❝Σειρήν❞ (Sirena) | SeongSang O.S

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Σειρήν

445 palabras

Angst. Pirate!AU

Era su primera vigilancia nocturna en mucho tiempo y en aquel puerto. SeongHwa bostezó aburrido, sus codos apoyados en la barandilla de madera y la barbilla sobre las palmas. El plenilunio coronando el mástil pintaba el paisaje cual claroscuro.

Resopló por enésima vez, revolviendo su flequillo dorado. Vigilar en un puerto tan tranquilo era soporífero. Hwa tenía que batallar con sus párpados para no caer en brazos de morfeo.

De pronto, en medio de la calma noche, un chapuzón demasiado cerca de su posición captó sus cinco sentidos. Quizás algún infortunado pirata pasado de copas había tropezado y encontrado destino en las aguas dormidas del gran azul.

Decidido a tener el punto cómico de su noche de infinito tedio, abandonó su lugar de vigilancia y se asomó por la proa.

A simple vista nada parecía estar fuera de su lugar. Pero solo a simple vista, puesto que sentada en un pequeño escollo no muy lejos de su fragata, se hallaba una figura que lo dejó boquiabierto.

Al parecer no había sido exactamente silencioso cuando se había precipitado para observar y reír, puesto que la figura, que ahora podía determinar que pertenecía a un joven hombre, acababa de encontrar su mirada, con esos profundos pozos negros, y esbozado la más perfecta sonrisa que SeongHwa podría nunca imaginar.

SeongHwa quedó atónito, el aire no llegaba a sus pulmones. Sentía que se ahogaba y a la vez, que era la primera vez que realmente respiraba. Sentimientos de añoranza y admiración se arremolinaban en suinterior.

El pirata se subió al bauprés, casi perdiendo el equilibrio pero nunca su determinación. Quería, no, necesitaba alcanzar aquel muchacho de ojos carbón cuya mirada afilada no perdía ninguno de sus movimientos. Pero el bauprés no era suficientemente largo para alcanzar el ser etéreo que con sus brazos abiertos pedía compañía, y SeongHwa, hechizado por la sublime belleza de hebras castañas, no tuvo otra que lanzarse de cabeza a las aguas.

Y el mar ya no parecía tan calmo. Olas imperiosas empezaron a emerger, alzándose a su alrededor y arrastrándolo lejos de su objetivo. Pero a pesar de todo, la locura de su deseo lo empujaba a continuar sin vacilación. Como una brújula sin rumbo, Hwa nadaba a través de las embravecidas aguas.

Por lo que pareció una eternidad empujó y salpicó hasta que sus fuerzas se desvanecieron, abandonándolo en ese cementerio de barcos. Su cuerpo marchito empezó a hundirse, sus pulmones se llenaron de agua, sus párpados cerrados con fuerza.

En ese momento, arrebujado con las aguas que lo arrastraban y el cuerpo laxo, sintió como su rostro era acunado por manos tersas y unos labios fríos como témpanos sellaban los suyos para robarle su último aliento en ese mundo cruel.

FIN

Σειρήν (Sirena) | SeongSang O.SWhere stories live. Discover now