MAMÁ ES UNA PARANOICA

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Durante la última semana, Shoto había pasado más tiempo con Izuku de lo que era habitual. La razón era simple. Su querido amigo tenía la nueva versión de su juego de vídeo favorito; Legendary Heroes. Y todos los días después de clases iban a la casa del peli-verde a divertirse un rato.

Claro, Shoto era un niño bueno, consciente y no se quedaba más de tres horas, así llegaba a su casa a tiempo para hacer los deberes y en el momento en que Katsuki llegaba del colegio, él podía presumir que había hecho algo bueno, sin mencionarle que había ido a perder el tiempo en juegos de vídeo.

Pero ese día se había molestado con su madre, ya que aquel rubio lo había dejado sin almuerzo; haciendo que escribiera en su libreta 500 veces la corrección de una palabra que había escrito mal y que había osado cambiar con corrector.

Katsuki odiaba esa mierda en los cuadernos.

Así que esta vez y por capricho, Shoto había permanecido en casa de los ahora Toshinori hasta el momento en que salió la luna.

- ¿Está bien que sigas aquí Todoroki-kun?

- No realmente, pero no me importa. De todas formas mamá va a regañarme por lo que sucedió hoy en la escuela, siempre lanza sus sermones frente a padre – Shoto se levantó del cojín donde se encontraban ambos sentados frente al televisor y de forma teatral cual dramaturgo, prosiguió en imitación aparente de Katsuki – "Shine ¿Lo puedes creer? tu maldito hijo bastardo se atrevió a almorzar dentro del salón" "Maldito viejo, se puede saber cómo has criado a este pequeño pedazo de mierda Shine" "Shine... Shine... SHINE".

- Tienes las cosas difíciles Todoroki-kun.

- Y lo peor es que gracias a él, padre no me ha comprado la nueva versión del juego de vídeo.

- ¿Eh? – eso si sorprendió a Izuku, después de todo, Enji no era exactamente un padre amoroso, pero si Shoto quería algo, Shoto lo tenía, en especial cuando se trataba de cosas materiales – No entiendo ¿Cómo es que lo convenció de no comprártelo?

- Pues prácticamente le dijo "Ni pienses en comprarle ese estúpido jueguito anciano, el pequeño mocoso no ha hecho nada para ganárselo".

- Pues, puedes venir cada vez que quieras Todoroki-Kun. Divirtámonos mucho – sonrió Izuku, mientras Shoto sentía que se había enamorado.

Pasó otro buen rato antes de que Shoto decidiera volver a casa. Y en cuanto se despidió de su amigo y comenzó a caminar, sentía a su pequeño Shoto interior vacilar con arrepentimiento.

Sabía que ni su padre, ni su madre estarían contentos con él. Así que lo único que podía hacer era llegar pronto a casa, y decidido apresuró sus pasos.

Decidió tomar ciertos atajos entre las estrechas calles de la zona residencial de ese lado de la ciudad. Una simple vuelta a la izquierda y otra vuelta, tres a la derecha y una más, tres en línea recta, cuatro más a su costado, dos más a la derecha, retroceder diez y Shoto estaba perdido.

¿A dónde lo habían llevado sus pies?

Ni él lo sabía, solo notaba la oscuridad a su alrededor, los débiles destellos de los postes de luz, y el viento que soplaba en cortos episodios.

Se acabó, llamaría a papi Enji, necesitaba que lo recogieran.

Buscó su teléfono en sus bolsillos, pero nada, decidió hurgar en su mochila... nada aún, tomó la opción de pedir ayuda a su cerebro... Bingo... lo había metido en su pupitre en cuanto Katsuki le dió ese absurdo castigo.

¿Tú eres mi nueva Mamá?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora