Otra aventura más había finalizado. Mulan volvía pegada a su amado Shang. Casi no podía creerlo, estaba vivo, hasta hace unas horas atrás ella creía que lo había perdido para siempre, había creído que nunca más volvería a ser feliz.
Era tan grande el alivio y la alegría de verlo de nuevo que apenas si podía ir montada en su caballo a unos escasos centímetros de distancia. Quería abrazarlo tan fuerte, no soltarlo nunca. Ahora eran marido y mujer, su corazón se aceleró con la idea que aún no asimilaba del todo, y es que había pasado todo demasiado rápido, en la mañana cuando despertó ella hacía frente a un futuro miserable al aceptar casarse con un hombre que no amaba para nada y con la pérdida del único hombre por el que sentía algo real. Pero cuando su destino estaba apunto de sellarse, había aparecido Shang, en su caballo, entre la multitud, vivo y pidiéndole matrimonio, casi todo sale mal pero su gran amigo Mushu había intervenido fingiendo ser el dragón dorado de la unidad, logrando la alianza estratégica para el bien de China, casarse con Shang y que las princesas sean libres de elegir a sus esposos. Definitivamente no podía haber sido mejor.
-¿En que piensas?_ La voz de su esposo interrumpió sus pensamientos, lo miro y este la miraba perspicaz.
-Solo de que fue un cierre de día perfecto, realmente creí que no te volvería a ver Shang y me sentía tan mal de que lo último que habláramos haya sido una discusión_ Mulan sentía sus ojos llenarse de lágrimas ante la idea de que lo último le había dicho era que creía que no tenía corazón- Quiero que sepas que se que tienes un gran corazón y que te amo por ser quien eres.
Shang veía a la gran mujer que tenía en frente, se dio cuenta de que jamás se podría enamorar de otra que no fuera Mulan, no estaba hecho para una dama preocupada por la casa y los hijos, sumisa. Su esposa no le temía, lo enfrentaba y por sobretodo, lo amaba.
-No te preocupes, de todos modos tú tenías razón, solo que soy muy terco para admitir que a veces me equivoco. Y yo también te amo Mulan y si soy un gran persona, también es gracias a ti, yo aprendo mucho de ti todos los días, más de lo que imaginas_ A ella se le dibujo una gran sonrisa.
-Haz sido lo suficientemente terco como para no morir_ Shang se acercó con su caballo hasta quedar pegados y tomo su rostro con las manos.
-No podía morir sin antes casarme contigo_ Entonces la beso, primero de forma dulce y luego elevó la temperatura del beso. Podía sentir el deseo acumulado desde el día que se enteró que el soldado que tanto admiraba era una mujer, tal vez, pensó en lo más profundo de su mente, tal vez incluso antes de saber que era una mujer.
Mulan por su parte, había deseado besarlo desde que lo vio, era tan varonil y sexy, que era imposible no mirarlo con deseo. En ese momento pensar en besarlo de verdad era totalmente imposible y ahora era su esposo.
El beso continuo mientras las manos de Shang se empezaron a deslizar por la espalda de su esposa, hasta que la tomo de la cintura y la subió a su caballo para apretarla más contra su cuerpo duro y marcado. Ella lanzó un suspiro que casi lo vuelve loco de deseo, pero no podía pasar ahí, no así, su primera vez debía ser especial, en una cama, como corresponde. Asique aunque se moría de ganas de hacerle el amor en ese momento se obligó a parar.
-Ay mí amor, debemos llegar a mí casa, es un viaje largo- Le dije él entre besos.
Mulan aún afectada por ese momento tan apasionado se tomo unos minutos para recuperar el aliento y luchar contra lo que su cuerpo le pedía.-Sí, lo sé, además que nuestros padres se sentirán mal por no haber estado en nuestra boda, pero se que también estarán felices- Shang recordó con algo de tristeza a su padre, quien había muerto en batalla, pero estaba seguro que estaba orgulloso de él y su madre bueno, ella si lo mataría por haberse casado sin ella, pero en el fondo lo entendería.
-Lo entenderán, ahora sigamos, así llegaremos para almorzar con ellos.
Juntos emprendieron el camino a casa, a la hora del almuerzo ya estaban en casa de la familia Fa cambiados y duchados. Un mensajero habia traído a la mamá de Shang y a sus abuelos a una pequeña ceremonia con la familia de Mulan, donde también estaban los amigos de ambos.
Ambas familias dieron su bendición a los dos y disfrutaron de un pequeño banquete para celebrar.
Los dos no podían estar más felices, eran héroes de China, habían logrado la alianza con el país vecino y las princesas iban a casarse con quiénes amaban, todo era demasiado perfecto.
Al llegar la noche, el Emperador en forma de regalo de bodas y habiéndose enterado esa misma mañana de que la misión había sido exitosa, les envío un mensajero felicitandolos por la misión y su casamiento a lo que le siguió la noticia de que él les regalaba una casa, cerca de ambas familias, para que formarán su nuevo hogar.
Al terminar la celebración ambos fueron emocionados a conocer la casa, era pequeña pero hermosa, perfecta para formar una familia.
Al llegar la noche ambos estaban muy cansados, ya que no habían dormido nada hacia prácticamente dos días.
De forma tranquila se fueron preparando para dormir por primera vez juntos y en su nuevo hogar.
Mulan estaba nerviosa, no sabía que pasaría pero estaba también emocionada, estaba exhausta pero feliz por dormir junto al amor de su vida.
Se puso un camisón rosa largo y suave, hasta los tobillos, pero que se pegaba en sus pequeñas curvas de forma sutil. Se miró al espejo y se fue quitando el moño de su cabeza junto con los pequeños adornos que tenía, cuando terminó se quitó el maquillaje y respiro profundo, luego salió lentamente a la luz tenue de la habitación matrimonial.
Sang estaba al otro lado de la cama, solo con un pantalón para dormir y con el torso desnudo. Al verlo ella se sonrojo y más al notar que el la miraba fijo.
Muerta de vergüenza está se apresuró a acostarse y a apagar la vela que tenía a su lado de la mesa de luz, Shang en silencio la imitó y se metió en la oscuridad debajo de las sábanas, para abrazarla por la espalda.
Ella se quedó muy quieta, espectante, podía sentir el calor de su cuerpo y su aliento en la nuca, pero no dijo nada por unos segundos, hasta que al fin hablo.
-Te amo, estoy feliz de saber que de ahora en adelante estaremos juntos, hasta el final- Ella al fin se relajo contra su cuerpo, permitiéndose a si misma, empezarse a familiarizar con ese estilo de contactos
-Yo también te amo y soy feliz, después de todo lo que pasamos aún no puedo creerlo.
-Ni yo, somos afortunados- Shang lanzó un bostezo y elevo su brazo derecho hacia la cabeza de Mulan y empezó a acariciarle el pelo -Descansa mí amor, vamos a tener muchas noches así, ahora solo quiero disfrutar de dormir contigo.
Ella en respuesta solo puso su mano sobre la mano de él que la abrazaba por la cintura y se permitió descansar en sus brazos, con la tranquilidad de saber que ahí estaba y que iba a estar así hasta que la muerte los separara.
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Mulan y Lu Shang: Noche de bodas
RomanceTodos los personajes le pertenecen a Disney, esto es para los fanáticos de esta gran y apasionada pareja. Es una historia corta, que nos cuenta un pequeño fragmento sobre lo que pasa después de su boda, espero lo disfruten, si son tan fanáticos de e...