Después de un tiempo conociéndose, ella decidió confesar sus sentimientos, su corazón palpitaba más rápido de lo normal incapaz de mirar sus cálidos ojos, sentía un terror inmenso.
Fue sorprendida cuando no fue un rechazo del todo, él sentía lo mismo por ella.
Comenzaron a "andar".
Los recuerdos de ellos dos sentados en la plaza y el dándole su primer piquito, aún vivos en su cabeza pasaban como una película, una película que le gustaría repetir una y otra vez.
Luego de un rato llegaron de nuevo al colegio.
Ahí fue donde ocurrió su primer beso.
Ella estaba aterrada, nunca había dado uno en su vida, pero él estuvo ahí para ayudarla y guiarla.
Ella sin duda amaba los días viernes.