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- ¿Qué? No puede ser. Hice mi visa con seis meses de antelación. -

- Pues aquí no figura eso, Anna. - tecleó algo en su computadora mientras me abstenía a la verguenza pública de llorar en frente de toda la oficina - Tienes la visa de turista, y no estás autorizada por alguna organización nacional o internacional a trabajar o prestar servicios en Seúl, incluyendo tu maestría en idiomas. - sentí mi corazón crujir.

- Eso... eso es imposible. Mark, por favor he hablado contigo antes de venir y me aseguraste que todo estaría bien. - podía sentir el picor en mis ojos ¿cómo se supone que iba a sub-existir sin trabajo ni dinero?

- Pues al parecer fue un error. Podemos solucionarlo pero nos tomará dos meses contactar con tu país natal y que nos devuelva el mensaje con la autorización. - entonces empecé a sentir un brillo inconfundible en los ojos, justo cuando pensaba que todo estaba saliendo de maravilla. - Anna tu embajada se encargará de tus gastos, al menos del alojamiento y de la comida. Tómate éstos dos meses como unas vacaciones ¿qué dices? Al menos hasta que llegue tu visa de ciudadano temporal ¿de acuerdo? - asentí, un poco más aliviada por la información que me otorgaba, oía el ruido de la fotocopiadora mientras arrancaba el papel por la línea de punto y me entregaba el documento que debía presentar en la Embajada.

- ¿Se supone que deba ir ahora? -

- Uhm... - revisó su reloj de muñeca y negó junto con su contestación - Nope, ya son las 6:30 pm. Recuerda venir temprano mañana, ellos trabajan en horario corrido a las 5 pm ya no están aquí. - asentí mientras alzaba mis cosas y curiosamente él también se ponía de pie en su asiento. Lo miré extrañada.

- ¿Qué haces? -

- ¿Acabo mi turno? - los hombres que me respondían con otra pregunta no me agradaban para nada - Por cierto ¿tienes planes para ésta noche? Porque voy de camino a... -

- ¡Hecho! Al menos ya tengo la cena para ésta noche - dije victoriosa mientras me burlaba de su cara algo fastidiada por mi humor.

Salimos y el frío viento de Seúl nos pegó de frente haciendo volar mi gorro por los aires. Oportunidad para que el grandioso Mark Lee lo atrapara en el aire con unos reflejos de un filo inigualable.
Me sonrió y me lo entregó en manos.

Mientras caminábamos al destino del restaurante que según Lee servían los mejores platillos internacionales, mi teléfono vibró en mi bolsillo y era el tono de Luke.

Buenos días, lindura.

Luke.

¿Sí?

Aquí es de noche.

¿Buenas noches?

Así es.

Sigues siendo lindura.

¿Qué sucede?

Nada, quería saludar a mi novia.

Ya, en serio. Sabes que no me gusta cuando eres cursi.

Uhm, pero soy yo. Debe gustarte.

¿Disculpa?

Me gusta cuando eres caliente y cursi a la vez, bebé.

¿Y yo debo hacer lo mismo?

¿Supongo?

Luke, disculpa mi madre está... llamándome y debo responder. Adiós.

𝙆𝙤𝙧𝙚𝙖 𝘼𝙙𝙫𝙚𝙣𝙩𝙪𝙧𝙚𝙨 ↬ 𝙅.𝙅.𝙆. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora