28.

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Los rayos del sol a primera hora lograron cegarme a la mañana siguiente. Gemí pesadamente y me giré, tirando de una almohada sobre mi cabeza. Cuando inhalé el aroma de las sábanas mis ojos se abrieron de golpe.

Esta no era mi cama.

Me incorporé y parpadeé varias. A mi cerebro le tomó unos minutos reconocer la habitación de Elsa.

La habitación de Elsa.

Mi memoria volvió a los acontecimientos de la noche anterior: salí a cenar con Aster, Sandy, Tadashi y Elsa. La pareja se metió en una pelea. Seguí a Elsa hasta su casa bajo la lluvia. Ella reveló que sabía que Jake, el artista, era yo en realidad. Tuvimos un momento íntimo de besos y caricias.... Ella me llevó a su habitación y...

Entonces...

Miré debajo de las sábanas y mis ojos se agrandaron más de lo que ya estaban.

¿Había tenido sexo con una chica ya tomada?

Sé que había estado con muchas chicas en el pasado, pero a ninguna le arrebaté su virginidad. Esta fue la primera vez... y de todas ellas tenía que ser con una chica que tenía novio, un novio que no era yo.

Por mucho que la amase, sabía que estaba mal dormir con una chica que actualmente estaba saliendo con alguien.

Acabo de hacer que Elsa engañe a su novio.

Yo era el otro chico.

Genial.

Espera un minuto...

Me giré hacia un lado y levanté una ceja cuando me di cuenta de que estaba solo en una habitación que no era mía. ¿A dónde fue ella...?

Salí de la cama, una cama que no era mía, y me puse mis boxers. Ni siquiera me molesté con los jeans porque estaban malditamente ajustados. Pensé que me ocuparía de ellos más tarde.

De repente, el aroma de la comida del desayuno llenó mis sentidos, y mi cabeza se volvió hacia la puerta. Olía a panqueques.

Me revolví el pelo, que todavía estaba castaño, por cierto, y salí de su habitación. Bajé lentamente las escaleras y entré en la cocina. La fémina estaba tarareando para sí misma mientras se movía lentamente de un lado a otro. Me daba la espalda y no se dio cuenta de que estaba a punto de entrar. La única prenda de vestir que llevaba puesta era mi camisa a cuadros. Su cabello se veía un poco más despeinado que de costumbre.

A pesar de que no podía ver su cara, me sentí innegablemente atraída por ella. Era irresistible.

Lentamente me acerqué a ella por detrás y envolví mis brazos alrededor de su cintura. Presioné mi cara contra su cuello, y sonreí cuando se rió. Besé su suave piel e inhalé su aroma. Me podría acostumbrar a esto...

---Y buenos días a ti también ---Murmuró antes de apagar la cocina, girandose y empujando suavemente el extremo de su nariz contra la mía. La besé en los labios sin pensármelo siquiera y la oí reirse de nuevo----. ¿Dormiste bien?

---Sí ---la solté brevemente para que pudiera llevar los panqueques a la mesa---. Pero cuando me desperté esta mañana, olvidé temporalmente dónde estaba y qué pasó anoche...

Impossible / Jelsa. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora