Capítulo 7. Habitación 74

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Cuando me desperté el domingo estaba mal, Jorge seguía en el hospital, aunque parecía estable, o eso nos dijo Elena por el grupo. La preocupación que tenía podía conmigo, así que me vestí rápido y me fui corriendo al hospital a verle. De camino me encuentro con Andie, le pregunto por Jorge pero no sabe nada, tiene fobia a los hospitales. Cuando llego allí y pregunto por él a una de las señoras que estaban trabajando en la recepción, me dicen que se encuentra en la habitación 74, en la segunda planta, subo las escaleras corriendo y recorro el pasillo a toda velocidad buscando un 74, hasta que lo encuentro y entro fatigada. Al entrar estaba Ele y me dice que Jorge está mal, debido a que consumió más drogas y a su vez estaba tomando corticoides, pero que estaba segura de que en unos días estaría perfectamente y dando guerra, que aun nos quedaba Jorge para rato, que no me preocupase, aunque esas palabras me tranquilizaron yo me puse a llorar, no podía hacerme la idea de que he podido perderle para siempre por la puta droga que había dejado cuando estaba saliendo conmigo, necesitaba que estuviese bien, a mi lado, sonriendo, que me diese un beso cuando menos lo esperaba, esas cosas hacían que mi vida valiese mucho más la pena y ahora podría haberlo perdido todo. Elenita me dijo que fuese a casa, que Jorge necesitaba tranquilidad, y yo estaba histérica, no paraba de gritar, llorar,... así que me fui, no quería que empeorase por mi culpa, ya estaba pasándolo suficientemente mal.

Cuando llegué a mi casa, cabizbaja me tiré sobre mi cama y no dejé de mirar todas mis fotos de la galería del móvil en las que estaba con él, joder, era tan perfecto... Le quería, no podía negarlo, no sabía que hacer para no pensar tanto en él y estar tan triste, hasta que para despejarme un poquito me puse a hablar con Max sobre Ele para a ver que tal les iba en su reconciliación, Max estaba contentísimo sobre eso, me dijo que todo había salido genial y que sin ella no podía vivir y se dio cuenta cuando ella ya no estaba, hacían una pareja perfecta la verdad, nadie lo discutiría, se unían como las dos piezas que encajan en un puzzle. Y hablando y hablando, se hizo ya de noche, eran las doce y cuarto y ya me dolían los ojos de tanto estar mirando al teléfono, con lo que decidí tumbarme a dormir, intenté dormir pero no lo conseguía estaba demasiado preocupada como para dormir, no podía quedarme dormida mientras él estuviese en esa habitación, la 74, tenía que ir con él, pero poco a poco de lo cansada que estaba me fui quedando dormida, esperaba despertar con un -Paula, ya van a dar el alta a Jorge ¡Está totalmente recuperado!- de Elena, cerré los ojos pensando... ¿Jorge se pondrá bien?

El corazón en las muñecas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora