Capitulo 4

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– Ya está, mi sueño de ser diseñadora se ha ido a la mierda.

Apoyé mis codos en la mesa y me llevé las manos a la cara. Estos últimos cinco días habían sido una completa basura. Tendría que haberme ido hace cuatro días a Boston para poder ordenar todo, ya que el desfile iba a ser ahí, pero por el destino de mierda, me habían cancelado el vuelo y ahora no podía irme hasta el fin de semana, y el desfile era la semana siguiente. Estaba por tirarme por la ventana.

– Venga, que Joseph está haciendo todo genial.– Me intentó animar Sophie.– A demás, mañana ya estamos en Boston.

– Me quiero morir.

Dije cuando vi que me entraba una llamada de Joseph. En estos momentos me daba cuenta lo dramática que podía ser a veces, pero estaba en mi derecho. Estaba en la búsqueda de una modelo para el desfile ya que una de las que había contratado me había dado plantón y la verdad es que en el fondo lo agradecía porque era Elisabeth, y ella y mi hermana no se podían ni ver; pero ahora no encontraba ninguna y quería tirarme por una ventana y acabar con mi sufrimiento de una vez.

– Tengo una buena y una mala noticia.– Dijo Joseph nada más contestar.

– Dispara de una vez.– Le dije llevándome una mano a la cara esperando lo peor.

– Ya tienes modelo.

– ¿Pero?– Esperé la mala noticia.

– Pero va a llegar justa para el desfile, porque está en Japón.

Rodé los ojos, me esperaba algo como alguna condición, pero esto era como música para mis oídos.

– Da igual, dile que si a todo.– Le dije y escuché como soltaba una carcajada Joseph.– Gracias por todo Joe.

Colgué y solté un suspiro de alivio, Joseph se había ganado un aumento. Recordé que me había dicho que estaba ahorrando para comprarse un LEGO de Star Wars y me apunte en una nota que se lo iba a comprar, me había salvado el pellejo.

– ¿Has organizado ya lo de la cena?– Escuché como Sophie me preguntaba y le eché una mirada.

– Dame un respiro, por favor.– Se encogió de hombros mientras sonreía. Se dirigió al escritorio que estaba a mi lado.– ¿Va a venir al final Stefanie?

Pude ver como se quedaba quieta, y segundos después negó con la cabeza, hizo girar su silla y puso su mentón en su manos.

– A ver, en un principio se puso que saltaba en un pie, pero después se puso a ponerme excusas y ahora ya no lo sé.

Se quedó pensativa un rato. Sabía que su novia estaba trabajando muchas horas y su jefa era muy estricta, pero esa era una parte de la historia, porque la otra era que casi nunca quería quedar con los amigos de Sophie y el motivo era desconocido para mi, puede que le cayéramos mal o simplemente no le gustase mucho hacer vida social.

– Bueno, yo le aparto un sitio por si acaso, que nunca se sabe.

La pelinegra me dedicó una media sonrisa y volvió a lo que estaba haciendo. Estuvimos trabajando sin parar durante varias horas seguidas, hasta que vi como Sophie estaba a punto de darle un ataque de nervios. Estaba con las manos en el rostro y estaba intentando respirar profundamente para tranquilizarse. Fui directa a llenarle un vaso con agua y fui hacia ella.

– ¿Por qué no vas a hacer la maleta para mañana?– Le pregunté, dándole a entender que tenía el resto del día libre.

– ¿Y tu qué? Aún quedan cosas por hacer.

– Tampoco queda tanto– Le dije encogiéndome de hombros y se miró sus manos antes de beber del vaso de agua.–, y te mereces un descanso. Ve a darte un capricho si quieres que yo te lo pago todo.

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⏰ Última actualización: Feb 25, 2019 ⏰

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