1. Rubio de Ojos Rojos

229 40 0
                                    

Soy un espíritu. Tengo que aceptarlo.
No estoy vivo. Vivo...
¿Cómo se sentía estar vivo?

Puedo ir donde quiera, puedo entrar donde quiera y puedo ver lo que quiera. Pero nadie me nota. No hay una gran diferencia con esto y estar en un abismo eterno en soledad. Bueno, sí la hay. Aquí no es todo negro.

Seguiría a mis amigos y familiares... Pero no recuerdo quiénes son.

Comencé a levitar y observar a detalle todos los edificios de alrededor.

Un momento, ¿Ese soy yo?

Paso por al lado de un recinto escolar, un instituto. UA. Pone en la puerta. Veo un altar con flores y velas en lo que es... ¿El recreo? Y encima una imagen de mí, sonriendo.

Siempre serás recordado Eijirou, te queremos y extrañamos.

¿Me llamo Eijirou?
¿Era tan importante en el instituto para que hicieran eso?

—Le echo de menos. —Una chica morena sollozaba mientras que un chico le daba palmaditas en el hombro.

—Lo sé Mina, yo también. —La consolaba.

—Llevábamos desde que nacimos juntos... Era como un hermano para nosotros. —La chica se sonó la nariz.

—Lo sé, lo sé. —Parecía que el chico no quería empeorar más la situación, pero se notaba que también estaba triste.

Esos serán mis mejores amigos... Mina y aquel chico.

Otro chico pasó por detrás de ellos y cuando los vio se acercó. Abrazó a la chica y al chico un segundo, luego se apartó de ellos.

Era él. El rubio de ojos rojos.

—Te encontré. —Susurré.

—Katsuki no te hagas el duro. También estás muy mal. —Dijo Mina. Así que ese es su nombre... Katsuki...

—Llevábamos hablando poco, pero esos meses fueron menos molestos.

Unos años atrás

¡¿Entonces te gusta Katsuki?! —Me preguntó Mina. Mientras estabamos en clase de artes.

¡Shhhhh! —Dije sonriendo.— ¡Qué está detrás! —Miré a aquel rubio. Estaba distraído dibujando.

¡Seguro que también le gustas! —Dijo Kaminari.

No sé, nunca hemos hablado. —Me froté las mejillas, estaba empezando a ponerme rojo.

¡Para todo hay una primera vez! —Dijo Mina gritando.

[...]

¿Qué fue eso? ¿Y por qué al ver a ese tal Katsuki se me aceleraba lo que fuera que fuese? ¿Él me gustaba?

En el sueño raro parece que tenemos al menos ocho años... ¿Desde hace tanto me gusta ese chico?

—Él... Era demasiado bueno para merecer eso. —Dijo Katsuki mirando en mi dirección.

Espera, ¿Puede verme?

—Me tengo que ir.

—Hasta luego Katsuki. —Dijo el otro rubio.

—¿Él realmente me ha visto? —Creo que dije en voz alta. Nadie parecía haberme oído.

[...]

El timbre del instituto anunció el final del día. Estuve esperando hasta que se acabase, en la puerta para volver a ver a Katsuki. No puedo parar de pensar en él.

Los alumnos salen en avalancha atravesándome, es una sensación rara. Hasta que llega él. Es el único que me esquiva.

Le sigo por las calles y veo que se mete en un portal de un edificio. Atravieso la puerta y continúo siguiéndolo. Hasta que se mete en el ascensor y entro con él. Parece nervioso, trata de evadir mi mirada. Miro aquel espejo, solo está él reflejado y yo... No. Solo ocupo espacio o tal vez ni eso. Me giro a mirarle, sería un momento incómodo, pero dada la situación da miedo. Tiembla un poco y corresponde mi mirada, se queda viendo directamente a mis ojos por una décima de segundo.

Puede verme.

El ascensor se abre y se mete en el piso 3-A.

Llega a su habitación y cierra la puerta. Se sienta en el escritorio y saca los libros y empieza a escribir. Me asomo por encima de su hombro para ver que escribe. Nada en concreto. Garabatea la hoja.

—No puede ser real... No es posible... Está... Me estoy volviendo loco... Es imposible. —Susurra para si mismo.— ¿Qué quieres de mí? —Eleva la voz y me mira.— ¿No querrás hacerme daño, no? —Dice algo inquieto con el ceño fruncido.

—No te quiero hacer nada, Katsuki.

—¿Eres real? ¿Tal vez una alucinación? Necesito un psicólogo, dios mío.

Niego con la cabeza y me señalo la garganta.

—No te puedo oír, creo que has hablado pero no te puedo... Agh. —Se dio media vuelta aparentemente molesto.— Me lo imaginaba. ¿Puedes... Hacer algo para comunicarte conmigo de otra forma?

Se me ocurrió una idea. Le hice un gesto para que me siguiera y me metí en el baño. Señalé el grifo de la ducha y hice el gesto de tener calor con las manos.

—¿Agua... Caliente?

Moví la cabeza para decir que sí.

Al pasar un rato el espejo se empañó y lo toqué con el dedo. Exacto. Puedo escribir en él.

Escribí la palabra Ouija.

Katsuki tragó saliva nervioso.

—¿A qué te refieres? No me digas que...

Asentí.

—Joder Ei... Eijirou. —Se echó el flequillo hacia atrás, tenía una cicatriz sin sanar del todo.

Señalé mi frente y al percatarse, se colocó el pelo rápidamente.

—¿No recuerdas...? —Preguntó con una expresión neutra. Era la primera vez que le veía tan calmado.— Eijirou... —Se giró.

Sus ojos se cristalizaron.

Algo en mi pecho dio una punzada.
Acababa de sentir dolor.

Sentir...

Sigo Aquí [Kiribaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora