O12

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«El primer amor nunca se olvida.

El primer beso quedará tatuado en tu corazón.»

No sabía que pensar.

Junhoe lo había besado, lo tomó desprevenido.

— ¿Porqué me besaste?— Lo miró sorprendido.

— ¿Te incomodó?— Alzó una ceja, si, le preocupaba tan sólo incomodarlo un poco por sus acciones repentinas.

— ¿Estas tomado?

— No.

— Me besaste.

— ¿Y?

— Somos hombres, está mal visto.

— ¿Desde cuando te importan los estereotipos de la sociedad?— Tomó al chico de la cintura, el efecto del alcohol le estaba siendo presente.

Acogió su mejilla en su mano, la mirada del chico era inexplicable.

La sensación que sentía Jinhwan nunca había estado presente en su cuerpo, ¿Qué era aquello?

Ahora fué el menor el que unió sus labios; sus bocas encajaban muy bien, la mano de Junhoe sobre la cadera de Jinhwan encajaba mejor.

Comenzaron a caminar hacia el sillón, sentó el pelinegro a Jinhwan en su regazo, pero...

— Junhoe... Estás tomado.— Se separó de sus labios y lo miro.

— Todo estará bien, ¿Qué te incomoda?— Lo vió, aún tenía poca cordura en sí.

El castaño mordió sus labios con nerviosismo, Hanbin tenía razón.
Ese chico loco por primera vez tenía razón.

— Hyung, no estás en tus cinco sentidos, no quiero que hagas algo de lo que te arrepientas.— Sus palabras golpeteaban en su mente, ¿Qué pasaría si le entregaba su virginidad y Junhoe a la mañana siguiente despertara sin recordar algo? O peor aún, ¿Qué pasaría si lo rechazaba al día siguiente diciendo que fué un error? Prefería terminar con eso antes de sufrir, prefería sentirse mal unos cuantas horas a estarlo por mucho tiempo más, porque estaba convencido que se había enamorado de aquél joven.

— Yo no te obligaré a hacer algo que no quieras, tranquilo.— Acarició su cabello, se acercó a darle otro pequeño beso en sus labios.— Pero, quiero seguir así de cerca contigo, déjame protegerte mejor, ¿Si?— Jinhwan asintió.— ¿Me dejarías ser tu novio?— Jinhwan abrió sus ojos de par en par, terminó asintiendo, no haría nada más, sólo estar cerca del mayor, sabía que a la mañana siguiente no recordaría nada.

— Hyung, ¿Tienes jugo de naranja?— Junhoe asintió y apuntó a la cocina, Jinhwan se levantó, pero el pelinegro lo alcanzó a tomar de la muñeca, lo acercó a darle un beso rápido para después dejarlo ir por su bebida.

Al volver con su vaso de jugo, el mayor estaba viendo la televisión, Jinhwan colocó el frío cristal en una mesa de centro que había ahí, se sentó junto al pelinegro respetando el espacio de cada uno.
Junhoe rodeó los hombros del menor con su brazo y lo acercó a él, una vez que sus cuerpos estuvieron pegados este le dió un beso en su cabeza.

— ¿Hay algo que quieras ver?— Comenzó a cambiarle al televisor.

Jinhwan negó, el sueño se estaba apoderando de él.

— Sólo no hagas ruido, ¿Si?— Terminó por decir, se acercó a depositar un beso en su mejilla y volvió a acomodarse en su lugar, fijó su mirada en la pantalla del televisor.

Junhoe había comenzado a hablar sobre aquella película, pero el chico ya no le respondía, al verlo, este se había quedado dormido, sonrió.

Se levantó del sillón con el chico en sus brazos, fué a recostarlo en su habitación, lo arropó y besó su frente.

The Music Made The Artist ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora