba sonar sereno — es opuesta a la mía, para otorgarte privacidad.
En unos segundos la diosa, compañera de Levi en el inframundo, se hizo presente en el palacio.
—No soy tu sirviente, Levi.
El dios del Hades la miró con poca paciencia —acompaña a Petra a su nueva morada, Nanaba.
La recién llegada se dirigió hacia Petra — vaya lío en el que te has metido, sígueme— se dirigió hacia el dios— .No te acostumbres a esto, Levi.
La semidiosa la siguió por el largo pasillo del oscuro castillo, iluminado por la característica falsa luz solar de color azul cielo. Cuando Levi abrió la gran puerta del ala este, Petra quedó anonadada. Diferente a toda la decoración del palacio, el pasillo que conectaba todas las habitaciones, que ahora le pertenecían a ella, estaba bañado por una falsa luz solar. Las paredes de mármol color marfil y el piso de cuadros blanco y negro de igual material, terminaban de dar ese toque luminoso. Las columnas bañadas en oro le daban el toque de opulencia, y los arcos en forma de ventanas daban a falsos paisajes, desde frondosos bosques, a praderas, o costas con un mar color turquesa. Observó maravillada el lugar, mientras seguía a Nanaba, la cual se detuvo al final del gran pasillo blanco, dándoles paso a su futura alcoba. La hermosa y extensa habitación, igual de blanca, estaba decorada con finos detalles en oro. La enorme cama era oculta con un finísimo y elegante dosel con suaves cortinas de tela vaporosa. Tenía una pequeña piscina rodeada de plantas con una pequeña cascada que caía sobre ella, haciendo de sus futuros baños un momento placentero. Toda la habitación era bañada con luz solar artificial, llena de preciosas flores que le recordaban a su hogar. Sintió como las lágrimas escocían sus ojos. Lo miró con la vista borrosa.
—Si no te gusta, puedo arreglarlo— contestó Nanaba al ver su reacción.
Ella se dirigió a una puerta que conectaba su dormitorio con una habitación lindera. Cuando la abrió quedó petrificada, era una réplica exacta del campo de Enna, su hogar. Dejó que las lágrimas corrieran caprichosas por su rostro, mientras entraba a la habitación, que parecía infinita. Se volvió hacia la diosa, que la había seguido.
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Hades Y perséfone {Rivetra Fanfic}
FantasyCuando Petra se encontraba en los campos de Enna confeccionando una corona junto a sus amigas, su vida cambiaría para siempre al recoger la flor equivocada. créditos de la portada a julirogers https://www.instagram.com/julirogers/