Dos.

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Estando en mi oficina no puedo dejar de pensar en el chico de cabello azabache, se que estoy mal en aceptar ese trato con un desconocido, pero a casos desesperados, medidas desesperadas.

Suelto un suspiro y me estiro en la silla giratoria, miro al techo por unos minutos cuando algo cruza por mi mente. No le di la dirección de mi casa al chico, y ni siquiera sé cuándo necesitará de mi servicio.

—¡Joder!, ¿Porque todo me sale mal?—

Los leves toques en mi puerta hicieron que me acomodara en mi lugar y dejará de lado lo que estaba pensando.

—Adelante.—

—Joven Bourgeois, le ha llegado una carta.—mi asistente entra al lugar y deja la carta sobre mi escritorio, solo alcanzó a leer mi nombre en letra cursiva.

—Gracias, puedes retirarte.—cuando mi asistente sale, tomo el sobre entre mis manos, ¿A quien se le ocurre enviar cartas en esta época? Observó bien lo que tengo entre mis manos, notando la bonita caligrafía que se muestra, tomo una cuchilla y corto el sobre para extraer lo que se encuentra adentro.

Hey, se nos olvidó algo ¿No crees?, No le daré tanta vuelta al asunto, asi que cuando termines de leer esta carta rompela y tirala a la basura.
Necesito que estés presentable el viernes, te estaré esperando afuera del restaurante donde nos conocimos a las 5:30 pm, no puedes llegar tarde. Espero que no te moleste, pero Adriana me ha dicho dónde vives, (y dónde trabajas) así que no será difícil darle indicaciones a la Omega que te conseguí, oh sí, ya está enterada y muy emocionada por salir con "El guapo Collin".

No pude evitar soltar una leve risa por eso último, no negare que soy guapo, pero el hecho de que lo haya puesto entre comillas, muestra que no le parezco nada atractivo, y eso me ofende muchísimo.

Te sorprenderás de la guapa omega que te he conseguido, ya cumplí mi parte del trato, espero tú cumplas la tuya, no le cuentes a nadie, te lo recalcó, a NADIE sobre esto, o serás hombre muerto.

M.D

Leo nuevamente la carta por última vez anotando solo los datos importantes, ya que soy muy olvidadizo, para luego romperla en muchos pedazos pequeños y tirarla al cesto de basura más cercano a mi escritorio. Doy media vuelta en mi silla recostandome en el respaldo de esta, cerrando los ojos para soltar un suspiro de alivio.

Tal vez no fue tan malo el haber hecho ese trato.

—¡Collin!— doy un pequeño brinco por el susto y doy la vuelta en mi silla viendo a mi madre de brazos cruzados frente a mi.

—Hola, mamá.—ella me ve acusatoriamente, como si hubiera hecho un crimen y yo solo logro encogerme de hombros por la reprimenda que estaré por recibir.

—Sabes que no me gusta que me cuelgues el teléfono, pero bueno, no es eso a lo que vengo.—ella se sienta elegante en una de las sillas frente a mi escritorio, con las piernas cruzadas para luego quitarse las gafas de sol que cubren sus azules ojos.— Saldremos de viaje.

—Genial, ¿Cuando se van?.—

—El sábado, y tú también vendrás con nosotros.—bien, no arruina mis planes, así que todo está perfecto.

—Esta bien, ¿Por cuánto tiempo?—

—Dos meses, necesito relajarme por completo.—vaya, eso es mucho, ¿es que acaso dejarán la empresa a la deriva?.

Aceptame (Chloenette/Corin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora