Aquí viene la parte donde finalmente bese los labios de una mujer, Adela la niña que podemos considerarla bonita, que siempre usaba calcetas hasta la rodilla y sus zapatos negros obligatorios en las escuelas, de suela de goma, que por cierto después descubrí el rico olor de los pies que dejan en las niñas, algunas que usan talco, otras que traen sus pies al natural con esas calcetas gruesas, que rico es olor de los pies de las mujeres, bueno, desvario.
Regreso a mi relato, lo mas que podíamos hacer en aquellos años, era caminarla de regreso a su casa, a ratos tomados de las manos, todavía recuerdo como me exitaba sentir el sudor de su mano contra la mia, nos besabamos tiernamente pero en las mejillas, haciamos que el viaje de la escuela a su casa, fuera lo mas lento posible, a veces cuando había suerte haciamos tareas juntos en las tardes, con otros amigos, y una que otra ocasión nos pudimos ver a escondidas que sus papas fueron al cine "Variedades" allá en el hermoso puerto de Veracruz. Recuerdo que era en la Calle Arista, después me toco ver alguna película para adultos en ese cine, que no pedía la cartilla militar, que te acreditaba como mayor de edad.... Por Dios!
En fin, en el puerto de Veracruz es común que algunas colonias se inunden cuando llegan las fuertes lluvias que llegan año tras año, precisamente en la escuela primaria que ibamos era una de ellas la ilustre escuela "Gustavo Díaz Ordaz" nombrada tras un deprimente ex presidente de la república, conciderado un carnicero de estudiantes, ya estabamos en sexto año de primaria justo para pasar a la secundaria, donde empezaria realmente a vivir la vida, y volverme ese desmadroso que soy y he sido, pues un día casi a la mitad de la jornada escolar se desato una fuerte lluvia torrencial que no paro hasta justo cuando ibamos a terminar las clases, pero Adela por hacerse la dura, salió al patio y se mojo todos los zapatos y pies, por lo cual la directora la mando castigada a un salón vacio. Al terminar las clases la fui a buscar a el salón y estaba ahí sentada triste y con todos los pies mojados. Así que fui y la abrace y me dijo: tengo frío en mis pies, justo las palabras que necesitaba oír para empezar a sentir como se iba poniendo el fierro todo duro, para mi desconcierto. Saque mi sudadera de la mochila y me hinque a sus pies para quitarle los zapatos, primero no quiso se hizo la difícil pero de verdad que los tenia bien mojados, ya se dejo y le quite los zapatos y luego las calcetas y ooohhh sorpresa, ahí ante mis ojos sus lindos pies en mis manos mientras los secaba con mi sudedara, nunca había sido tan feliz y están tan caliente a la vez, no se si noto o no mi erección, pero hasta me dolia por lo apretado de los calzones y el pantalón, tenía unas enormes ganas de besarle los pies, pero me abstuve porque pensé que si lo hacia iba a eyacular ahí mismo, y la otra es que se espantara, no todas las mujeres ahora se, les gustan sus pies o que se los toquen ya llegaremos a una historia así, pero no pare hasta dejarle los pies mas secos que mi garganta que ya ni saliva tenía de nervios, placeres desconocidos y ganas de mas...
Así que ahí estuvimos como una hora, ella sentada en el pupitre y yo en el piso del salón, tuvimos suerte que nunca entro nadie al salón, digo no haciamos nada malo, pero sus pies en mis manos, mucha gente no se porque lo toma a mal. Pero ya alguien grito que su papá había llegado por ella, por eso de la lluvia, y yo me hinque y fue cuando ella se agacho y nuestras bocas quedaron cerca, yo hincando ella medio sentada, fue el primer beso, que nos dimos, fue el primero para ambos, yo le metí la lengua en la boca, pero ella apreto los labios, así que fue algo como "mucha saliva" al segundo intento si abrío la boca y puede meter mi lengua y jugar con la suya por unos breves instantes, ahora inolvidables, por ese primer beso que desperto en mi aún más incognicas por descubrír en cuanto a placeres que el cuerpo da. Al final terminamos besandonos en cada momento y lugar que podíamos los dos últimos meses de escuela que tuvimos. Fue increiblemente hermoso y puro, en otra ocasión le puede acariciar los pies, que andaba en sandalias y todo el camino de regreso a mi casa me fui oliendo la mano, para recordar en el olor de sus pies, cuando llegue a casa, me fui directo al baño a desahogar todo ese fuego interno que me iba consumiendo dentro de mi...
Al terminar sexto año, ya no nos volvimos a ver nunca mas, nos cambiaron de escuela que ahora iba a hacer primero de secundaria y fui expulsado de la secundaria a medio ciclo escolar, ya les contare el motivo, pero fue un asunto mas penoso que grave...
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El Fetichista.
NonfiksiUna historia de amor, de un tipo enamorado de las pies de las mujeres. En vez de el corazón.