Una vez que la selección mexicana queda fuera del mundial, los mexicanos adoptamos a otras selecciones. Esto sucede mundial tras mundial, no sé si por necesidad, consolación o qué. Ayer una buena parte del país se volvió Alemana; otra, Argentina. Los ciudadanos se ataviaron de playeras y accesorios del país adoptado, y una vez que la final terminó, los mexicargentinos se deshicieron de la playera albiceleste y volvieron a ser mexicanos, volvieron a la realidad; mientras que los mexicalemanes aún siguen festejando, inmersos en una realidad inventada, creyendo que de verdad son campeones del mundo.
En fin, mañana es lunes y hay que trabajar.