¡Una serpiente en mi cuerpo! ¡Un león en el mío! (George x OC)

Capítulo 5

                                            "Tengo que ser libre.

                                              Quiero ser libre, sí.

               Yo quiero, yo quiero, yo quiero, yo quiero ser libre."

                                  I want to break free - Queen

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Maya

Desperté temprano a pesar de ser sábado. No quería encontrarme con ninguno de los dos. Ya bastante de quicio me habían sacado en el día de ayer.

Me encontraba en la ducha hacía al menos una hora, con mis manos y mi frente apoyadas en la pared mientras el agua caliente me golpeteaba la espalda. Reflexionaba acerca de todo lo ocurrido desde hace ya un buen rato y aún no llegaba a una conclusión.

Cuando me había separado de ellos fui directamente hacia su sala común para encerrarme. Había tardado un buen tiempo en encontrar de nuevo la pintura con esa mujer rechoncha, pero cuando lo hice había caído en la cuenta de que no tenía la más remota idea de cuál era la contraseña. Molesta y frustrada, decidí enfrascarme en encontrar el camino hacia el Gran Salón. Almorzaría temprano ya que me moría de hambre.

En el momento en que la había encontrado —había tardado alrededor de media hora— y me sentaba para comer, una voz se hace oír junto a mí:

—¿Ocurre algo, Fred?

Desvié la mirada hacia la persona en cuestión. En mi casa todos la conocíamos: era Hermione Granger, super amiga del famosísimo y grandioso (nótese sarcasmo) Harry Potter. Este y su amigo Ron, que ahora supongo que era mi hermano, me miraban interrogantes junto a su amiga. Claramente me había sentado junto a ellos y ni siquiera los había saludado.

—¿Por qué habría de pasarme algo?

—Por más idiota que suene, lo voy a preguntar —el que hablaba ahora era el menor de los hermanos Weasley— ¿Tuviste una discusión con George? Tienes mala cara...

Los miré estupefacta por unos segundos sin saber que responder. No sabía que me había tomado por sorpresa, si mi falta de cuidado ante mi accionar o la cuestión de que ellos estaban en verdad preocupados por mí, bueno, por Fred. Era una sensación extraña que alguien se comportara de manera... cómo decirlo... cálida conmigo cuando nadie en mi casa se preocupaban por los asuntos de los demás, al menos no con fines altruistas claro.

Finalmente la calidez y la confianza de sus palabras me hicieron sonreír.

—Podemos empezar con que en realidad sí eres idiota —Potter ahogó una carcajada ante la mirada furiosa de Weasley y a Granger se le había formado una sonrisa—, pero no, no me peleé con Wea... George —ante mi error había fingido que carraspeaba y había llevado un vaso con jugo de calabaza a mi boca.

—¿Estás seguro? —Vuelve a preguntar Granger mientras que Weasley ahora me ignoraba cambiando el tema con Potter. Volví a reír.

—Si, en realidad me levanté con un terrible dolor de cabeza. Evidentemente pienso mucho.

—Eso sería una novedad.

—Cállate, Potter.

—¿Como van con el tema de la poción para la edad? — Preguntó Ronald en un susurro acercándose a mí.