¡Una serpiente en mi cuerpo! ¡Un león en el mío! (George x OC)

Capítulo 2

                               "Soñar con lo que más queremos,

                                       aquello dificil de lograr,

                                es ofrecer llevar la meta a su fin

                                y creer que la veremos cumplir.

                                          Arriesgar de una vez

                               lo que soy por lo que puedo ser".

                                   Puedes llegar - Gloria Estefan

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 Fred

—Fred, ¿estás listo? —Me susurró mi hermano gemelo George. Nos encontrábamos agazapados al pie de la puerta recién abierta de la habitación de Ron.

—Listo, George —le aseguré—. Tres... dos... uno. ¡Ahora! —Y, de un segundo a otro, nos encontrábamos saltando sobre la cama de Ronald— ¡Despierta, pequeño Ronnie! —Chillé imitando la voz de mamá.

—¡Vamos, es hora de ir a la escuela! —Me apoyó mi hermano con la misma voz.

—¡Ya, idiotas! ¡Déjenme en paz! —Gritó empujándonos a ambos de la cama— ¡Harry, no te rías! —Le exclamó ofendido mientras el aludido se descostillaba de la risa.

Con George nos paramos al pie de la cama de nuestro pequeño Ronnie y nos cruzamos de brazos con expresión severa. Yo sabía que él no tardaría en realizar un pequeño movimiento manteniendo los ojos cerrados cuando, en realidad, los tenía abiertos para mirarnos a nosotros. Cuando lo hizo, gruñó y volvió a girarse para fingir dormir unos segundos más. "No lo alargues, Ronald, no lo soportarás", canturreaba en mi mente con una sonrisa ladeada. De sopetón, se sentó sobre la cama y, con mirada entrecerrada por el sueño, nos dijo:

—¿Van a seguir parados ahí o se irán? —Preguntó molesto. Incluso Harry estaba expectante con una sonrisa de oreja a oreja. Nosotros nos limitamos a sonreír— Tienen que estar bromeando. ¿Qué nunca me dejarán en paz?

—El ser hermano mayor tiene sus responsabilidades —contraatacó George apoyando sus puños en su cintura.

—Y como verás, somos tan responsables que no dejaremos que se nos escape ningún detalle —sentencié imitando a mi hermano mientras los dos asentíamos son seguridad.

—Que molestos que son... siempre hacen lo mismo —murmuraba Ronald saliendo de la cama sin mirarnos, momento que aprovechamos con George a chocar puños y volver a nuestra posición original para el momento en que Ron nos volvía a dirigir la mirada con una expresión recelosa. Nosotros nos limitamos a imitarla y cruzarnos de brazos—. Ya estoy listo, ya estoy listo —decía mientras se ponía sus pantuflas y Harry se incorporaba. Me dirigí a la puerta de la habitación y se la sostuve mientras hacía una exagerada reverencia.

—Señoritas —saludé mientras Harry y Ron salían, este último enviándome un Crucio con la mirada—. Mi lady —me dirigí a George.

—Oh, muchas gracias, noble caballero —y con paso elegante similar al de un orangután, salió de la habitación.

Íbamos bajando las escaleras cuando mamá apareció al pie de las mismas llamando a mi padre con una expresión preocupada.

—¡Arthur! ¡Arthur! ¡Mensaje urgente del Ministerio! —Gritaba hacia arriba para que todos nos estampáramos contra la pared al ver que papá bajaba como un rayo con la túnica al revés. George y yo reímos ante la escena, recordando la vez en que directamente se había aparecido así en el Ministerio. El rojo de las orejas no se le había ido por una semana, y ni hablar de mencionar una palabra sobre el tema porque sino nos dejaba sin la cena.