Epílogo

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Cuando la lluvia se detuvo, ellos seguían en la cama, no habían dormido en toda la noche, habían hablado y hecho el amor un par de veces mas.

Cuando salió el sol, ambos empezaron a sentir el peso de sus párpados por no haber dormido.

Mulán abrazo a Sang y recostó su cabeza en su pecho.

-¿Puedo pedirte algo?- Le pregunto ella

-Lo que quieras, si está a mí alcance yo te lo dare- Su voz sonaba pesada por el cansancio, pero firme, demostrando la seriedad con la que hacía esa afirmación.

-Nunca vuelvas a dejarme sola, prométeme que a partir de ahora, no dejaremos que nada nos separe y no volveremos a separarnos sin antes habernos despedido, sin importar lo enojados que estemos- El acariciaba su espalda, escuchándola, escuchando su angustia, el amor en su voz preocupada, por un futuro incierto, pero que se veía esperanzador si estaban juntos.

-Te prometo que no volveremos a separarnos sin antes despedirnos, no importa lo enojado que este yo o tú, también te prometo nunca dejarte sola, pero solo si tú también prometes nunca dejarme solo, por más terco, frío e insoportable que sea, porque apesar de todos los defectos que tengo, yo te amo, te amo mucho más de lo que pensé que alguna vez podía hacerlo- Mulán sonrió ante sus palabras y levantó la cabeza para mirarlo directo a los ojos.

-Lo prometo, jamás me iré porque yo también te amo, te amo tanto que si tú no estás, siento que la felicidad en mí vida se esfuma- Luego lo beso, sellando la promesa que se habían hecho.

Ambos sabían que los unía algo más fuerte que el mismo amor, eran compañeros de vida y eso era algo que nada ni nadie podía cambiar, ni siquiera ellos mismos.

Espero que le haya gustado, soy fan de Mulán y quería escribir este pequeño relató. Gracias por leer

Mulan y Lu Shang: Noche de bodasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora