Cómo escribir una novela (11): el primer borrador

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Se conoce como primer manuscrito o primer borrador a lo que será la primera versión de la novela, ya que después de escribirla tocará dejarla reposar en un cajón para luego retomarla y empezar el trabajo más duro, de chapa y pintura, que consiste en arreglar y pulir versión tras versión hasta que esté medianamente digna para enseñársela a otros.

No existe una norma sobre cuántas versiones ha de tener una novela. Hay autores que en dos revisiones la tienen listas y otros que tardan diez o quince hasta que deciden que ya está lista. De todas formas, ahora no te preocupes por eso. Ya llegará el momento de revisar y corregir. Ahora toca disfrutar con la escritura, y para ello, veamos una serie de consejos que pueden ayudarte.

Márcate objetivos

Escribir una novela conlleva un compromiso si de verdad quieres terminarla. No es como un relato, que en unos días puede estar listo y revisado. Va a llevarte tiempo, puede que más del que pensabas en un comienzo. Así que tendrás que organizar tu tiempo y tomártelo en serio.

Puedes ponerte una fecha límite para terminarla si quieres, aunque desde mi punto de vista esto a veces puede resultar contraproducente —siempre surgen imprevistos y puede resultar frustrante ver que no se llega ni de broma a la fecha prevista—. Creo que funciona mejor el marcarse objetivos a corto plazo como escribir mil palabras al día o diez mil palabras a la semana.

Mi consejo es que definas una meta diario y otro semanal. Así, si algún día no puedes cumplir lo que te habías propuesto, lo repartes entre el resto de los días de la semana y conseguirás igualmente el objetivo para la semana.

Eso sí, sé realista a la hora de ponerte los objetivos. Ten en cuenta tus circunstancias, tu tiempo y tu velocidad a la hora de escribir. Aunque sería lo ideal escribir el primer borrador de un tirón y en el mínimo tiempo posible, no te marques como meta escribir la novela en cuatro semanas si tienes que trabajar, atender a tu familia y continuar con tu vida social como siempre. Solo conseguirás frustrarte y eso es lo último que queremos.

Elige el soporte adecuado

¿Vas a escribir la novela a mano, en el ordenador o en tu vieja máquina de escribir? Elegir el soporte adecuado también te puede ahorrar tiempo a largo plazo. Si lo tuyo no es la mecanografía, lo mejor es que tires de bolígrafo y papel y luego pases a limpio el manuscrito para revisarlo.

Si prefieres escribir directamente en un soporte informático, te aconsejo que busques un buen programa de escritura, como Scrivener o Google Drive, ya que cuentan con un sistema de backups que permite volver a una versión anterior después de realizar cambios. Así no perderás nada.

Elijas el programa que elijas, no te olvides de hacer copias de seguridad después de cada sesión, ya sea en la nube, mandándote el manuscrito por correo o guardándolo en otro disco distinto al del ordenador. Lo peor que te puede pasar es perder la información cuando llevas media novela escrita, ¡o entera!

Sigue tu estructura, pero con flexibilidad

La estructura que has creado de tu novela te servirá como hoja de ruta para no perderte en el largo proceso de la escritura del borrador, pero esto no significa que no puedas salirte de la carretera de cuando en cuando.

Si en algún momento encuentras algo nuevo que crees que funciona, adelante. Atrévete a cambiarlo. Deja una nota en ese punto para acordarte en las siguientes versiones de revisarlo y realizar las modificaciones oportunas, y sigue escribiendo.

Escribe y no mires atrás

Muchas veces, mientras trabajamos en el primer borrador, nos sentimos tentados de volver a empezar para pulir detalles, mejorar esto o aquello, cambiar detalles en una trama o un personaje... No lo hagas. El primer borrador es mejor escribirlo de un tirón, sin detenerte ni volver atrás.

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