Capítulo 14: Ataque sorpresa I

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Narrador XX: 

Pasaron las semanas, Anakin y Padmé, seguían disfrutando de su tiempo juntos en Naboo, mientras que en Couruscant, las cosas se volvían más interesantes, no sólo para cuestiones de la guerra, sino que a sus adentros un grupo de terroristas se prepara para atacar en unos días; todo sucederá de acuerdo al plan, con distracción y objetivo fijo, pero para ello necesitan asegurarse de que la atención se mantenga en el primer objetivo. 

Al Bahem: - Quiero a todos los hombres reunidos en cinco minutos - gritó dentro de su escondite ubicado en los niveles inferiores de Couruscant, todos los terroristas corrían y se dirigían a la zona de concentración, ya que su jefe les iba a dar indicaciones - ¡Vamos hombres tenemos trabajo que hacer! - exclamó agitando el paso de sus hombres. A los cinco minutos, ya se había llenado la sala de juntas, donde se encontraba todo el equipo que participaría en esta misión especial - El día de hoy, es el día en que atacaremos la ciudad, hombres - empezó su discurso tratando de hacerles entender que esto era lo que había estado esperando. 

Todos: - ¡¡SÍ!! ¡¡SÍ, HÁGAMOSLO!! - hubo gritos de todos los integrantes de este lugar.

Al Bahem: - El jefe habló conmigo hace unas horas y me dijo que ya todo está listo para atacar - los gritos volvieron a escucharse, pero no duraron demasiado, ya que Al Bahem, levantó sus manos para hacer que todo quedara en silencio - debo recordarles, que tenemos dos objetivos muy importantes que atacar, el escuadrón 2 dirigido por Amin al-Assad, se encargarán de destruir al paquete mayor - los hombres de dicho escuadrón, se levantaron e hicieron honores hacia su jefe - mientras que los escuadrones 1 y 4, irán al Senado por el representante de la Flor de Loto, no quiero errores señores......como en cada misión, les debo recordar que a lo mejor, muchos de ustedes no volverán, ya que estos guerreros son buenos en las artes marciales y sobre todo, no subestimen sus poderes ¿entendieron? 

Todos: - ¡SÍ, SEÑOR! - respondieron todos los terroristas. 

Al Bahem: - Preparen todo, carguen las camionetas y quiero esas armas bien arregladas, no olviden que cuando tengan al líder, lo traen hasta acá y nosotros nos encargamos del resto. 

Jesse van Saljiban: - Hermano, ¿qué es lo que vamos a hacer con el sujeto? - preguntó confundido, sabía que iban a traer a alguien hasta su escondite, pero no tenía ni la menor idea de lo que iban a hacer. 

Al Bahem: - Nosotros hermano.... - se dirigió a él en lo que los demás salían - vamos a enlazar nuestra cámara a la holored de toda la galaxia, para que así todo el mundo se entere de que los patéticos intentos de estos señores de obtener la paz y democracia, son inútiles y que no hay forma de que le ganen al poder de la autodestrucción del hombre en la guerra, para que así domine la oscuridad otra vez. 

Jesse van Saljiban: - ¿Pero qué le vamos a hacer? - insistió sin comprender. 

Al Bahem: - Lo vamos a liquidar en frente de las miles y miles de miradas de todo el planeta - contestó sardónicamente pero con un toque de malicia en su voz. 

(En las calles de Couruscant) 

Trixie, bajo el plan diseñado por Edmund y Caspian, estaba de ronda en las calles de Couruscant, después de haber realizado unas compras ya que estaban necesitados de despensa para la siguiente semana, ya que todos comían como dinosaurio y necesitaban alimento para mantener sus fuerzas. Así es que, como desde hace unas cuantas semanas, ella hacía su recorrido por toda la zona, pero justo cuando iba de regreso, escuchó que atrás de ella venía un sonido extraño; a lo que volteó y vio pasar a dos camionetas blancas, su sexto sentido le hizo percibir que de aquellos automóviles venía peligro, entonces dobló la esquina por el callejón y esperó a que pasaran; lo peor del caso, es que se pararon justo en esa esquina, que estaba a unos 20 minutos para llegar al Templo Jedi, Trixie al presentir un ataque o persecución, preparó sus armas y se preparó mentalmente para repeler cualquier movimiento sorpresa. Pero vio a hombres vestidos de militares, lo cual se le hizo extraño, porque ninguno de ellos había pedido refuerzos de su mundo, entonces con mucho cuidado de que no la vieran, se acercó para escuchar cualquier cosa. 

Sin tu amor, no soy nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora