Josie no se sorprendió al ver que Penélope no estaba siguiendo con el régimen de vestimenta del colegio. La camisa tenia los tres primeros botones sin abrochar, provocando que los idiotas de séptimo año utilicen cualquier oportunidad para acercarse a la de ojos verdes, solamente para intentar ver mas allá de la blanca tela fina.
Aquella actitud tan idiota volvía loca a Josie, aunque si ella fuera un poco menos tímida haría lo mismo, sino que sentía algo así como...¿Celos?
Pero a Penélope no le interesaba que todo Hogwarts quería estar bajo sus sábanas, si ella lograba que Josie Saltzman le preste atención... pues entonces su trabajo estaba hecho.
Claro que la excusa para los demás era tratar de romper todas las reglas posibles para que la directora McGonagall avise a sus padres sobre su comportamiento inapropiado.
La clase de latín había dado por finalizado por aquel día, pero la profesora Granger llamó a ambas muchachas.
"Señoritas, me siento obligada a decirles que estoy muy satisfecha por el gran desempeño que están teniendo. Llevo 8 años enseñando latín en este colegio y déjenme decirles que nunca nadie le había dado este tipo de importancia." Comentó Hermione Granger, sentada en la punta de su mesa.
"Oh bueno, eso es lindo de escuchar." Josie le regaló una tierna sonrisa. Penélope, que las miraba en silencio, sonrió al verla a la Gryffindor.
Pero en el segundo que vio a la profesora Granger volvió a su rostro típico: seria, con mirada desafiante.
"Gracias. ¿Ya puedo irme?" Pregunto la más grande de las dos alumnas, evitando contacto con Josie.
"Un segundo señorita Park. Además de felicitarlas, me gustaría proponerles hacer un estudio extracurricular, sobre viejas pociones que hay en un libro de la antigua Roma... ¿Qué dicen?" Preguntó la mujer. "Esto tendrá un excelente en sus notas y en su expediente escolar."
"Claro que sí, me encantaría. Apúnteme profesora." Josie tuvo un repentino momento de entusiasmo hasta que vio la cara de burla que tenía Penélope. "¿Acaso tu no quieres?"
Penélope pensó por unos rápidos segundos la respuesta. Claramente estaba tan emocionada como Josie, simplemente por pasar mas tiempo juntas. Pero odiaba el trabajo extra.
"Ugh, entonces anóteme a mi también. Pero no quiero levantarme demasiado temprano a tratar de leer viejos y polvorientos libros de Pociones." Rodó sus ojos verdes.
"Excelente entonces, en estos días recibirán una carta junto a los libros que les enviaré para que comiencen el trabajo. No se preocupen por el tiempo, y cualquier duda o consulta que tengan no duden en acudir a mi. Saben donde encontrarme." La mujer de rulos blancos despidió a las muchachas.
La Slytherin no esperó demasiado, cuando la profesora terminó de hablar ella ya estaba del otro lado de la puerta, haciendo su camino hacia el campo de Quidditch.
Josie, sin embargo, no podía contener su felicidad. Le gustaba mucho ser reconocida por su desempeño escolar, ya que ponía todo su tiempo y esfuerzo en aquello.
Cuando se encontró con Lizzie en el viejo puente, no dudó en contarle la noticia.
"Eso es genial Josie." Las palabras de la rubia salieron de su boca sin mostrar ningún entusiasmo.
"Disculpa por no ser popular como tú y que mis logros te resulten aburridos." Dijo por lo bajo, algo enojada por la actitud de su hermana.
Lizzie agrandó sus ojos y miró un poco extrañada a la morocha.
"¿Qué diablos te sucede últimamente?"
"Sólo estoy cansada de que... Ugh, olvídalo." Se levantó del suelo, donde estaban las dos hermanas sentadas, dejando a la más alta de ellas algo preocupada por las actitudes reveladoras que Josie manifestaba.
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Adictiva. [Posie]
FanfictionSlytherin y Gryffindor son dos casas de Hogwarts, muy conocidas por su eterna rivalidad. ¿Puede algo salir bien en una relación tan disfuncional como la de Josie y Penélope?