Capítulo 8: Reencuentros I

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Narrador Obi-Wan: 

(Tres años después)

Anakin y Obi-Wan y la chica nueva, Fernanda, se encontraban de regreso de una misión en Uluab, un sistema cercano a Hoth, con la única diferencia que era una zona tropical y llena de insectos que causaban demasiado escándalo con su zumbido, además de que algunos les causaban enfermedades mortales a los soldados clones. Las negociaciones no fueron tan fructíferas al principio pero lograron convencer al gobernador del sistema de unirse a la República, proporcionándoles alimentos y todos los recursos que la República necesitara para ganar esta guerra. 

Fernanda: - Ya han pasado tres años de guerra, más guerra, más guerra y no puedo creer que a cada rato, perdamos y ganamos un sistema por semana - ella sabía perfectamente la causa de esa situación, pero su misión no era delatar al lord sith sin pruebas, ella y sus amigos tenían que lograr convencer a los jedi de separarse de Palpatine a toda costa, de no ser así, podrían terminar muertos a causa de la distracción que crea la guerra. 

Obi-Wan: - Lo sé, no puedo entender cómo es que ningún sistema se quiere resistir a la causa separatista - dijo rozando su barba. 

Anakin: - Los separatistas no son tontos, maestro - pensó melancólico, no hace menos de unos meses sucedió el ataque al templo jedi y casi causó que expulsaran a Ahsoka de la orden, aunque está en condiciones de pelea, pero aún tiene que concentrarse en sus estudios para hacer las pruebas y convertirse en caballero jedi - seguro les ofrecen algo a cambio para que no puedan negarse. 

Fernanda: - A pesar de que estoy de acuerdo, señores - intervino viendo hacia el hiperespacio - hay algo que no cuadra bien - ambos le prestaron atención, junto con algunos clones que estaban cerca para escuchar - ¿nunca se han preguntado, por qué los separatistas y la República estamos igual? Me refiero a que, un día la República gana un planeta y al mismo tiempo, perdemos otro y los separatistas están igual, es como si fuera un juego equivalente, no hay uno con más ni otro con menos, aunque desde nuestro punto de vista en el frente pareciera diferente - la idea no era tan descabellada, gracias a que Palpatine tiene control sobre el senado y Dooku sobre el parlamento de mundos separatistas, ambos tienen la manera de hacer sus tejes y manejes a su gusto sobre la galaxia.

Anakin: - Yo también lo he pensado - respondió tranquilo, después de la última vez que vio a Padmé, Anakin ha estado en un largo proceso de recuperación, entre caídas de depresión y desorientación por parte del Canciller, Lucy, Susan y Fernanda, han logrado separarlo lo más posible de las redes del lord sith a Anakin, dándole nuevas formas en las que puede sacar su frustración....a partir de la danza, deportes extremos y expresando lo que siente, cosa que no le gusta del todo al consejo jedi, sin embargo, han visto la prueba de que Anakin logró desapegarse de lo que más dolía desprenderse; claro que de manera distinta. Anakin es un hombre especial, ha madurado durante tres años y su forma de pensar también no es la misma de la un joven caprichudo que quería buscar el poder de mantener consigo lo que más quería, algo que frustraba hasta los nervios a Palpatine - es como si alguien de los dos lados, tuviera acceso a todo, como si esa persona manipulara nuestros movimientos sin darnos cuenta - los clones que estaban cerca, se pusieron a pensar y algunos, tomaron la iniciativa de investigar en secreto. 

Fernanda: - Yo siento señores, que todo esto....es una distracción - afirmó con decisión, ya era hora de empezar su plan. 

Obi-Wan: - ¿Distracción, dices? - preguntó desorientado - ¿Cómo es que una guerra puede ser una distracción? 

Anakin: - Yo tampoco entiendo - dijo concordando. 

Fernanda: - Muchachos, una guerra es la forma más fácil de mantener ocupada y distraída a la sociedad, ¿no lo ven? Mientras nosotros estamos peleando y sacrificando nuestras vidas aquí, contra un par de hojalatas - continuó su explicación - hay otras personas en toda la galaxia, que se aprovechan de las circunstancias, para hacer fraudes, espionajes, robos, movimientos ilícitos que ni siquiera podemos enterarnos porque durante 24 horas y 7 días de las semana, nosotros estamos estancados y varados ante una oposición ridícula que ya no tiene sentido - terminó subiendo un poco la voz, poniendo a pensar a todos a su alrededor.

Sin tu amor, no soy nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora