At your orders, My prince- #KOOKMIN OMEGAVERSE

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Momentos después, en el palacio...

Todos los demás viraron los ojos ante las incesantes quejas del chico.

- ¡Ni cien vacas se comerían esto! Realmente no entiendo por qué el afán de desperdiciar tanta comida...- bufó Mingi.

- Ya cállate, nos estás estresando más- añadió el azabache con molestia en su voz.

- ¡Es que es cierto! El príncipe Chanyeol no asistirá, así que solo estarán 4 personas allí- añadió, cortando la carne con enojo.

- Idiota, son 5- habló Jaebum nuevamente, dándole un golpe bastante veloz.

- El señorito Jimin y el príncipe Jung, hacen una sola persona, tonto. Media persona más media persona es una persona... Se le llama lógica, estúpido- corrigió el castaño.

- ¿Quieres pelear?- habló el contrario dejando el pollo asado a un lado.

- Jamás podrás con mis movimientos, tontoBum- se burló haciendo una graciosa posición de pelea.

- ¿¡Qué dijiste?! ¡Voy a estamparte este pollo en la cabeza si...

- Chicos- habló la omega con tranquilidad- Queda muy poco para que el sol se oculte, los invitados llegarán pronto. Tal vez no sean muchos pero así son las cosas aquí... Además, saben que podríamos ser regañados si no somos lo suficientemente eficientes, es mejor terminar de una vez y dar lo mejor de nosotros ¿no creen?

Los dos, bajaron la cabeza, asintiendo a regañadientes ante la racionalidad de Jihye, quien regresó a lo suyo con rapidez.

La omega fingió tranquilidad nuevamente, como lo había estado haciendo durante la última hora y media y terminó de preparar el encurtido con algo de ansiedad. Los pepinillos rebanados y los tomates parecían gritarle locamente que fuera por su bebé.

Estaba sudando ligeramente y no podía evitar voltear hacia el pasadizo de rato en rato.

¿Su pequeño seguiría dormidito? Y si no, ¿Tendría hambre? ¿Estaría asustado? O peor aún... ¿Habría sido encontrado?

- ¿Sucede algo?- preguntó la chica a su lado.

- Me duele un poco la cabeza, ya sabes- sonrió amablemente- Faltan muchos platos todavía y se está haciendo tarde.

- Tienes razón...- murmuró la muchacha igual de cansada- Pero estás pálida...¿Seguro no quieres darte un respiro? Seul-gi y yo nos encargaremos de lo que falta si quieres.

Todos los cocineros allí presentes estaban en una completa y total batalla contra el tiempo, bueno, salvo algunos que todavía no lograban resolver sus diferencias y se la pasaban peleando. Era más que obvia la falta de personal en la cocina y por ello sería muy caprichoso tomarse siquiera unos segundos libres de su trabajo, en especial en una ocasión tan importante como la llegada del prometido del príncipe. Sin embargo, en esos momentos en lo único que podía pensar era en Jungkook y su bienestar.

Jihye asintió, disimulando muy bien la desesperación en sus movimientos.

- Gracias, Chaeyoung- sonrió- Iré por algunas verduras al almacén.

La joven alfa asintió, amasando la harina y demás con manos expertas.

Caminó a través de los pasillos a paso galopante, saludando cortésmente a todo aquel que se le cruzase. Rogaba a todos los dioses que su pequeño continuara en aquel lugar con todo su corazón. Si lo descubrían, perdería su trabajo, y con ello, todas las posibilidades de darle alimento y un cuidado decente a su hijo.