Maritza

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La niña que llego de la capital a vivir al puerto de Veracruz, llego a vivir justo a un lado de mi casa, una niña bonita con unos labios muy hermosos, que hacían destacar su belleza era muy blanca pálida como suelen ser las niñas capitalinas que les hace falta sol. Eso las hace aún mas lindas para la gente de piel morena, piel canela a la que estamos habituados a ver y convivir.

Nos hicimos amigos de inmediato precisamente por ser de donde venia traía muchas maneras de ser y de pensar diferentes a nosotros, los provincianos. Pero le gustaba la lectura y eso fue lo que nos unió, su familia también eran muy agradables así que al poco se habían unido al vecindario. A ella le toco ir a una escuela diferente a la mía. Pero aún así su mamá me pidió enseñarle como ir y venir, era otros días así que todos hacíamos eso. La escuela estaba como a cuatro o cinco cuadras así que era sencillo estar con ella, pero antes que nada su platica era muy amena, moría por conocer el mar, me decía que se impresiono de ver tanta agua cuando vio el mar por primera vez, obvio yo le dije que la llevaría a mocambo (la playa mas conocida y popular en el puerto en eso lejanos días ya) mis mas negras intenciones era ver como eran sus pies ¿serían bonitos? ¿sus dedos largos? como tanto me gustan, me pasaba en día imaginado como serían sus pies. Porque al contrario de Malena, Maritza no se quitaba los zapatos o las calcetas nunca, supongo que solo para dormir. Porque me toco verla en su casa anda sin zapatos pero con calcetas.

Entonces llego el dicho día de ir a la playa, un hermoso día de campo entre puros amigos del barrio, varios amigas y amigos, tomamos el camión de pasaje y nos fuimos a esa aventura. Ya llegando a la playa todos nos quitamos los zapatos, por lo difícil de caminar así en la arena. Finalmente pude ver esos pies desnudos por primera vez. Sus dedos cortos muy bonitos y con sus uñas limpias y recién cortadas, que felicidad tuve en ese momento. La tome de la mano y seguimos caminado a la orilla del golfo de México, ahí nadamos jugamos y comimos sándwiches de jamón con queso, con sabritones o papas sabritas y de bebimos "Zaraza Vargas" un refresco muy típico del puerto de Veracruz.   Lo mejor de todo fue casi al final del evento, ya que tuve el atrevimiento de tocar los pies de Maritza, ya que tome sus pies para limpiarle la arena que tenia en sus plantas, lo que me permito recorrerlos con mis manos completamente sus pequeños pies y bellos pies, ella río tímida y contenta del gesto que había tenido para con ella. Lo curioso y chistosa del caso fue que tuve una tremenda erección que no supe que hacer para disimularla así que opte por meterme de nuevo al mar y quedarme sentado a la orilla donde no se nota. Que muy intrigado por este detalle que hasta la fecha sigo teniendo una automática erección al tener entre mis manos un pie. La verdad tuve hasta ganas de meterme mas hondo para masturbarme de espaldas a todos. Ahhh cosas de la infancia. Fue uno de los mejores momentos de mi infancia. Al tiempo regresaron a la ahora CdMx y nunca la volví a ver. Pero supe por un hermano mio que se la topo en un avión y trabajaba de azafata. La bella Maritza con sus cabellos que parecía hilos de oro. Y sus hermoso labios que nunca me atreví a besar. Todavía me faltaba un poco mas de edad pare poder saborear los besos de las mujeres.

El Fetichista.Where stories live. Discover now