dos.

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Los dos primeros días en Hogwarts habían sido tranquilos para Penélope, nada demasiado cansador ni demasiado aburrido. 

Pero no paraba de pensar en aquella Gryffindor que había visto en la fiesta. Nadie le había atraído de esa forma, y realmente le molestaba. No solamente porque era una Gryffindor, sino que todo el tiempo que gastaba buscando aquellos ojos chocolates por el castillo o simplemente pensando en la forma en como su voz sonaba tan dulce, sentía que era tiempo que podía estar utilizando para el estudio.

Sabía bien sus objetivos, desde el primer año le interesó la idea de irse de intercambio a la Academia Beauxbatons, de Francia. Pero solamente eran dos cupos que daba Hogwarts para dicho intercambio. Aquellos interesados, tenían que tener un buen promedio en todas las clases que habían participado, tener créditos extras... 

Ya había realizado un gran ensayo sobre los cambios lunares; pasando todo un año metida en la torre de astronomía. Y en las clases, no había tenido ningún problema en sacar siempre notas sobresalientes... Cosa que a Hope y Rafael estaban muy contentos, porque su amiga nunca dudaba en ayudarlos con sus tareas.

Penélope terminó el desayuno y salió corriendo hacia el último piso del castillo, para asistir a su clase (de crédito extra, obviamente) de Latín, que consistía básicamente en leer  viejos libros en aquella lengua muerta y poder practicar tipos de extrañas pociones o conjuros que estos contenían.

Saludó con una sonrisa seca a la profesora Granger y tomó el primer asiento a la izquierda, lejos de la puerta. 

La clase estaba a punto de comenzar, para el alivio de la chica morocha, sólo eran tres alumnos: ella y dos chicos de séptimo año. Pero a último segundo, la puerta de entrada se abrió, dejando pasar a la chica que había estado en su cabeza los últimos días. 

'No puedo creerlo, pasó de ser una no existente en mis mapas, a estar en todos lados'. Pensó.

Todo en Penélope se tensó al ver a Josie, que llevaba el cabello recogido en un rodete, una falda gris, camisa blancas abotonada hasta el último botón y un moño rojo. 

Sin dudarlo demasiado, sacó la vista de la recién llegada, tratando de ignorarla completamente. 

"Lo siento, estaba en el piso de abajo pero cuando tomé las escaleras, comenzaron a moverse para el otro extremo." Se disculpó Josie, algo exhausta por correr. Colocó sus libros en la mesa de adelante, dos filas alejada de Penélope.

"Estábamos a punto de comenzar." Dijo con una sonrisa la señorita Granger. "Bienvenidos a un nuevo año, supongo que los que están aquí vienen a mejorar su promedio..." 

Los dos chicos de séptimo año asintieron algo avergonzados, sinceramente nadie tomaba esta clase por gusto. 

"Bueno pues... mi promedio está bien, simplemente me gusta el Latín." Comentó Josie levantando sus hombros.

La chica de ojos verdes sonrió mientras miraba su libro. 'Esa chica es muy particular'. Pensó, pero evitando cruzar miradas.

Josie, en cambio, al verla abrió grande sus ojos. 'Diablos, diablos, diablos, diablos. Es la Slytherin de la fiesta.' Sus mejillas se volvieron rosas al recordar las últimas palabras que la chica le había dirigido en la fiesta.

La clase fue bastante entretenida a decir verdad, pero la chica ojos chocolate no pudo quitar la vista del rostro de Penélope, cada segundo que pasaba, se enojaba más por no encontrarle ningún defecto. Hasta la forma en la que sus labios se movían al tratar de gesticular bien las palabras en Latín le parecía atractiva.

Una vez que la señorita Grenger dio por terminada la clase, Josie se levantó rápido de su lugar para alcanzar a la Slytherin.

"Hey." Le dijo, en forma de saludo, acompañada de una sonrisa. Pero la otra chica no se percató de su presencia... O sí, pero la ignoró.

Adictiva. [Posie]Where stories live. Discover now